El sistema de cuidados de Uruguay: apoyos en el presente para construir futuro
El sistema de cuidados de Uruguay: apoyos en el presente para construir futuro
Montevideo, Uruguay, 7 de septiembre de 2023
Marcela Hernández, de 27 años, es una usuaria del servicio Jardín de los Colores, perteneciente al Sistema de Cuidados de Uruguay. Allí lleva a sus tres hijos por las tardes, lo que le permite asistir a las clases del liceo. “Quiero ser doctora”, dice.
Marcela Hernández tiene 27 años y tres hijos, de siete, tres y un año y medio. Es una beneficiaria del Jardín de los Colores, un servicio del Sistema de Cuidados de Uruguay. Cuando fue madre por primera vez llevaba un año trabajando en una panadería. Al nacer su niño, se abocó a la maternidad y dejó aquel empleo, una experiencia que no le gustaría repetir. “Me di cuenta de que cuando uno no sabe nada, te tratan mal”. Había dejado el liceo cuando cursaba cuarto año. Luego encontró otro trabajo (en el que se desempeña actualmente, como administrativa en un organismo púbico), y decidió volver a estudiar. Ya ahí había nacido su segundo hijo. “Hace años que estoy tratando de terminar el liceo”, dice, pero ahora solo le queda completar el último semestre. Piensa ingresar a la facultad de medicina el próximo año. “Quiero ser doctora”, afirma, “me gusta ayudar o acompañar, y aparte que quiero darle a mis hijos una calidad de vida que en este momento no puedo darles”.
El Cerro de Montevideo es un barrio de tradición obrera. Allí vive Marcela, junto a su esposo, la hija de él y su nieto. Se levanta antes de las siete de la mañana. De camino al trabajo, junto con su esposo, deja a los dos niños más grandes en la escuela y los más pequeños de la casa quedan al cuidado de la hija de su esposo. Marcela regresa pasadas las dos de la tarde, hace mandados, las tareas de la casa, los deberes. “La tarde se va rápido”, concluye, y a las seis lleva a sus tres hijos al Jardín de los Colores y, en ese tiempo, hasta las diez de la noche, va al liceo.
La asistencia de sus hijos al jardín es una posibilidad que le da el Sistema de Cuidados, creado en 2015, y que Wilson Benia, asesor de Sistemas y Servicios de Salud de OPS Uruguay, presenta como “un elemento de innovación en las políticas públicas con foco en el cuidado de las personas”, en especial, “de determinados grupos con particular vulnerabilidad: la primera infancia, las personas con discapacidad o las personas adultas mayores”.
“El Sistema de Cuidados viene a generar un apoyo para habilitar el desarrollo, particularmente de las mujeres, las que en nuestros estereotipos de género cargan con el peso de los cuidados en la familia”, añade Benia, y subraya que el objetivo es que “esas personas puedan desplegar todas sus capacidades”.
Esta política está diseñada de tal manera que “potencia los aportes de las familias, de las empresas y del Estado en una lógica de corresponsabilidad y cobertura financiera compartida en función de las características de vulnerabilidad de la población destinataria”, detalla el referente de OPS.
Algunos apoyos se concretan a través de la cobertura del salario de quienes cuidan a personas con discapacidad o adultas mayores y otros mediante el subsidio estatal para la cobertura de cuidados, por ejemplo, en centros que atienden a la primera infancia, como el Jardín de los Colores.
Cuando Marcela volvió a estudiar, su madre cuidaba a sus hijos y, algunos días, si no trabajaba a esa hora, lo hacía su esposo. La apertura del espacio de cuidados nocturnos en el jardín significó un cambio importante para ella. “Fue un alivio porque antes dependía de terceros al cien por ciento”, dice, y apunta que el beneficio le permitió no faltar a clase cuando su madre trabajaba o estaba enferma.
“Es de gran ayuda y yo estoy tranquila. No solamente porque los cuidan: ellos van encantados”, relata, y agrega que “siempre están pendientes de si nosotros vamos a necesitarlo el año que viene, el semestre que viene, de cómo vamos”, dice Marcela.
Tiempo después de dejar el empleo en la panadería, Marcela quería conseguir un trabajo que le “permitiera ser madre”. Si bien ahora le gustaría “tener más tiempo de calidad” con sus hijos, es consciente de que es complicado lograrlo “trabajando y estudiando” pero, de a poco, avanza en sus metas a corto y largo plazo.