Honduras cumplió 32 años desde el último caso de poliomielitis registrado y el dato es tan impactante como esperanzador, ya que a pesar de ser una amenaza latente, es posible controlarla.
La doctora Roxana Elizabeth Castillo Rivera trabaja en el laboratorio de parasitología del Centro de Salud “Alonso Suazo”, el más grande de la capital hondureña, donde es responsable de la vigilancia de las vacunas de neumococo, meningococo neumonías, y rotavirus. Hace 50 años, poco antes de cumplir su primer año de vida, contrajo poliomielitis, una enfermedad paralizante. Desde entonces las vacunas y el conocimiento sobre ellas han sido temas recurrentes en su vida.
“A la muchacha que ayudaba en la casa le avisaron que su niñita estaba mal. La niña lo que tenía era una poliomielitis, pero no lo sabíamos. Su estado era muy delicado, grave, ella falleció al poco tiempo, pero en esos días yo conviví con ella, compartimos juguetes y comida. La transmisión es vía fecal u oral, entonces por ahí tuvo que haber algún contacto con el virus y me afectó. Sobre todo mi lado derecho, las extremidades inferiores”, relata la doctora.
La enfermedad de Roxana fue un antes y un después en su familia. “Cuando tocaba darme la vacuna (contra la polio), no lo hicieron porque estaba enferma, tenía fiebre y en aquel entonces se manejaba que los niños con fiebre no se vacunaban. Desde ese momento mi padre nos hizo ver la importancia de las vacunas, se volvió un tema muy importante para todos, en especial la importancia de poder tener acceso a los medicamentos y a la prevención”, destacó.
La doctora, con más de 20 años de experiencia en el laboratorio, es hoy en día una de las especialistas en vacunas más destacadas de Honduras, y es consciente de la paradoja que eso significa en su vida. “A mí me afectó una enfermedad que es prevenible con vacuna, y en mi carrera y mi trabajo me tocó trabajar en el tema de las vacunas. A medida que fui estudiando pude relacionar lo que había vivido y compararlo con el conocimiento científico. Cómo afectaba la enfermedad, qué era la vacuna, entonces iba entendiendo qué había causado que se me diera esta discapacidad y me hizo más consciente de lo que una vacuna puede prevenir”, explica.