• Mujeres de la aldea Cimientos Xeputul celebran la reapertura del centro comunitario de salud
    OPS/Karen Cardona
    Imagen

El día que la salud se convirtió en un faro para Cimientos Xeputul

Marzo 2024


En los hogares de Cimientos Xeputul, Chajul, Quiché solo había una luz: la del fuego encendido debajo de los comales con leña que los pobladores recogen tras largas caminatas por barrancas y montañas de la comunidad. Pero, desde hace unos meses, el centro comunitario de salud es otra luz que se ha convertido en un faro, no solo porque su panel solar lo provee de energía, sino porque brilla desde que OPS y la Unión Europea intervinieron con apoyo para equiparlo, remozarlo, proveerlo de un buen sistema de agua, además de capacitar en temas de atención primaria y nutrición al personal para brindar atención digna a los usuarios. Cimientos Xeputul se encuentra a 320 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, lo que en temporada seca representa unas nueve horas de camino.

Desde muy temprano el centro comunitario de salud abre sus puertas y, ahí, se enciende otra luz: es Juan Teliz quien recibe a las mujeres para pesar y tallar a sus pequeños. Juan, de 28 años, desde niño sintió el llamado a servir a su comunidad, pero el camino no fue fácil: quedó en la orfandad cuando apenas tenía 6 años y fue su abuela materna junto a sus tíos quienes lo ayudaron a salir adelante. Se formó como auxiliar de enfermería a través de una beca y es el encargado del centro comunitario desde el año 2020.

Para llegar a su trabajo Juan conduce su motocicleta durante dos horas por un camino de terracería rodeado por profundos barrancos, caminos estrechos de piedra laja, nacimientos de agua y derrumbes que dificultan el paso, sobre todo en temporada de lluvia. Como el camino es difícil, Juan viaja el lunes, duerme en el servicio de salud y el viernes por la tarde regresa a su casa para convivir con su esposa y su hija de dos años.

Juan reconoce la importancia de la prevención y por eso procura que las vacunas siempre estén disponibles para los niños de la aldea. Una vez a la semana toma su motocicleta y viaja al Centro de Atención Permanente de Chajul donde llena su termo con las vacunas que necesita, se apresura a volver a Cimientos Xeputul y al terminar la jornada vuelve a conducir por dos horas más para devolver las vacunas sobrantes.

 

El enfermero cuenta que, en uno de esos viajes, su motocicleta derrapó a causa del lodo: “La moto me arrastró y yo solo sentí cómo mi casco se raspaba contra el piso, mientras abrazaba el termo (para no perder las vacunas)”, comenta Juan mientras se sostiene la mejilla y agrega que esa vez tuvo varios raspones en todo el cuerpo.

La rehabilitación consiste en la evaluación de necesidades y el remozamiento del establecimiento, puertas y ventanas nuevas, instalación eléctrica, un sistema de captación de agua de lluvia y depósitos para que el vital líquido no falte. Ahora el centro comunitario de Cimientos Xeputul, por ejemplo, cuenta con un panel solar que le provee energía eléctrica, además de una refrigeradora para almacenar vacunas y equipo médico. Todo lo anterior se complementa con la implementación del Modelo de Atención y Gestión y la instalación de capacidades en el personal para prevenir y erradicar la desnutrición crónica, la mortalidad materna y mejorar el acceso a los servicios de salud. 

Un enfermero ve através de una ventana rota
OPS/Gerardo Cárdenas

En 2023 cuando OPS visitó por primera vez Cimientos Xeputul, el servicio no contaba con ventanas, las paredes de block daban cuenta del paso del tiempo, de los embates del clima y, por dentro, los insectos se habían apropiado del lugar. De acuerdo con los registros, las personas casi no se acercaban al centro comunitario y Juan contemplaba la posibilidad de abandonar su trabajo para migrar a Estados Unidos, como lo hicieron sus tíos y su hermano.

Con la intervención del Proyecto Atención Primaria de Salud y Nutrición, el centro comunitario de salud cobró vida y encendió una luz de esperanza. Juan cuenta que ahora las personas se acercan y comentan con alegría el cambio, sienten confianza y acuden con mayor frecuencia para realizar consultas. La luz de la atención que brinda Juan motiva a los vecinos a formarse e informarse sobre salud y nutrición. Él mismo ha olvidado la idea de migrar e incluso ha llevado a su esposa a conocer las nuevas instalaciones.