Enero 2021
Chipaya es una nación indígena ubicada en la provincia de Sabaya del departamento de Oruro, Bolivia.
Chipaya es una nación indígena ubicada en la provincia de Sabaya del departamento de Oruro, Bolivia. El pueblo está situado en una zona remota al noreste del lago Coipasa, donde la gente ha mantenido elementos especiales de su cultura. La pandemia por COVID-19 no impidió que el personal de salud de la comunidad y el Programa Ampliado de Inmunización (PAI) de Oruro brinden atención médica comunitaria. Por un lado, para dar acompañamiento emocional y de salud, incluso realizando visitas domiciliarias en los lugares más alejados de su comunidad en medio de un altiplano árido. Las vacunas no faltaron.
El personal médico ha aprendido a comunicarse en el idioma de la Nación Uru Chipaya. La tarea no fue sencilla, es una lengua ancestral y tiene sus complejidades pero ante la importancia de la adaptación cultural, ellos aprendieron a manejar la lengua, a escuchar a la comunidad y a entender las necesidades de los Chipayas.
La estrategia de vacunación de Chipaya fue involucrar a la comunidad en las tareas de inmunización, comprendiendo sus usos y costumbres, entendiendo sus temores, conversando con las madres y los dirigentes para que permitan que los niños y las niñas menores de cinco años reciban las vacunas. Así como las niñas mayores de 10 años cuenten con la vacuna contra el VPH.
Las viviendas de la comunidad están dispersas. Debido a la distancia, los comunitarios de Chipaya deben usar diferentes medios de transporte para llegar hasta el centro de salud para vacunar para sus hijos e hijas.
Los médicos del lugar están en constante comunicación con los comunarios, justamente para explicar sobre la importancia de las vacunas y la relevancia de la prevención.
Las niñas que recibieron la vacuna contra la VPH han comprendido su beneficio.
Lizet junto a otras niñas de la comunidad recibieron la explicación de por qué es bueno vacunarse contra el virus del papiloma humano, causante del cáncer de cuello uterino.
Margaret es la hermana mayor de Lizet y pudo experimentar los beneficios de las vacunas en su vida, ella transmite su experiencia y conocimiento al resto de miembros de la comunidad. “Estoy sana y estoy bien”, les dice.
Carola es la madre de tres hijos que decidió perder el miedo a las vacunas
La comunidad y la unión familiar son un rasgo relevante en la cosmovisión de los Chipayas, no sólo fortalecen los lazos de los miembros de la nación indígena y la preservación de sus tradiciones, sino que permite que cada integrante de la comunidad cuide uno del otro.
Carola recuerda que ya son varios años que las vacunas son parte de la comunidad. Al principio siempre se ven a las vacunas con desconfianza, dice. Pero cuando se dan cuenta que han sido buenas para la salud de los pobladores de la comunidad, saben que éstas aportan a la preservación de la salud y la vida, claves para la preservación de las naciones indígenas y de civilizaciones ancestrales como la nación Chipaya, en Oruro, Bolivia.