En esta historia, de un proceso de entrenamiento en Paraguay, lo relevante no solo son los aprendizajes de contenidos previstos en la agenda de salud, sino también las ideas que florecen a la luz de estos procesos de aprendizaje.
Noviembre 2021
En esta historia, de un proceso de entrenamiento en Paraguay, lo relevante no solo son los aprendizajes de contenidos previstos en la agenda de salud, sino también las ideas que florecen a la luz de estos procesos de aprendizaje.
Noviembre 2021
En el año 2020, en Paraguay se atendieron en los consultorios del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social a 2268 personas sobrevivientes a la violencia de género, de las cuales 293 fueron por violencia sexual. Y de este grupo de personas que sufrieron violencia sexual, el 72.6% fueron mujeres y el 29.3 fueron varones en la edad de la infancia y la adolescencia.[1] Esto ocurrió, en un contexto de pandemia donde los servicios de salud y los sistemas de información en salud de todo el mundo se vieron colapsados.
Desde esta experiencia, Claudia Sanabria, responsable de la Dirección de Género del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social señala que existe “la necesidad de tener datos sólidos, que sean reflejo de la realidad. Actualmente, se quiere un sistema único de registro en violencia, en eso estamos trabajando para que se usen los códigos y los formatos necesarios”.
Esta necesidad de mejorar el sistema de información en el registro de casos de violencia de género y asegurar un avance significativo en la respuesta desde los servicios de salud en el marco del Plan Nacional de Prevención y Atención a la Violencia Basada en Género desde el Sistema Nacional de Salud 2020-2025, así como del Manual de Atención Integral a Víctimas de Violencia Intrafamiliar, Sexual y de Género en el Sistema de Salud (2021), son pasos importantes en la gobernanza, pero insuficientes si los profesionales de la salud no están formados para su implementación.
Desde esta constatación, Claudia afirma que tienen identificada la necesidad del personal de salud, “hemos detectado en la formación de los profesionales una ausencia de distintos componentes que aseguren una respuesta a la violencia, desde una mirada universal con enfoque de derechos humanos y cómo responder en salud a la violencia. También necesitamos trabajar con estándares y con indicadores de gestión por resultados, este es el salto que va a dar un cambio realmente significativo, necesitamos que apliquen el plan y el manual por eso apostamos a este curso para formar competencias, necesitamos llegar a tiempo a los servicios para el uso de los protocolos”.
En el mismo sentido opina Julia Fernández, cofacilitadora del curso, “es de fundamental importancia que la capacitación sea constante y abarque a nivel país, es importante también en el aspecto legal seguir haciendo incidencia en los profesionales de salud que no tienen conocimiento jurídicos, pero que si tocan con su experiencia cuestiones legales, entonces es fundamental la capacitación contínua; fortalecer el sistema de capacitación en el Ministerio de Salud para que esto se vaya incorporando de forma sostenible a sus programas de capacitación”. Información en salud (HIS). Paraguay, 2021.
Teniendo clara la necesidad de mejorar la respuesta en salud, durante el mes de noviembre de este año, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social a través de la Dirección de Género, con la colaboración de la Organización Panamericana de la Salud llevó a cabo el curso virtual teórico-practico sobre violencia sexual y violencia basada en género, con la finalidad de fortalecer conocimientos de los profesionales de la salud a través de análisis de lineamientos y procedimientos normativos nacionales para mejorar la respuesta del sistema de salud a la violencia de género. Como lo señalara Andrés Vasquez, gestor y facilitador de este curso, se necesitaba un espacio “que permita una llamada de atención para la protección de derechos desde el personal de salud, que sea el detonante de cambio de paradigma en el abordaje a las personas sobrevivientes a la violencia”.
Para Julia, “existe una necesidad muy grande de conocimiento, muy grande, y una necesidad inmensa de seguir haciendo este tipo de procesos. Me doy cuenta de que no hay ninguna nivelación ni de conocimientos teóricos ni de las herramientas y que es necesario hacerlo zonalmente, más concentradamente, con varios departamentos que tengan realidades comunes”.
Esta iniciativa de fortalecimiento de competencias se basó en el Manual de Atención Integral a Víctimas de Violencia Intrafamiliar, Sexual y de Género en el Sistema de Salud (MSPBS, 2021) y en las herramientas de OMS/OPS. Se impartieron conocimientos sobre “procedimientos que vinculan la estrategia forense con la respuesta en salud, en la medida que hay mucha confusión en la respuesta, la idea es que permita a los médicos y a cualquier otro profesional de salud trabajar con calidad”, refirió Julia.
Según Andrés, se requería en especial “que se visibilice el mapa discursivo del manual de atención con tres ejes, el eje normativo con el fin de reafirmar la responsabilidad y las herramientas legales que tiene el personal de salud para abordar a las personas sobrevivientes de la violencia, el eje de atención para asegurar una atención de calidad y de calidez, en donde fue fundamental la experiencia y el conocimiento de OPS y la estrategia ANIMA. Y como tercer eje no menor, el eje técnico en el cual por medio de casos prácticos se compartieron tips para la elaboración de diagnósticos, de certificados de diagnósticos, que para el marco normativo de Paraguay es fundamental para que personas sobrevivientes puedan iniciar procesos de reparación de derechos y de protección ante la continuidad de la violencia”.
