• Donante de sangre en el Hospital Cuenca Alta

Donantes voluntarios, clave para el acceso equitativo a sangre segura cuando se necesita

Buenos Aires, 14 de junio de 2022 (OPS/OMS). -  La sangre y los productos sanguíneos son un aspecto fundamental de la atención de la salud. Su uso en transfusiones salva millones de vidas todos los días, y permite mejorar la salud y calidad de vida de las personas.

Pero obtenerlos tiene una dificultad: dado que no se los puede producir de forma artificial, la única manera de hacerlo es mediante la donación voluntaria de las personas. De obtenerla, analizarla y transfundirla se encargan los Servicios de Medicina Transfusional. Uno de ellos es del Hospital Cuenca Alta “Néstor Kirchner” de la ciudad de Cañuelas, en el sur de la provincia de Buenos Aires.

Inició su funcionamiento en el 2017 bajo coordinación de Sara Blanco, Jefa del servicio. Se puso en marcha desde cero: se incorporó el personal, se adquirieron el equipamiento y los insumos, y se fueron desarrollando sus distintas tareas poco a poco. Durante la pandemia de COVID-19 su actividad se incrementó, junto con el trabajo del resto del hospital para atender a las personas durante la emergencia. Hoy sus principales tareas son tres: el proceso de donación de sangre, la prevención de la enfermedad hemolítica del recién nacido, y la terapia transfusional, entre otras.

Una técnica del Servicio realizando una extracción en la sala de donación del Servicio.

Una técnica del Servicio realizando una extracción en la sala de donación del Servicio. Foto: OPS/OMS

En sus inicios, el Servicio contaba con una pequeña sala de donación dentro del hospital, por lo que recibía la mayor cantidad de donaciones a través de colectas de sangre externas en distintos puntos de la zona de Cañuelas. Estas colectas fueron algo nuevo para la comunidad, acostumbrada a asistir a hospitales de la zona para donar, y fue el puntapié que le dio al Servicio el impulso para abordar una nueva dimensión de su trabajo: el vínculo con la comunidad y los donantes.

Las colectas fueron un hito para la comunidad, porque las personas estaban acostumbradas a donar en hospitales y no en estos espacios. Eso nos llevó a considerar que era un deber nuestro acercarnos a la comunidad, y no que solamente la comunidad venga a nosotros. Este acercamiento realmente cambió la percepción de las personas sobre el hospital, y empezaron a confiar en nuestro trabajo”, cuenta Sara Blanco.

Sara Blanco, Jefa del Servicio de Medicina Transfusional del Hospital Cuenca Alta “Néstor Kirchner”, en el laboratorio del Servicio.

Sara Blanco, Jefa del Servicio de Medicina Transfusional del Hospital Cuenca Alta “Néstor Kirchner”, en el laboratorio del Servicio. Foto: OPS/OMS

Fue entonces cuando empezaron a formar vínculos con organizaciones de la sociedad civil de la zona, que ofrecieron sus espacios para organizar colectas, y muchos de sus miembros se sumaron como donantes habituales al Servicio. Uno de ellos, Walter Blanco, hace cinco años que dona los meses de junio y diciembre, y en otras ocasiones ante la necesidad de algún conocido.

Con treinta minutos de esfuerzo y unos poquitos centímetros cúbicos que te extraen, podés salvar vidas. Y eso es una gran felicidad. Donar es un acto altruista que no solo te hace feliz a vos, sino que ayuda al bienestar de quien recibe tu donación, de sus familias y de toda la comunidad”, cuenta.

Walter Blanco donando sangre en una colecta organizada por el hospital.

Walter Blanco donando sangre en una colecta organizada por el hospital. Foto: gentileza Hospital Cuenca Alta

Además de su trabajo cotidiano en el hospital, el Servicio también lleva adelante otras iniciativas para mantener este vínculo, como colectas en la vía pública, charlas informativas en instituciones educativas, difusión en medios de comunicación y atención a consultas del público por canales digitales.

Lo que se busca es lograr un cambio cultural: que la donación deje de ser vista por las personas como un acto esporádico a causa de una necesidad concreta para instalarse como un hábito de salud más. Es decir, que las personas acudan a centros de salud de forma periódica a donar de la misma forma que acuden a realizarse controles médicos.

Si todos quienes podemos donar lo hiciéramos por lo menos dos veces al año, tendríamos sangre para todos en todo momento.” explica Sara Blanco.

Sara Blanco, en el laboratorio del Servicio.

