Tecnología y empatía: impulsando las coberturas de vacunación en zonas vulnerables de Honduras

Ocotepeque, 10 de abril de 2025


Z  onas como Ocotepeque reciben población en situación de movilidad a un ritmo que a veces alcanza las 5.000 personas diarias. Durante el período de implementación del proyecto CERF “"Alerta Temprana y Respuesta Humanitaria en Salud para Poblaciones Vulnerables en Zonas Fronterizas y de alta movilidad humana"”, les estaban esperando la facilitadora de Organización Panamericana de la Salud y trabajadora del gobierno hondureño,la doctora Alejandra Velásquez, y una compañera psicóloga. Ambas estaban en primera línea para  informar y coordinar las posibilidades de atención médica y vacunación gratuita. Una práctica que también se aplica a la población local y los trabajadores de salud que allí se desempeñan para inmunizar a aquellas personas que no han tenido posibilidades de hacerlo antes o se muestran reticentes a ello.

Alejandra nació en Comayagua, estudió en Tegucigalpa y hace unos años decidió mudarse a este municipio situado a escasos kilómetros de la frontera con El Salvador y Guatemala. Lo hizo impulsada por la baja tasa de vacunación de la zona, que no supera el 75%, y los retos de la población. “A la gente que vive aquí normalmente, y que también tiene sus necesidades de vacunación, se suma la llegada de personas que han pasado 10 o 12 horas de viaje en un autobús. Nuestra tarea desde el primer momento era hidratarlos, informarles de los servicios de salud pública y la posibilidad de vacunación gratuita. En esos momentos de caos, nuestra labor de coordinación para que los médicos puedan atender tanto a la población local como a la recién llegada es fundamental”, señala.

Vacunación en zonas rurales 

Ocotepeque se considera una zona vulnerable. En los últimos años la Secretaría de Salud de Honduras, en colaboración con organismos internacionales como OPS, han hecho un gran esfuerzo para mejorar los cambios y rotaciones de personal en áreas rurales, disminuir la escasez de logística en zonas de difícil acceso, y procurar salud pública y vacunación en este lugar de salida y llegada de caravanas de migrantes.

En este contexto, la vacunación es una herramienta crucial para la salud pública, el más claro ejemplo de atención primaria en salud y la más importante herramienta de prevención de enfermedades inmunoprevenibles, en todo el curso de vida. Para favorecer y concientizar a la población en este sentido, el equipo  regional trabaja también en campañas de promoción y fortalecimiento del conocimiento de los trabajadores de la salud y las comunidades, algo fundamental en las zonas de peor acceso.

Aun así, hay una parte de la población que rehúsa el servicio de vacunación. A pesar de que es gratuito y de que todo el mundo es informado de las ventajas de la inmunización, en el caso de la población en movilidad los principales argumentos “son los posibles efectos secundarios leves, ya que temen que ello pueda afectar su ruta migratoria, el haberse vacunado previamente en sus países de origen, y en algunos casos, no manifestar disposición para recibir la dosis”, añade Alejandra.

Tecnología al servicio de la inmunización

Miguel Medina también es médico, trabaja en la Región Sanitaria de Ocotepeque, en el occidente de Honduras, en coordinación con los programas de OPS. El objetivo de esta Región: mejorar las coberturas de vacunación. Su logro: que ya no haya situaciones de alarma.

Eso es algo que se ha conseguido gracias al uso de teléfonos inteligentes y su sistema de alarmas y pre-alarmas, a través de la notificación telefónica. Esto facilita que la población conozca las fechas de su respectiva vacunación y lo puedan incorporar a sus calendarios del teléfono móvil. “Para ello nos coordinamos con la Secretaría de Educación y las alcaldías, con el objetivo de que todos los niños y niñas estén controlados, y los responsables tengan los conocimientos necesarios para conseguir los objetivos”, declara.

Este es un ejemplo de cómo una herramienta tan cotidiana en su uso, como es un teléfono móvil, puede servir para mejorar el impacto de la vacunación en municipios donde hay “mayor necesidad de abordaje, como es occidente y toda la zona norte”. Y es que los móviles no solo se usan para recordar la fecha de inmunización, sino para “incorporarlo luego al carné de vacunación de los usuarios, recibir alertas y mejorar la vigilancia epidemiológica y la capacidad de respuesta ante un eventual brote de sarampión o cualquier otra enfermedad prevenible por vacunación”, añade Miguel.

 

Creencias religiosas y fake news

Siempre en el occidente del país, en el municipio de Lempira, trabaja la enfermera Francis Rodríguez, como enlace del Programa de Inmunización de la Secretaría de Salud. En esta zona, como en otras de Honduras tras la pandemia de COVID-19, la desinformación, las noticias falsas (fake news) y las creencias religiosas han provocado un rechazo a las vacunas y con ello una disminución del índice de vacunación. 

La OPS y el sistema público de salud del gobierno trabajan para convencerles de la necesidad de inmunizarse y evitar enfermedades, lo que hacen localizando a población no vacunada y convenciéndola de las ventajas de ello. 

Francis no tiene duda de que el uso de la tecnología, a través del teléfono móvil, puede marcar las diferencias. “Nuestro personal de enfermería usa los teléfonos para poder estar pendientes de la población, llamando a los familiares y encargados de los niños y niñas para que asistan a su vacunación. También nos enteramos de si hay alguna dificultad con el acceso, en cuyo caso nos acercamos nosotros para atenderles”. 

Esta es una práctica exitosa porque “el personal lo usa habitualmente y permite mantener conectados a sanitarios y usuarios, así como poder difundir consejos sanitarios que, de otra manera, sería difícil hacer llegar por lo aislada que es la zona”, añade Francis, quien agradece “el apoyo de OPS para poder lograr la cobertura de vacunación, que, para nuestro país, es un reto”.