"Hubo que ir muy de a poco, tratando de coordinar con el segundo nivel de atención (el hospitalario) y con la población, para que pudiera reconocer al servicio de la policlínica como un lugar donde se resuelven los problemas de salud", resumió la médica.
Ahora, la policlínica tiene laboratorio, la farmacia dispone de todos los medicamentos del vademécum, hay especialidades básicas y una aceitada coordinación con otros especialistas. Además, los médicos de la policlínica hacen visitas domiciliarias y trabajan con la comunidad.
El nivel de resolución en el lugar y la posibilidad de acceder a una atención de salud con calidad, sin importar el nivel adquisitivo de los pacientes, son dos ventajas que tiene la policlínica de San Bautista y que explican, en buena medida, porqué la comunidad la cataloga como "el mejor servicio de salud" del lugar. Actualmente atiende al 40% de la población y casi todos los días comienza nuevas historias clínicas.
"Los médicos de familia somos especialistas en tratar al paciente de manera integral. Vemos lo biológico, pero también lo emocional. Conocemos cómo vive la gente, de qué vive, en qué utiliza sus ratos libres, si consume tóxicos o no. De ese balance depende si la gente está sana o está enferma", explicó Cuadrado.
Un trato amigable
La satisfacción de los usuarios tiene, también, otra razón de ser: en la policlínica reciben un trato horizontal y amigable. "Mi vida fue una antes y es otra ahora", contó Ana, una señora mayor que vive en una zona muy alejada y sin ningún medio de transporte. "Con la doctora he podido aclarar todas mis dudas, porque además de ser mi médico personal, es mi amiga", señaló.
Desde 2012, Ana participa de los talleres con mujeres rurales que Cuadrado comenzó a implementar. "Aprendí a tener confianza en mí misma, a saber que no soy la única persona que tiene problemas", indicó esta mujer a quien el grupo le ayudó a hacer amigas y a superar aquella depresión en la que estaba inmersa.
Según Cuadrado, el grupo ha empoderado a las mujeres. "Muchas han terminado el liceo, han conseguido distintos trabajos, se han animado a salir de viaje y a hacer cosas que antes no hacían", relató. Además de conversar en ese espacio, hacen yoga, relajación y también juegan.
La violencia de género es un tema que comenzó a abordarse en los talleres, y para incidir en su disminución, Cuadrado se propuso trabajar este año también con los hombres, organizando talleres mixtos.
Valentín tiene 72 años, es hipertenso y hace algunos años sufrió un infarto. "En San Bautista, desgraciadamente, no hay mucho para hacer más que ir al bar con los amigos", lamentó, y detalló que ahora evita esa actividad para alejarse de la bebida.
Esta experiencia de contacto y cercanía con la población desde los servicios de salud, recuerda que la salud no es solamente la ausencia de afecciones o enfermedad sino un estado completo de bienestar físico, mental y social, tal y como lo expresa desde 1948 la constitución de la OMS.