Desafíos geográficos y el esfuerzo incansable
En Chihuahua, donde Julia realiza su labor, los desafíos geográficos complican la distribución de servicios de salud. Con una extensión territorial considerable y una topografía diversa que va desde desiertos áridos hasta montañas escarpadas, llegar a todas las comunidades, especialmente las más remotas, puede resultar todo un reto.
Las largas distancias y las condiciones climáticas también dificultan el acceso a la atención médica y la distribución de vacunas, lo que requiere un esfuerzo coordinado y perseverante por parte de los profesionales de la salud.
Julia tiene muchas anécdotas de personas que se salvaron gracias a la vacuna antirrábica y la inmunoglobulina, que contiene anticuerpos que ayudan a neutralizar el virus de la rabia antes de que cause daño. “Atendí pacientes que fueron agredidos por murciélagos, zorrillos u otros animales. Me hablaban por radio y yo iba hasta donde estaban” para administrarles profilaxis postexposición contra la rabia. A veces caminaba largas distancias y, aunque algunos pacientes no lograban salvarse debido a su estado grave al momento de llegar, cuando sí lo hacían era una alegría muy grande”.
El origen de su vocación y su amor por la salud pública
El vínculo de Julia con la salud pública comenzó de manera fortuita cuando, a los 16 años, brindaba apoyo a un médico pasante en el pueblo de Batopilas, en Chihuahua, frontera con Sinaloa. Esta experiencia la llevó a descubrir su pasión por la salud y la medicina.
Originaria de Cerro Colorado, municipio de Batopilas, Chihuahua, Julia creció en un entorno donde la atención médica era escasa. Esta realidad la impulsó a comprometerse aún más con su labor, convirtiéndose en una figura vital en la provisión de servicios de salud en su comunidad y más allá. De hecho, cuenta, ella sola atendió 1500 partos y es madrina de bautizo de 25 niñas y niños.
A lo largo de sus 30 años de carrera, Julia ha sido testigo de grandes avances en la salud pública. "Vi cómo las vacunas llegaron a las localidades más lejanas, cómo la gente comenzó a comprender la importancia de la vacunación, y cómo logramos que dejara de morir gente a causa del sarampión", dice. "Por eso, me gustaría que me recordaran con un termo de vacunas por las calles, platicando con la gente y diciéndoles que las vacunas salvan vidas."
Gracias al trabajo de Julia y miles de trabajadores de salud y autoridades en toda las Américas, y con el apoyo de organismos como la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la región logró recuperar este mes su estatus como libre de sarampión endémico, un esfuerzo que se enmarca dentro de la Iniciativa de Eliminación de la OPS, que busca poner fin a más de 30 enfermedades transmisibles y condiciones relacionadas para 2030.