Lajeado, 13 de diciembre de 2024 – Cada año, cerca de 300 mil personas mueren ahogadas en todo el mundo. En las Américas, se registran más de 17 mil fallecimientos. Estos datos provienen del Informe Mundial sobre la Prevención de los Ahogamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), presentado este viernes (13/12), el cual expone un panorama de una de las principales causas de muerte entre niños, niñas y jóvenes de 1 a 24 años.
En Brasil, el informe indica una tasa de 2,1 muertes por ahogamiento por cada 100 mil habitantes, siendo aproximadamente el 70% de estos decesos en ríos, lagos y represas. El secretario general de la Sociedad Brasileña de Salvamento Acuático (Sobrasa), Dr. David Szpilman, subraya la importancia de implementar acciones para mejorar la seguridad en las cuencas hidrográficas municipales. Según él, la educación es un pilar fundamental para prevenir ahogamientos.
“Esto incluye, principalmente, educar a la población para reconocer riesgos, saber cómo prevenirlos y cómo ayudar sin convertirse en una segunda víctima. De los 15 brasileños que mueren ahogados diariamente, dos fallecen al intentar ayudar a otra persona en peligro dentro del agua”, advierte.
El Dr. Szpilman también destaca la importancia del trabajo de los socorristas: “En áreas sin salvavidas, el riesgo de morir por ahogamiento es 60 veces mayor”. Sobrasa fue una de las entidades de Brasil que contribuyó al levantamiento y envío de datos sobre ahogamientos al informe de la OMS.
Las acciones preventivas pueden reducir significativamente los accidentes, y para ello es fundamental conocer las realidades locales desde una perspectiva multisectorial. Letícia Cardoso, directora del departamento de Análisis Epidemiológico y Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud de Brasil, señala que el informe permitió una mayor articulación entre la gestión gubernamental, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil para elaborar un panorama de la situación en el país.
“El informe nos reveló la magnitud de este problema junto con los datos de los sistemas de información, mostrando que el ahogamiento como una de las principales causas de muerte en niños y niñas”, añadió.
Los ahogamientos pueden prevenirse
En el estado de Tocantins, en la región norte de Brasil, los bomberos lideran diversas iniciativas educativas, preventivas y de rescate, en colaboración con municipios e instituciones.
Según datos de Sobrasa, Tocantins ocupa el quinto lugar entre los estados brasileños con mayor índice de muertes por ahogamiento, registrando 4,64 casos por cada 100 mil habitantes.
Entre las acciones destacadas están los proyectos Botinho do Tocantins y Sobrasa Kids, que combinan actividades recreativas con educación sobre la prevención de ahogamientos, llegando a niños y adolescentes en varias regiones del estado.
Estas iniciativas forman parte de un esfuerzo más amplio liderado por el Comando de Bomberos, que incluye análisis detallados de los datos de ahogamientos, mapeo de riesgos, capacitaciones y señalización de áreas aptas para el baño en el estado.
El teniente coronel Antonio Luiz Soares da Silva, quien lidera las iniciativas en el estado y es responsable del mapeo y análisis de los datos, destaca la importancia de conocer la realidad local para orientar las intervenciones.
“Una cantidad significativa de las áreas balnearias del estado cuenta con delimitación de zonas de baño, señalizaciones informativas y salvavidas, lo que incrementa considerablemente la seguridad para el público en las playas”, afirma.
Además de capacitar a los salvavidas, los bomberos proporcionan a los municipios del estado modelos estandarizados de señalización. El teniente coronel Soares también subraya la necesidad de implementar acciones integradas.
“La mejora en la infraestructura de las playas y balnearios del estado, combinada con campañas educativas, como el Proyecto Botinho de Tocantins, puede elevar a las ciudades costeras a la categoría de municipios más resilientes frente al ahogamiento.”
