El país ha renovado el equipo en aproximadamente el 70 por ciento de sus sitios de vacunación y ha adquirido una cámara de almacenamiento en frío para el Aeropuerto Internacional José Martí, con el apoyo de la OPS y Canadá.
La Habana, marzo 2025
E s lunes y Nelisa Cecilia García se prepara para llevar a María Elena, su bebé de 10 meses, al punto de vacunación de Habana Vieja, municipio donde reside hace tres años, y que es uno de los de mayor densidad poblacional en la capital. Antes de salir, atiende cada detalle necesario para alistar a su pequeña. Lleva días esperando por este momento, que sabe que es muy importante para el bienestar de María Elena.
“Es una tranquilidad para que los niños no se enfermen”, afirma Nelisa al referirse a las vacunas, mientras sostiene a su hija en brazos. “La enfermera me llamó y vine inmediatamente; aunque primero la bañé y la preparé”.
Entre juegos y risas, madre e hija logran sortear la espera que garantizará las condiciones necesarias para administrar las vacunas. El padre las disfruta mientras aguarda igualmente por el llamado de la enfermera. Para María Elena, hoy es el día en que recibirá otra vacuna vital para proteger su salud.
La Habana es una ciudad que ostenta una de las más altas coberturas de vacunación en la región de las Américas. En el Policlínico “Antonio Guiteras”, donde se vacunará la pequeña, refrigeradores precalificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) resguardan las vacunas que reciben niñas, niños y toda la familia como parte del programa de inmunización en Cuba.
Los equipos, de alta tecnología, han llegado a la institución gracias a un proyecto de cooperación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) con fondos del gobierno de Canadá, enfocado en proporcionar acceso a vacunas contra la COVID-19 para poblaciones en situación de vulnerabilidad en las Américas.
Según la licenciada en enfermería Pierrette Patricia M´baloula, el cambio ha sido muy favorable. “Hemos tenido muchos beneficios con este refrigerador precalificado. Para la conservación de las vacunas ha sido muy importante, pues la temperatura no varía: el refrigerador tiene mucho confort y se mantiene con una seguridad máxima”, asegura.