• Nina durante su tratamiento contra el cáncer

Tres historias: Un diagnóstico y tratamiento a tiempo para sobrevivir al cáncer infantil

 
Haber obtenido atención médica a tiempo permitió que estas tres familias hoy tengan con vida a sus hijos e hijas quienes fueron diagnosticados con diferentes tipos de cáncer infantil. Carolina, Magnolia y Fiordaliza son madres que relatan sus experiencias de identificación de los signos y síntomas de sus hijos que les permitieron recibir un diagnóstico y tratamiento a tiempo. Las tres coinciden en la importancia de no desestimar las señales de alerta por parte de los niños, niñas y adolescentes.

 

 

“En un abrir y cerrar de ojos, nos cambió la vida”

“La niña tenía una gripe muy severa, fiebres intermitentes y junto con la gripe nos decía que tenía dolores en las piernas e incluso comenzó a cojear. La llevamos a emergencia en diferentes ocasiones, luego a través de su pediatra le realizaron un hemograma en el que se mostraban que todos los valores estaban a la mitad del rango normal. Continuaron los estudios y en 15 días tuvimos el diagnóstico de que nuestra hija, María Natalia, con dos años y medio de edad tenía leucemia; en un abrir y cerrar de ojos, nos cambió la vida”, explica Carolina Santos, madre de María Natalia quien junto al resto de su familia transformaron la dinámica de sus vidas para luchar por la recuperación de la niña.

Gracias al diagnóstico oportuno María Natalia recibió el tratamiento médico a tiempo y, a la fecha, ya cuenta con seis años de edad. Su madre explica como toda la familia extendida cooperó con ella y con su esposo porque “eran muchos días de internamiento para el tratamiento y para estabilizar a la niña. Mis padres nos ayudaron haciéndose cargo de mi otro hijo mayor mientras yo me quedaba con María Natalia en el centro de salud. Además, tuvimos que hacer otros sacrificios, en ese momento estaba emprendiendo un negocio el cual tuve que dejar y cerrarlo para poder dedicar ese tiempo a la recuperación de la salud de mi hija”, cuenta Carolina.

Nina en su tratamiento
Maria Natalia durante su tratamiento de quimioterapia.

Carolina que disfruta hoy en día de la salud de su hija menor reitera que “es importante que escuchemos a nuestros hijos porque lo que parece una tontería puede ser algo grave, esa puede ser la diferencia para salvarles la vida con un diagnóstico y tratamiento médico antes de que sea tarde”.

Corriendo contra el tiempo

A la fecha, María Virginia tiene 14 años, es una adolescente alegre, llena de vida, sana y sobreviviente de cáncer. Sin embargo, para llegar a este escenario su madre, Magnolia García, relata el largo proceso que toda la familia debió enfrentar.

“El primer síntoma que noté fue un bulto en su brazo derecho, fuimos a la pediatra quien nos mandó a hacerle una radiografía. En un principio se le diagnosticó como un acceso, pero al no mejorar, la doctora me dijo que debíamos ir a lo más profundo así que continuamos con los estudios hasta que se detectó que la masa tenía células malignas y operamos a los dos meses. Después del diagnóstico, el mundo se te vuelve nada. Te cambia tu vida, nos enfrentamos a un monstruo sin saber cuál sería el resultado final. Nos afectó a toda la familia, abuelos, hermanos de la niña, tías, pero a la vez nos unimos más como familia y juntos salimos adelante”, cuenta Magnolia.

Nina durante su tratamiento
Maria Virginia luego de recibir su última quimioterapia.

Esta madre expresa lo agradecida que ella y toda la familia se siente por haber tenido el tiempo suficiente de operar antes de que la situación de salud se complicara aún más. A raíz de esta experiencia, Magnolia afirma que “todo a tiempo tiene remedio. Si tenemos un diagnóstico oportuno podemos andar a tiempo con el tratamiento, con los médicos, con todo lo que sea posible, porque cuando el cáncer se detecta oportunamente tenemos mayor seguridad de victoria”.  