Sara Blanco, en el laboratorio del Servicio. Foto: OPS/OMS

El aporte de las y los donantes voluntarios habituales brinda a los servicios de hemoterapia un suministro frecuente y previsible de sangre y productos sanguíneos, lo que permite a las personas no depender de las donaciones esporádicas por una necesidad concreta, como una intervención quirúrgica, y acceder de forma equitativa a estos productos.

La sangre que brindan estos donantes es muy segura dado que estos donantes, al ser habituales, están informados y atentos a las conductas denominadas “de riesgo”, es decir, que tienen la posibilidad de causarles el contagio de una enfermedad transmisible por sangre.

Una extracción en la sala de donación del Servicio.

Una extracción en la sala de donación del Servicio. Foto: OPS/OMS 

Es por ello que este vínculo con los donantes es tan importante. En el Servicio comienza en el momento cero, y de ello se encarga, junto a otros colegas, el médico del equipo Miguel Buezas. En el primer encuentro en el consultorio, Miguel le ofrece a la persona toda la información que necesite sobre la donación, y despeja cualquier duda que pudiera surgir. La mayor parte son mitos comunes que provienen del desconocimiento de la donación: el ayuno, alguna medicación que impida donar, por ejemplo.

Es necesario hacer este cambio de paradigma. Buscamos que los donantes esporádicos se conviertan en donantes voluntarios, repetitivos y altruistas. Para ello es muy importante promover la donación voluntaria, tanto nosotros como quienes donan, trasmitiendo su experiencia y su acto de solidaridad a otras personas. Porque la solidaridad, contagia”, comenta.

Miguel Buezas, médico del Servicio, frente a la sala de donación.

Miguel Buezas, médico del Servicio, frente a la sala de donación. Foto: OPS/OMS

En algunas ocasiones, en la primera etapa de la donación – la entrevista y el control de signos clínicos – se detectan patologías que impiden concretarla. Entonces el equipo activa un mecanismo de seguimiento de donantes. Atienden a estas personas y les realizan seguimiento hasta que se recuperan, de modo tal que puedan acercarse de nuevo a donar.

Ese es otro de los roles que tiene el Servicio: ser la puerta de entrada al sistema de salud. Muchas de estas personas descubren esta patología en el momento de donar, por lo cual es gracias a este vínculo con la comunidad que estas personas reciben el tratamiento que necesitan.

Miguel Buezas controlando el equipamiento durante una donación en el Servicio.

Miguel Buezas controlando el equipamiento durante una donación en el Servicio. Foto: OPS/OMS

Es muy importante que la sangre y los productos sanguíneos estén disponibles, y para ello los donantes habituales son fundamentales. Pero también es importante que sean seguros.

Es por eso que la capacitación de los equipos y el desarrollo de estrategias innovadoras es crucial. En ese marco, la Dirección de Medicina Transfusional del Ministerio de Salud de la Nación lleva adelante cada año con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) una capacitación destinada a equipos técnicos de todo el país para brindarles herramientas de planificación y actualizar sus conocimientos técnicos. Este año todo el equipo del Servicio, desde el personal administrativo hasta la coordinación, participó, junto a trescientos referentes de servicios de todo el país.

Este curso no solo nos dio conocimiento técnico, sino que nos ofreció una visión más amplia sobre la planificación de las acciones, cómo trabajar la promoción y la donación, por ejemplo. Fue muy importante conocer a otros equipos del país, para compartir nuestras experiencias y dificultades, y formar redes muy valiosas”, explica Sara Blanco.

Miguel Buezas (izquierda) junto a Sara Blanco (centro) y dos colegas, en una de las oficinas del Servicio.

Miguel Buezas (izquierda) junto a Sara Blanco (centro) y dos colegas, en una de las oficinas del Servicio. Foto: OPS/OMS

Los donantes voluntarios habituales son la clave para que los servicios de medicina transfusional dispongan del suministro adecuado de sangre segura. El desafío de los servicios es lograr que cada vez sean más.

Nuestro mayor desafío es lograr que el cien por ciento de nuestros donantes sean voluntarios y habituales, para que todos podamos acceder a sangre y productos sanguíneos seguros en todo momento. Y el camino para ello es educar y promover la donación”, cuenta Miguel Buezas.

Ese es el camino a seguir del Servicio de Medicina Transfusional del Hospital Cuenca Alta “Néstor Kirchner” de la ciudad de Cañuelas, y de muchos otros servicios de todo el país, que cada día trabajan para que todas las personas, sin importar sus recursos o situación de vida, puedan acceder a sangre segura en el momento en el que la necesitan.

Sara Blanco y Miguel Buezas, frente a la sala de donación.

Sara Blanco y Miguel Buezas, frente a la sala de donación. Foto: OPS/OMS