• Yuri Figueroa  junto a su bebé y su esposo en la sala de recuperación del Hospital Santa Bárbara, Honduras

Honduras modifica prácticas para salvar vidas y transformar la experiencia de atención neonatal


22 de enero de 2024.


En las salas de maternidad del Hospital Santa Bárbara Integrado en Honduras, la experiencia de Yuri Figueroa López es testimonio de un cambio significativo en la atención de mujeres embarazadas y recién nacidos.

Figueroa y su esposo se encontraban en la sala de recuperación del Hospital, cuando la Dra. Marly Castellanos se acercó para preguntarle cómo se sintió durante la atención de su parto. “Esta vez fue diferente a mi primer parto porque compartí con mi bebé desde el primer momento, me trajeron a la sala de recuperación y ya estoy con él” responde. Figueroa, a horas de haber dado a luz, mostraba seguridad y valoraba el acompañamiento de la doctora y las enfermeras que le explicaban detalles sobre la lactancia materna y otros cuidados del recién nacido. 

Maternidad

En un contexto desafiante, donde se registra una tasa de mortalidad neonatal que representa el 65% de las muertes infantiles, la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), trabaja de la mano de la Secretaría de Salud de Honduras (SESAL), para mejorar la atención de mujeres embarazadas y recién nacidos a través del fortalecimiento de capacidades y talleres de sensibilización dirigidos al personal de salud.

Las mejoras que ha demostrado el hospital Santa Bárbara Integrado son el resultado de una serie de talleres realizados por el Centro Latinoamericano de Perinatología – Salud de la Mujer y Reproductiva (CLAP/SMR) de la OPS/OMS, con el fin de promover la adopción de prácticas y técnicas que son fundamentales para la supervivencia y el óptimo desarrollo de los recién nacidos, así como para que, tanto bebés como madres y familias, tengan una experiencia más positiva y cariñosa.

Módulos como los cuidados esenciales del recién nacido, los cuidados esenciales del recién nacido prematuro o de bajo peso y la prevención y el manejo de la asfixia neonatal son parte de los contenidos principales que estructuran estos talleres. Estos se basan en la metodología de formación de formadores, donde el personal de salud capacitado es el encargado de replicar los conocimientos a otros profesionales, generando un efecto cascada que permite escalar la estrategia a otros centros de salud y territorios de Honduras.

Castellanos, pediatra y encargara de la sala de recién nacidos, participó de la primera capacitación y ha liderado 5 réplicas en el Hospital desde esa primera instancia. “Se trata de prácticas sencillas que no requieren más que de un cambio de actitud pero que tienen un impacto crucial en la salud de los bebés y el bienestar de sus madres” señala. Entre ellas, destaca el apego precoz, el contacto piel a piel, la lactancia inmediata, el abrigo adecuado para los recién nacidos y la actualización en cuidados básicos que deben recibir las y los bebés al momento del nacimiento. La evidencia ha demostrado que la aplicación de estas prácticas repercute en el mejor desarrollo del bebé durante toda su vida.  

“Hemos visto los cambios de antes y después del taller. Antes cuando los bebés nacían, la mamá se quedaba en la sala de parto y el bebé era llevado inmediatamente a la sala de cuidados, ahora se realiza el apego precoz y se observa a la madre y al bebé mucho más tranquilos” añade Heidi Madrid, médico en servicio social del Hospital de Santa Bárbara.

Durante las capacitaciones se emplean simuladores (ej.: muñecos de plástico que reproducen aspectos anatómicos realistas del cuerpo de un neonato) que son un puente entre la teoría y la práctica y permiten mejorar destrezas y fortalecer los conocimientos del personal de salud.

Para el equipo de cuidados del recién nacido en Santa Barbara ha sido revelador cómo los cambios implementados y las nuevas prácticas adquiridas han logrado modificar sustancialmente la experiencia de bebés y madres. “El hecho de tener a su bebé desde el primer minuto de vida, les ha ayudado a las madres psicológicamente a sentirse bien” expresa Castellanos.

Los talleres, desarrollados en el marco del proyecto Mejorando la salud de las mujeres y las adolescentes en situaciones de vulnerabilidad que cuenta con el apoyo del Gobierno de Canadá, también se implementan en Bolivia, Ecuador, Guyana y Perú.

Taller

Estos talleres que se están implementando en Honduras son parte de una estrategia regional que busca reducir la mortalidad neonatal en las Américas, particularmente en aquellas zonas de mayor vulnerabilidad, donde existen más inequidades y las tasas de mortalidad son mayores”, expresa el asesor regional en Salud Perinatal de OPS, Dr. Pablo Durán, quien agregó que “las capacitaciones promueven prácticas probadas y basadas en evidencia, que salvan vidas y garantizan experiencias positivas de apego y cuidado. El cuidado debe estar centrado en la familia”.  

En Honduras, se priorizaron 6 regiones sanitarias; Santa Bárbara, Cortés, Francisco Morazán, Intibucá, Atlántida y Gracias a Dios. Además, se propone seguir escalando los efectos positivos de estas capacitaciones al resto del país.  “La visión centrada en la atención primaria de la salud, que incluye la capacitación del personal de salud, la tele consulta, los sistemas de información y el uso de tecnologías perinatales ha facilitado el desarrollo de buenas prácticas relacionadas a los cuidados esenciales del recién nacido, allanando el camino para la mejora continua de la calidad de atención en el país” comenta la Dra. Amalia Ayala, líder del proyecto y asesora en servicios de salud en el curso de vida de OPS Honduras.

La labor que se realiza desde la OPS, en el marco de este proyecto, requiere de un esfuerzo continuo y del compromiso conjunto con las autoridades nacionales, los gobiernos locales, el personal de salud y las comunidades, “trabajar para que esta experiencia pueda replicarse en el resto del país y la región, favoreciendo a las poblaciones que viven en mayor situación de vulnerabilidad es uno de nuestros principales objetivos para cerrar brechas y garantizar experiencias seguras y cómodas para las mujeres” concluye Ayala.