Uruguay, julio de 2021 (OPS) - Antes de la llegada del coronavirus en Uruguay era impensable andar de tapabocas, no saludar con un beso, no compartir el mate. También era raro que un club social de un pueblo del interior del país se convirtiera durante una mañana en un vacunatorio y que un freezer oficiara de escritorio.
En la nueva normalidad, que busca de todos modos recuperar la vieja, las personas llegaron a caballo, en moto, bicicleta y auto al Club Social de Cerro Colorado, en el departamento de Florida, para vacunarse contra la COVID-19.
A continuación, tres historias que retratan el afán por vacunar y vacunarse, y que se multiplican a lo largo y ancho de Uruguay, donde a unos cuatro meses de haber empezado la campaña de vacunación contra la COVID-19, se ha inoculado el 50% de la población con vacunación completa.