De otro lado, Damián Seldiak, enfermero participante del curso observa que “se necesita afianzar más a los compañeros, porque a veces por no sensibilizar al funcionario, hace que no se hagan los procedimientos como se tienen que hacer. Esto va a hacer una herramienta para generar redes de trabajo relacionado a esta temática, además con trabajo y un impulso y de seguimiento desde el Ministerio de Salud Pública se estaría conformando esto, y viendo a largo plazo los efectos”.
Lo que argumenta Andrés se refleja en lo que sostiene Soledad Saldivar, psicóloga participante del curso sobre los conocimientos expuestos, “los contenidos que estamos recibiendo son muy valiosos y quiero destacar uno que a mí encantó, la estrategia ANIMA, me gusta que sea un modelo centrado en las personas, me encanta el poder estructurar los servicios acorde a las necesidades de las personas y no a las necesidades administrativas de los servicios, porque esto es lo que comúnmente vemos y entonces me parece una desafío adoptar esta estrategia ANIMA y dar énfasis al trabajo en equipo, instalar los equipos interdisciplinarios y de esa manera dar respuesta a la multiplicidad de necesidades de las usuarias”.
Desde la mirada de Damián, enfermero participante del curso, le llamó mucho la atención “la estructura de las normas, la ley que refiere a la violencia de género, y parte de lo que fue desde la gerencia, desde la salud, cómo abordar la violencia contra la mujer. Lo otro es el pensamiento de trabajar en red con las instituciones de la comunidad local y lo que más me gustó es el tema de que el tipo de declaración virtual se puede dar como parte del proceso”.
Desde otro ángulo, Soledad afirma que fueron “tres aspectos porque este curso me parece relevante, primero porque contempla todas las aristas que tienen que ver con la atención a la violencia, lo físico, psicológico, lo social y espiritual. En lo social quiero rescatar el papel que juega la cultura para poder dar el servicio. La cultura hace que se instalen y se sostengan ciertos patrones que facilitan algunos tipos de violencia. El segundo aspecto tiene que ver con el conocimiento de la legislación nacional y también, de tratados y convenios internacionales que fueron ratificados por nuestro país porque marcan las directrices de las acciones que se esperan que nosotros, como personal de salud adoptemos desde los servicios donde estamos desempeñándonos ante casos de violencia. El otro aspecto que me parece relevante es porque contempla la atención a los distintos grupos de personas, además de la atención de mujeres, niñas y adolescentes en casos de violencia, hablamos de población indígena, personas con discapacidad, personas que viven con VIH, personas adultas mayores, personas con diversidad sexual, por eso me parece muy inclusivo”.
Andrés, en su rol de facilitador del curso, reconoce que “la sostenibilidad tiene dos elementos, una es que la formación, actualización y capacitación contínua se mantenga. En segundo lugar, trabajar para la incorporación efectiva de este abordaje en la formación de los profesionales de salud”. Para Soledad, “una vez culminado el curso, se necesitan tener sesiones de manera periódica con el mismo grupo que estamos haciendo el curso ahora, para poder ver de qué manera se están aplicando los contenidos o los nuevos conocimientos a las casos que se nos vayan presentando”.
Julia, en su calidad de cofacilitadora del curso concluye que “hay mucho contenido del curso en lo que hay que insistir, hay dudas y temores a la hora de la atención, por eso se necesita una capacitación constante del propio ministerio; empoderamiento de los profesionales del sistema de salud como responsables en la atención y agentes para encontrar la posterior reparación judicial; recursos suficientes para que los profesionales de la salud hagan su labor, tender a la digitalización de los formularios para hacerlos accesibles, insistir en la mirada interseccional, el buen trato y el lenguaje inclusivo, fortalecer el trabajo interinstitucional”.
Desde la mirada de participante, Soledad plantea el “tener espacios donde los participantes puedan presentar estudios de casos a donde van, aplicando lo aprendido, los contenidos del curso”. Y desde la perspectiva de otro participante como Damián, “quizás al terminar el curso hubiese sido bueno hacerlo de forma presencial, pero también de forma virtual, ayuda a mantener el conocimiento, sería bueno que más adelante se pueda continuar con talleres a las personas que hicieron el curso para dar sostenibilidad con el tiempo”.
Sin embargo, la ruta que plantea Damián representa el mayor desafío para avanzar en la respuesta del sistema de salud en Paraguay, él considera que “se necesita disponer de un establecimiento que esté cerca de su comunidad, estamos trabajando justamente en acercar servicios a la comunidad, para que puedan tener acceso a todos los tipos de servicios. Lo otro que sería bueno es la formación de los profesionales, porque la malla curricular no aborda estos temas, también hay que ir pensando en profesionales de postgrado”.
En esta historia, de un proceso de entrenamiento en Paraguay, lo relevante no solo son los aprendizajes de contenidos previstos en la agenda de salud, sino también las ideas que florecen a la luz de estos procesos de aprendizaje.
[1] Fuente: MSPBS/DIGIES/DES. Sub-Sistema de Información de Servicios de Salud Área Ambulatoria (SAA). Sistema de