En 2013, el Ministerio de Salud de Brasil comenzó una innovadora campaña integrada para mejorar la salud de los niños en las escuelas de 852 municipios con población que vive en condiciones de pobreza y con alta carga de enfermedad por lepra, tracoma y geohelmintiasis que incluyó la desparasitación intestinal y la búsqueda de casos de lepra y de tracoma entre escolares. La campaña se consideró una de las intervenciones más innovadoras de las Américas; en primer lugar, porque integró actividades que comúnmente se realizan por separado, y en segundo lugar, porque combinó de forma simultánea dos estrategias, la del tratamiento masivo a grupos de población en riesgo de infecciones como las geohelmintiasis y el tracoma ocular junto con el tratamiento individual de los casos de lepra.
En 2011, Brasil formuló un plan nacional de lucha contra las enfermedades infecciosas desatendidas, con el objetivo de eliminar o controlar seis enfermedades que afectan a la población que vive en condiciones de pobreza y tiene dificultades de acceso a servicios de salud de este país: lepra, filariasis linfática, esquistosomiasis, oncocercosis, ceguera por tracoma y geohelmintiasis. Como parte de ese plan se ideó la campaña integrada, acompañada de la iniciativa gubernamental 'Brasil sin Miseria' (“Brasil Sem Miséria”), que tiene el propósito de reducir significativamente la población que vive en condiciones de pobreza extrema mediante el trabajo intersectorial.
La punta de lanza de la campaña fue la detección de casos de lepra, donde a través de la educación de los niños sobre los signos de la enfermedad y su detección, éstos eran capaces de detectar la enfermedad tanto entre ellos como en el resto de los miembros de su hogar.
La campaña consistió en distribuir un formulario o ficha de auto imagen a los niños en las escuelas, en el cual se hacían seis preguntas sencillas que habrían de responderse con un sí o un no. La pregunta principal era “¿Tiene alguna mancha en la piel?” y, en caso afirmativo, se formulaban otras preguntas sobre las características de la mancha. Estas preguntas tenían el propósito de que los niños y sus padres pudieran hacerse un auto examen de la piel en busca de signos iniciales de lepra. La ficha contenía también información básica sobre la enfermedad y sus signos y síntomas principales e imágenes; se hacía hincapié en que la lepra es una enfermedad curable y en que su tratamiento se administra de forma gratuita, garantizado por el Sistema Único de Salud brasileño.
Las fichas debían ser devueltas a las escuelas en un plazo máximo de una semana y entregadas al personal de salud para su revisión. En los casos considerados sospechosos, los niños fueron remitidos a los equipos de salud de familia para valoración médica y confirmación o descarte del diagnóstico. A partir de la confirmación de la enfermedad en un niño, los equipos de salud locales examinaban a toda la familia en busca de más casos. Esta fue una oportunidad única para detectar, tratar y disminuir el número de casos, que mostró excelentes resultados y las ventajas de trabajar de forma integrada al centrar las intervenciones en los estudiantes y escuelas.
Como la actividad constituyó un gran esfuerzo de formación de profesores, padres de familia y alumnos, el Ministerio de Salud aprovechó la oportunidad para realizar varias intervenciones a la vez. Así fue cómo se decidió suministrar antiparasitarios a los niños, además de buscar y tratar casos de otras enfermedades que afectan a esta población infantil, como la infección ocular por tracoma y la esquistosomiasis. El programa se llevó a cabo en más de 20.000 escuelas del Brasil.
Gracias a la campaña, se entregaron cerca de 3 millones de fichas en escuelas públicas de los 852 municipios y se detectaron precozmente 293 casos nuevos de lepra entre niños y 114 casos adicionales entre sus contactos, con un total de 407 casos nuevos detectados. De no ser por la campaña, estos casos no hubieran sido detectados hasta varios años después, con el consecuente riesgo de discapacidad y secuelas físicas y psicológicas permanentes. Como parte de la campaña, también se desparasitó a unos 3 millones de niños. “Esta es la primera vez en 10 años que se logra llevar a cabo una campaña de desparasitación masiva de niños de zonas prioritarias”. Se realizaron también 45.295 exámenes oculares en 34 municipios de 6 estados y se encontró un total de 2.307 casos positivos de infección ocular por tracoma; se dio tratamiento tanto a los 2 387 estudiantes; como a 1.273 contactos domiciliarios.
“A pesar de los desafíos, como el de involucrar a las secretarías estatales y municipales de educación para trabajar en la campaña en colaboración con las secretarías de salud, valió la pena el esfuerzo, porque al final, la colaboración fue excelente y todos los directores de las escuelas y los profesores participaron activamente y, en muchos casos, se realizaron actividades muy creativas con los alumnos”, dijo Rosa.
En 2014, la inversión anual para el programa de lepra por el Ministerio de Salud del Brasil fue de US$ 7,6 millones aproximadamente. Además de esos recursos, tanto las secretarías estatales como las municipales destinan anualmente recursos de su presupuesto para los programas de control de la lepra.
Brasil recibe de la OMS una donación de aproximadamente 16 millones de dosis de tratamiento de la lepra. Para la campaña integrada, el Ministerio de Salud recibió, también de la OMS, una donación de 9,2 millones de tabletas de antiparasitarios para las geohelmintiasis y compró con recursos propios los medicamentos para el tratamiento del tracoma ocular.
Un beneficio adicional de la campaña ha sido que los niños se han convertido en excelentes educadores de sus padres, hermanos y familiares cercanos.