Aprendizaje lúdico
Con una metodología adaptada a las distintas realidades locales, el Proyecto Botinho de Tocantins comenzó en 2023 y ya ha realizado seis ediciones en diferentes ciudades del estado: Pedro Afonso (2023 y 2024), Babaçulândia, Barra do Ouro, Filadélfia y, más recientemente, en Lajeado los días 17 y 18 de octubre, en colaboración con Sobrasa Kids.
La playa de Segredo fue el escenario elegido para las actividades en Lajeado, conocida como la “ciudad de las aguas”. En la iniciativa participaron niños y adolescentes de un programa social desarrollado por el municipio junto con la iniciativa privada, que incluye refuerzo escolar y actividades deportivas, como el fútbol, fuera del horario escolar.
Lenizia Costa, secretaria municipal de Turismo, destacó la importancia de la iniciativa en Lajeado: “Nuestro municipio acogió el proyecto porque tenemos una fuerte conexión con nuestras aguas y buscamos ser referentes en seguridad acuática. Además, alineamos las acciones preventivas con iniciativas de preservación ambiental.”
El Proyecto Botinho, en alianza con Sobrasa Kids, combina aprendizaje lúdico con seguridad acuática. Según el cabo Eglison Abade dos Santos, instructor de las actividades, el objetivo es enseñar a los niños sobre los riesgos del agua, los límites de seguridad y la importancia de alertar a los familiares: “Hoy se gradúan como pequeños bomberos junior, listos para ayudar en la prevención,” explicó.
Las actividades incluyen lecciones de prevención y nociones de preservación ambiental, como respetar la señalización y no dejar basura en las playas. Los niños participan en yincanas y simulaciones, y al final, reciben medallas.
El proyecto comienza con una reunión nocturna con los niños, padres y tutores, donde se presentan los objetivos y las orientaciones para el día siguiente. Al día siguiente, los niños son llevados a la playa para conocer las señales, participar en actividades físicas y realizar una limpieza de la arena.
Aunque la playa parecía limpia, los participantes llenaron cinco bolsas de basura, cumpliendo el desafío y contribuyendo al medio ambiente.
Durante las instrucciones, los niños y adolescentes, acostumbrados a vivir en un municipio rodeado de ríos, recibieron valiosas lecciones sobre seguridad acuática. En una actividad, el cabo Abade preguntó: “Si están nadando y sienten un calambre en la pierna, ¿qué hacen?”
Atentos, los niños aprendieron que el primer paso es mantener la calma. El instructor explicó la técnica de girarse de espaldas, cerrar las manos como conchas y empujar el agua para llegar a un lugar seguro. Él refuerza: “La persona que entra en pánico abre las manos, abre la boca, y el agua entra, dificultando su salida de allí.”
El instructor explica que mantener las manos cerradas es estratégico para evitar que el agua pase entre los dedos, lo que dificulta que la persona pueda nadar y llegar a un lugar seguro. También relata historias de personas que han sufrido accidentes acuáticos en el estado para ejemplificar qué se debe y qué no se debe hacer.
Además de enseñar, el proyecto incentiva a los niños a compartir lo aprendido con sus familiares y amigos. “Ahora, ustedes, del Proyecto Botinho, tienen una obligación. ¿Saben cuál es? Hablar de prevención con sus padres”, concluye el Cabo Abade, destacando la importancia de multiplicar las orientaciones.
“Agua al ombligo, señal de peligro”
Mientras los niños se reunían en un punto de la playa, atentos a las instrucciones para la próxima actividad —un paseo en moto acuática—, un grito fuerte llamó la atención de todos. A pocos metros de distancia, parecía que una persona se estaba ahogando. Antes de que los presentes entendieran lo que ocurría, un salvavidas que acompañaba la actividad corrió hacia el agua y rescató a un joven. Al llegar a la orilla, aplicó técnicas de primeros auxilios.
Fue entonces cuando los niños y adolescentes se dieron cuenta de que, a pesar del susto, se trataba de una simulación. El joven rescatado era João Pedro de Souza Nunes, de 16 años, estudiante de primer año de secundaria. Por indicación de los instructores, fingió estar ahogándose, experimentando por primera vez una situación de este tipo, aunque fuera simulada.
