El riesgo de reintroducción
Si bien en 1994 la región de las Américas logró eliminar la transmisión del poliovirus salvaje y los virus salvajes tipo 2 y 3 fueron erradicados, en algunos países como Afganistán y Pakistán continúa siendo endémico el virus salvaje tipo 1.
Además, en un porcentaje mínimo y de manera muy inusual, se puede generar una mutación derivada de la vacuna oral contra la poliomielitis con capacidad de transmitir la enfermedad a personas vulnerables al no estar vacunadas.
“Una persona puede llegar en avión con el virus y si está en contacto con una población que no está vacunada o que no tiene todas las dosis, se puede producir un brote, por eso es tan importante tener globalizada la vacunación”, explica el infectólogo.
Generalmente el virus se transmite de persona a persona, a partir de las heces de un individuo infectado que llegan a la boca de otro a través de las manos, juguetes, agua y alimentos contaminados, o a partir de secreciones respiratorias.
Como una gran proporción de las personas infectadas no presentan síntomas, las medidas de higiene necesarias para evitar la transmisión pueden no ser tomadas en cuenta con la importancia requerida. Por esa razón, la mejor forma de evitar la infección es mediante la vacunación contra la polio.
Lamentablemente y a nivel general “en la última década las coberturas de vacunación mostraron una tendencia decreciente. Así la región de las Américas pasó a ser la segunda con menor cobertura del mundo”, especifica la representante de la Organización Panamericana de Salud en Argentina (OPS/OMS), Eva Jané Llopis. Ante la situación descripta, agrega que “el riesgo de brotes de enfermedades prevenibles con vacunas alcanza su nivel más alto en 30 años”.
La tendencia se replica en Argentina con un descenso gradual y progresivo en el período 2009-2019, según información del Ministerio de Salud de la Nación. En la década mencionada, se observó una disminución de 14 puntos en la tercera dosis de vacuna contra la poliomielitis (de 97% a 83%).
Para más datos, la consultora nacional en Inmunizaciones de OPS, Florencia Nolte, añadió que “la cobertura de vacunación se ha visto gravemente afectada por la pandemia de COVID-19 en la mayoría de los países, y el riesgo de circulación de la poliomielitis nunca ha sido tan elevado desde 1994”.
Además, Nolte advirtió que según la última clasificación basada en el nivel de vacunación contra la polio y la vigilancia del síndrome de parálisis flácida aguda “Argentina se encuentra entre los países con riesgo muy alto de volver a tener casos de poliomielitis”.
Con el fin de evitarlo, Ellis recuerda que “la vacunación contra la polio es muy importante desde la primera infancia a los dos, cuatro y seis meses de vida y que tiene un refuerzo a los cinco años, al ingreso en la escuela primaria”.
Para finalizar y sin dudar asegura: “Las vacunas son una de las intervenciones más importantes en el mundo para prevenir enfermedades, salvar vidas y evitar secuelas”.