La Habana, Cuba, 30 de junio de 2015 (OPS/OMS).- Yunaisy conoció su estado de VIH antes de su tercer embarazo. Fue durante uno de los controles de rutina que le ofrecieron en el Policlínico Bernardo Posse, de San Miguel del Padrón, en la ciudad de La Habana, en Cuba. Saber que vivía con el virus no frenó su deseo de volver a ser mamá. "Lo único que quería era que mi niñito naciera sanito", dice, y así fue.
Los doctores y las enfermeras que la atendieron siguieron una serie de pasos para evitar que transmitiera el virus a su bebé durante el embarazo, el parto o la lactancia. Tras detectarle en forma oportuna el virus, le recetaron el tratamiento antirretroviral y programaron, con su consentimiento, el parto por cesárea a las 38 semanas del embarazo. También, le administraron medicamentos a Raúl Antonio al nacer, quien sigue bajo controles médicos periódicos hasta los 18 meses. La mamá también siguió la recomendación de su doctora y evitó amamantarlo, porque aprendió que la leche materna podía transmitirle la infección. En su reemplazo, utilizó una leche maternizada.
Yunaisy es una de las más de 2.600 mujeres de 15 a 49 años que viven con VIH en la isla y para quienes traer al mundo a un niño sin el virus es posible. Cuba registra desde 2012, entre 1 y 2 casos de VIH pediátrico cada año. La cifra es tan baja (menos de 2 de cada 100 de los nacidos de madres positivas, el número máximo a alcanzar con la utilización de las medidas disponibles) que la transmisión se considera eliminada, un logro que le valió a Cuba el reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el primer país del mundo en validar la eliminación de la transmisión de madre a hijo del VIH y de la sífilis congénita.
María Isela Lantero es la jefa del Programa Nacional de ITS/VIH/sida de Cuba. Lantero adjudica este logro a la estrategia de eliminación llevada adelante por el país, la cual, indicó, se inserta en un "sistema de salud accesible, universal y gratuito, que nos permite llegar a todas las personas para que reciban los servicios y prevenir estas enfermedades".
Según la jefa del Programa de ITS/VIH/sida de Cuba, en la isla cada gestante recibe normalmente un mínimo de diez controles prenatales, se les ofrece el diagnóstico del VIH y la sífilis en los tres trimestres del embarazo, además de información sobre la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y acceso al condón.
En Cuba, el 98,6% de las embarazadas VIH positivas y el 100% de los bebés expuestos recibieron tratamiento en 2013, según datos oficiales disponibles hasta septiembre de ese año. "Los medicamentos se le dan en forma gratuita en la farmacia", cuenta la doctora Raisa Montero López, quien atiende a Yunaisy en el Policlínico Bernardo Posse. "Todos los meses, ella o algún familiar busca los medicamentos con un tarjetón, el que no tiene el nombre del paciente para preservar la confidencialidad del diagnóstico", señala y agrega que ese tarjetón funciona también como "una forma de controlar la adherencia al tratamiento".
Un logro histórico
A finales de junio de 2015, Cuba se convirtió en el primer país del mundo en obtener la validación de la eliminación de la transmisión vertical del VIH y de la sífilis congénita por parte de la OMS. El proceso de validación fue amplio e incluyó la elaboración de un informe de país sobre la situación de estas dos enfermedades, una misión a Cuba de un comité regional de expertos independientes convocado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y la revisión de un Comité Global de Validación, que recomendó a la Directora General de la OMS, Margaret Chan, validar la eliminación.
La validación también se refirió a la transmisión vertical de la sífilis, una enfermedad antigua, pero que puede ser fácilmente eliminada con el tratamiento adecuado. El logro de Cuba consiste en registrar menos de 0,5 casos por 1.000 nacidos vivos al año. Entre 2012 y 2013, el país ha reportado tres casos de sífilis congénita: ninguno en 2012 y tres en 2013, los que representan tasas de 0, y 0,02 respectivamente.
La dermatóloga Eva Correa, del policlínico Bernardo Posse, recibe a las embarazadas con serología reactiva para sífilis que le llegan derivadas por el médico y las enfermeras especializadas en VIH e ITS, conocidas en Cuba como "enfermeras encuestadoras". En el país, se ofrece la prueba para detectar la infección en los tres trimestres del embarazo y en el momento del parto, así como también, a la pareja de la embarazada, y se les recomienda el uso de preservativo.
"Aquí se ve a la paciente, se le hace un interrogatorio, un examen físico, se le comienza un tratamiento y se le explica el por qué se hace todo esto para evitar que su niño nazca con sífilis congénita", cuenta desde su consultorio. La sífilis congénita es una infección del recién nacido transmitida por su madre que en caso de no ser tratada puede provocar graves trastornos en la salud del niño.
Correa explica que luego de que una embaraza con sífilis pare, se le hace un seguimiento durante dos años. Al bebé se lo testea para conocer su estado y se le inicia un tratamiento durante diez días. "En este policlínico no hemos tenido ningún niñito que haya nacido con esta situación", dice.
Para alcanzar la eliminación, la estrategia de Cuba consistió en ofrecer el test de sífilis a las embarazadas en los tres trimestres del embarazo, tratar a las positivas y testear y tratar también a sus parejas, así como a los recién nacidos. Cuando la mujer ingresa para tener a su bebé también se le realiza el examen. Según datos oficiales, en 2013 el 99,3% de las embarazadas se realizan el test para conocer su estado y el 97,8% de las positivas fueron tratadas.
"Al eliminar la transmisión de estas enfermedades, Cuba está mostrando al mundo que la salud de las madres y los recién nacidos es una prioridad y que detener la epidemia de VIH en las nuevas generaciones es posible", afirmó Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de la Salud de la OPS/OMS. Espinal destacó también la "fuerte integración" del sistema de salud cubano y "la sinergia entre los programas de VIH y Materno-Infantil del Ministerio de Salud Pública, que ha sido clave para lograr la eliminación".
Además de Cuba, Anguila, Barbados, Canadá, Estados Unidos, Montserrat, Moldavia, Puerto Rico y Tailandia, entre otros, también habrían logrado eliminar ambas enfermedades y estarían en condiciones de solicitar la validación de su eliminación a la OMS.
Desde 2010, la OPS/OMS colabora con los países de las Américas en la puesta en marcha de una iniciativa que lleve a eliminar la transmisión de madre a hijo del VIH/sida y de la sífilis congénita. En 2013, 2.324 niños nacieron con VIH en América Latina y el Caribe, 45% menos que en 2010. "Todavía debemos hacer más esfuerzos para que finalmente ningún niño de nuestra región nazca con VIH o con sífilis", consideró Espinal.
Raúl Antonio sigue sano y es el claro ejemplo de que nacer sin VIH ni sífilis es posible, una meta que puede hacerse realidad para todos los niños y niñas de las Américas.