“En ese momento, sentí el corazón acelerado. No sabía que el salvavidas llegaba tan rápido; si hubiera sido un caso real, creo que me habría salvado. Todo el mundo pensaba que era de verdad, fue emocionante”, detalló João Pedro.
Además de la experiencia, João Pedro contó que aprendió lecciones prácticas: “Ahora sabemos qué hacer. Podemos lanzar algo que flote para ayudar a la persona a salvarse. Aprendí muchas cosas, incluso sobre cómo preservar el medio ambiente y más”.
En otro momento, el cabo Abade volvió a cuestionar a los niños: “Si el agua ya está en el ombligo, ¿es señal de qué?”
“¡Peligro!” respondieron al unísono, demostrando que habían asimilado el aprendizaje.
El instructor aprovechó para reforzar la advertencia: “Puedes pisar un hueco y hundirte. ¿Sabían que hay personas que se han ahogado incluso en baldes? Es común, sobre todo con niños pequeños”, agregó el instructor. También se impartieron lecciones importantes, como nadar en lugares con salvavidas, preguntarles cuáles son los mejores puntos para bañarse y siempre obedecer la señalización.
Algunos padres y madres que acompañaron las actividades destacaron la importancia de la iniciativa. Daniele Souza do Nascimento, madre de Emanuel Souza, de ocho años, compartió su experiencia:
“Esta iniciativa es muy buena, me encantó, especialmente porque recientemente vivimos un proceso relacionado con un ahogamiento. Esto nos impactó mucho. Por eso, cuando lo anunciaron en el grupo, no dudé en asistir, especialmente porque a él le gusta mucho estar en el agua. Esto será un incentivo para que preste más atención”.
Al final de la mañana, los niños pudieron disfrutar de un baño en la playa y pasear en moto acuática.
Municipio Más Resiliente en Ahogamiento
La colaboración entre el Proyecto Botinho de Tocantins y Sobrasa Kids forma parte de un programa más amplio de la Sociedad Brasileña de Salvamento Acuático (Sobrasa) denominado Municipio Mais Resiliente em Aflogamento, que impulsa a las gestiones municipales a implementar una serie de intervenciones desde 2015 para reducir el número de ahogamientos.
El secretario general de Sobrasa, Dr. David Szpilman, explica que el objetivo principal es capacitar a la población para reconocer riesgos y adoptar medidas preventivas, especialmente en áreas de ríos, lagos y represas.
“El mayor desafío es convencer a la población de que los ahogamientos pueden ocurrir con cualquiera. Puede ser con niños en piscinas o cerca de casa, surfistas, pescadores, durante el transporte, entre otros. La idea es que todos los involucrados en el problema participen y colaboremos juntos para implementar un programa de prevención uno por uno y avanzar”, destacó.
Cada municipio debe cumplir criterios específicos para ser considerado resiliente, como la implementación de estrategias personalizadas y un monitoreo continuo por parte de voluntarios de Sobrasa. Con 5.500 voluntarios distribuidos por el país, realizando alrededor de 13 acciones diarias, el programa avanza en el fortalecimiento de la cultura de la prevención, salvando vidas y reduciendo el impacto de este problema ignorado.
Inspirado en el concepto de Municipio Resiliente de la ONU, el programa se adaptó para abordar la cuestión específica del ahogamiento. Diferente de otras iniciativas, busca atender las particularidades de cada municipio, movilizando a públicos locales para identificar las principales causas de ahogamiento e implementar acciones dirigidas, como programas de prevención enfocados a niños, surfistas, pescadores y navegantes.
El Municipio Mais Resiliente em Afogamento promueve un esfuerzo colaborativo entre ayuntamientos, el Servicio de Atención Médica de Urgencia (SAMU), Defensa Civil, bomberos y otros actores involucrados en la seguridad local.
Más información: https://sobrasa.org/programa-municipioresiliente-em-afogamento/
Fotos: Luiz Henrique Machado/Governo do Tocantins