Mayo 2024
Allisah está entusiasmada con la certificación de Jamaica de haber eliminado la transmisión maternoinfantil del VIH y la sífilis, y tiene todo el derecho a estarlo.
Diagnosticada a los ocho meses de edad, Allisah ha vivido con el VIH durante casi toda su vida. Nacida sana, Allisah contrajo el virus de su madre a través de la lactancia. No fue hasta una visita al hospital para un análisis de sangre que se reveló el diagnóstico. Tanto Allisah como su madre fueron sometidas rápidamente a un tratamiento antirretroviral para controlar su enfermedad, que continúan tomando hasta el día de hoy.
A lo largo de su adolescencia, Allisah permaneció ajena a su estado serológico, pero se preguntaba por qué tenía que tomar medicamentos a diario. Sin embargo, su madre lo atribuyó a una afección respiratoria, por lo que la animó a seguir cumpliendo. "Tomaba medicamentos todos los días, pero después de un tiempo, me cansé de tomarlos y los tiré por el inodoro", confesó Allisah. Pero su salud pronto se deterioró, lo que resultó en múltiples ingresos hospitalarios. No fue hasta los 16 años que un familiar reveló su estado serológico, una revelación que sacudió el mundo de Allisah y la dejó lidiando con sus implicaciones para la salud y la vida social.
Viviendo con esta carga secreta, Allisah estudió la escuela secundaria con cautela, siempre con cuidado de ocultar su condición a amigos y compañeros de clase. "No sentía que pudiera confiar en ellos", explicó. "Entonces, cuando tenía que tomar mi medicación, simplemente me iba y la tomaba en secreto". A medida que Allisah crecía, comenzaron a circular rumores sobre su estado serológico y el de su madre en su comunidad; Sin embargo, se mantuvo firme frente a la discriminación y el estigma.
Después de dejar la escuela secundaria, Allisah contempló su futuro, en particular encontrar una pareja que aceptara su estado serológico. Esa oportunidad surgió cuando conoció a un hombre que la apoyaba y que, después de conocer la verdad, decidió continuar su relación a pesar de su estado negativo. Después de varios años de relación, decidieron que era el momento adecuado para formar una familia. Durante todo este tiempo, Allisah tomó constantemente su medicación para asegurarse de que el virus en su cuerpo permaneciera indetectable. Esto significaba que su pareja también seguía siendo VIH negativa. Unos meses después, Allisah se enteró de que estaba embarazada. "Estaba feliz cuando quedé embarazada, pero también estaba preocupada por mi bebé y por si ella también tendría que vivir con el VIH", compartió. Sin embargo, sabía que una vez que el virus fuera indetectable en su cuerpo, podría dar a luz a un bebé libre de VIH. Armada con este conocimiento, Allisah estaba decidida a hacer todo lo posible para proteger la salud y el bienestar de su hijo por nacer.