Una amenaza silente

A diferencia de las experiencias de Carolina y Magnolia, Fiordaliza Hernández tardó años en saber que su hijo estaba afectado por el cáncer, sin embargo, el tratamiento fue lo suficientemente oportuno para salvarle la vida.

Fiordaliza explica que “él tenía tres años de edad cuando comenzó con una infección de orina. Yo me mantuve dándole seguimiento y tratamiento con esa infección y él mejoraba con esos tratamientos. Pero más adelante siguieron los problemas de incontinencia urinaria y nosotros, en nuestra ignorancia, le reclamábamos al niño porque pensábamos que era por negligencia de él. Ya a los 11 años comenzó a empeorar, hacia fiebre, le salían llagas en la boca, así que continuamos llevándolo a especialistas hasta que dimos con un pediatra nefrólogo quien detectó el problema y así pudimos obtener el diagnóstico”.

Nino durante su tratamiento
Wandri durante su tratamiento contra el cáncer.

Fiordaliza cuenta que al saber que su hijo Wandri padecía cáncer el impacto fue muy grande, en especial porque el niño durante el tratamiento no podía ir a la escuela, no salía de la casa e incluso no podía caminar. “Escuchar a los hijos es lo primero, prestarles atención. Si él se queja, no cansarse, seguir, porque si yo me hubiera cansado y no le hubiera dado seguimiento, no lo tuviera, así como lo tengo hoy, sano y libre de la enfermedad”, afirma Fiordaliza.

Relato de las familias

Las experiencias de estas tres familias son un gran ejemplo de como el tratamiento oportuno puede salvar las vidas de los infantes afectados por el cáncer. Cada año, más de 400.000 niños son diagnosticados con cáncer a nivel global, mientras que, en la Región de las Américas, se estima que hubo 32.065 nuevos casos de cáncer en 2020 en niños de 0 a 14 años.

La gran mayoría de los niños con cáncer viven en países de ingresos bajos y medianos, donde enfrentan inequidades inaceptables en aspectos como la detección temprana, el diagnóstico y el acceso a tratamientos de calidad y cuidados paliativos. En algunos de estos países, solo alrededor del 20% al 30% de los niños con cáncer sobreviven. Por el contrario, alrededor del 80% de los niños con cáncer que viven en países de ingresos altos sobrevivirán.

La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) apoya a los países a incrementar sus capacidades para enfrentar esta enfermedad, en especial a través de la Iniciativa Mundial contra el Cáncer Infantil, que ofrece a los gobiernos asistencia técnica y en materia de liderazgo para establecer y mantener programas de calidad para atender a los niños y niñas con cáncer.

En el caso de la República Dominicana, la OPS/OMS ha colaborado con el país en diversas iniciativas, incluyendo en la elaboración del Plan Estratégico Nacional del Cáncer Infantil (PENCI-RD), cuyo objetivo es detectar e intervenir oportunamente la morbi-mortalidad del cáncer infantil, mediante el conocimiento de los signos y síntomas de sospecha de cáncer en niños, niñas y adolescentes en el país, impactando así de forma positiva la calidad de vida de los pacientes y sus familias ante esta enfermedad.

Este Plan es desarrollado por un comité técnico conformado por representantes del Ministerio de Salud Pública (MSP), la OPS/OMS, el Servicio Nacional de Salud (SNS), expertos del área de la onco-hematología pediátrica del país y por la Fundación Amigos Contra el Cáncer Infantil (FACCI).

Además, la Organización apoyó el lanzamiento de la campaña Sensibilización y concienciación sobre el cáncer infantil por parte del Ministerio de Salud Pública, la Primera Dama de la República y otras instituciones, realizado el pasado 15 de septiembre, en el marco de la campaña Mes de concientización del cáncer infantil-Septiembre 2021.

Para más información, visite la campaña de la OPS: 

Septiembre: Mes de Concientización del Cáncer Infantil