Marzo, 2025
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omar hasta 17 pastillas al día y recibir inyecciones constantes puede ser agotador, incluso cuando sabes que tu vida depende de ello. Benito lo entiende bien. A sus más de 60 años, enfrentarse a un diagnóstico de tuberculosis multidrogorresistente (TB-MDR) fue un difícil golpe emocional, pero más aún cuando le dijeron que el tratamiento podría durar hasta un año y medio.
“Eso me desmotivó. Además, tenía náuseas cuando tomaba las pastillas. Me dolía la cabeza y me faltaban fuerzas”, reconoce. La idea de pasar tanto tiempo bajo un régimen con esas características le parecía abrumadora. Sin embargo, luego de un tiempo, los médicos que lo evaluaron le ofrecieron una alternativa: un tratamiento administrado por vía oral y acortado, que reduciría el tiempo de terapia a solo seis meses, y con ello, menos visitas al centro de salud, gastos de traslados y preocupaciones.
Benito aceptó sin dudarlo. “Cuando me dijeron que ya no me pondrían las inyecciones y que me iban a bajar la cantidad de pastillas, me sentí aliviado. Es mucho más fácil de seguir”, dice, confiado en que esta vez el tratamiento tendrá menos efectos secundarios. “A partir de eso, empecé a mejorar. Ya no sufría el dolor de las inyecciones. Tenía menos tos y empecé a subir de peso”, cuenta Benito quien llegó a pesar solo 45 kilos.
Como Benito, alrededor de 790 pacientes en el Perú han accedido a este esquema de tratamiento para la TB-MDR desde octubre de 2023 y hasta febrero de 2025, según cifras del Ministerio de Salud de Perú. Detrás de cada caso hay un esfuerzo colectivo por mejorar el acceso a tratamientos más eficaces, que involucra no solo al paciente, sino a sus familias, su comunidad, al personal de salud y a las autoridades que hacen posible implementar estas estrategias.
“Hemos comenzado a expandir el diagnóstico molecular al primer nivel de atención, como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), y nos estamos esforzando para introducir los mejores esquemas de tratamiento y brindar una terapia más corta y fácil para la tuberculosis multidrogorresistente”, explica Valentina Alarcón, directora ejecutiva de Prevención y Control de Tuberculosis en el Ministerio de Salud del Perú.
El diagnóstico molecular implica técnicas avanzadas de laboratorio, como la PCR (reacción en cadena de la polimerasa), que permiten una detección y caracterización más rápida y precisa de Mycobacterium tuberculosis (la bacteria responsable de la enfermedad), incluyendo cepas resistentes a los medicamentos. “Estos avances se han dado a raíz del trabajo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y las recomendaciones que nos dejaron en 2023, las cuales fueron asumidas por el país y se están implementando, con el objetivo de ofrecer lo mejor a nuestra población”, agrega.
La implementación de estos esquemas de tratamiento, conocidos como BPaL y BPaLM, ha requerido una preparación exhaustiva. Médicos, enfermeras y monitoras —figura clave que se ha introducido para el seguimiento de pacientes— han sido capacitados desde 2023 sobre el uso del nuevo esquema, sus posibles efectos adversos y la mejor manera de acompañar a las personas en su tratamiento y recuperación.
“Ha significado un reto para todos: actualizarse y conocer los nuevos medicamentos para orientar y acompañar correctamente a los pacientes”, reconoce la doctora Gisselle Aranda, del programa de tuberculosis del Centro de Salud “7 de Octubre”, en El Agustino, uno de los distritos más afectados por la enfermedad en Lima. “Esta es una buena oportunidad para los pacientes, de recibir tratamientos efectivos, que no representan incomodidad ni dolor, reduciendo significativamente los efectos adversos”, sostiene.
Los más vulnerables son los más afectados
En 2023, según el Ministerio de Salud, Perú reportó aproximadamente 33.000 casos de tuberculosis, de los cuales alrededor de 3.100 eran multidrogorresistentes. Es decir, miles de personas enfrentaban una variante de la enfermedad aún más difícil de tratar.
En 2025, este panorama comienza a cambiar. El tratamiento oral acortado ya se encuentra incluido en el Plan Nacional de Tuberculosis de Perú (PNT), es gratuito y ha demostrado buenos resultados, facilitando la adherencia al tratamiento. La cooperación técnica de la OPS/OMS ha contribuido a hacer sostenible este proceso, apoyando la capacitación del personal sanitario, facilitando la compra de medicamentos a través del Fondo Estratégico de la OPS y colaborando en la actualización de políticas públicas en el sector.
“Es crucial seguir trabajando juntos para poner fin a la tuberculosis en Perú. Las autoridades, los equipos técnicos, el personal sanitario, los pacientes y sus familias juegan un papel fundamental en este esfuerzo colectivo. Solo con un compromiso compartido podremos avanzar hacia un futuro libre de tuberculosis y mejorar la salud y el bienestar de toda la población”, afirma Maureen Birmingham, representante de la OPS/OMS en el país.
Eliminar la tuberculosis, especialmente la multidrogorresistente, sigue siendo un desafío tanto en Perú como en la región de las Américas, donde solo 2 de cada 5 personas que la padecen acceden a tratamiento. Sin embargo, se están produciendo cambios en diversos niveles. Un ejemplo de ello es que, en diciembre de 2024, el Ministerio de Salud de Perú aprobó la norma técnica para pacientes con tratamientos acortados, lo que constituye uno de los primeros pasos de una serie de acciones estratégicas que mejorarán la calidad del tratamiento y el acceso a la atención. De esta forma, más pacientes, como Benito, tendrán la oportunidad de recuperar su salud sin que esto se convierta en una carga en sus vidas.
El caso de Benito refleja lo que se puede lograr con los nuevos esquemas acortados, la capacitación del personal de salud y el esfuerzo colectivo para proporcionar un tratamiento más accesible. Cada día que pasa, su salud mejora, y con ello, su calidad de vida. “Si se sienten mal, igual que yo, vengan al centro de salud. Pueden sanar. No se dejen vencer por esa enfermedad”, dice con confianza. Benito sabe que pronto dejará atrás la tuberculosis multidrogorresistente y recuperará su salud, aquella que la enfermedad podría haberle arrebatado sin el tratamiento adecuado.
La tuberculosis es una de las más de 30 enfermedades transmisibles y condiciones relacionadas que la OPS busca eliminar para 2030 como parte de su Iniciativa de Eliminación.