En línea con recomendaciones de la OPS/OMS, el país apela al abordaje territorial y al análisis de datos para la detección y el seguimiento de las personas cercanas a los casos confirmados de COVID-19, con vistas a romper las cadenas de transmisión y, de esa manera, frenar el avance de la enfermedad.
Buenos Aires, 2 de noviembre del 2020 (OPS/OMS)- Cuando Sofía Etchegoyen era estudiante de Medicina no se imaginaba que apenas un año después de recibirse estaría en el frente de batalla para combatir una pandemia. “Se trata de mi primera experiencia laboral y es todo un desafío, pero estamos acercándole la salud a estas personas, que es lo más importante en este momento”, afirmó la joven, en pleno abordaje del Dispositivo Estratégico de Testeo para Coronavirus en Territorio Argentino (Detectar), que intenta contener un foco de infección por COVID-19 en Rafael Calzada, en el municipio bonaerense de Almirante Brown.
Con el énfasis puesto en comunidades vulnerables y zonas donde se registraron brotes puntuales, el dispositivo Detectar propone una búsqueda puerta a puerta de personas con síntomas y de contactos estrechos de los casos confirmados de COVID-19. Un equipo de entre 15 y 45 personas trabaja todos los días hábiles en áreas elegidas según las urgencias.
En la visita a cada domicilio, los voluntarios que participan en el operativo ofrecen información a los vecinos sobre cómo prevenir COVID-19, les toman la temperatura corporal y consultan por otros síntomas relacionados con la enfermedad. En caso de encontrar un potencial caso positivo, el equipo lo deriva al Triage, un espacio montado con un gazebo en el medio de la calle. Allí, un equipo de trabajadores sociales, enfermeros, promotores de salud y médicos, como Sofía, entrevistan a los pacientes y preparan sus fichas personales. Este es el paso previo a hacerles una prueba de hisopado de inmediato en un centro sanitario móvil instalado a unos pocos metros. Una vez concluido ese paso, y hasta que lleguen los resultados, los pacientes son aislados de manera preventiva.
“Tomamos sus datos y los de sus contactos estrechos, y reflejamos en el informe todo lo que nos cuentan. En caso de haber factores de riesgo, como diabetes, EPOC o asma, evaluamos si es necesario hospitalizarlos o derivarlos a un centro de aislamiento para seguir el caso de cerca”, detalló la médica, sobre el proceso.
En una jornada común y corriente, en el gazebo se puede recibir a más de 90 vecinos. Sofía aclaró: “Pero también es un lugar para escucharlos, para prestarles atención. Muchas veces lo que necesitan es que los contengan, y eso es lo que tratamos de ofrecerles”.
El programa es impulsado por el Ministerio de Salud de la Nación, en línea con recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Se puso en marcha el 4 de mayo con acciones en simultáneo en Quilmes y en la Ciudad de Buenos Aires. Desde entonces se sumaron dispositivos en toda el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en el resto del territorio bonaerense y en las provincias de Chaco, Entre Ríos, La Rioja, Santa Cruz y Santa Fe, aunque el número va en aumento y está disponible para todas las jurisdicciones que deseen aplicarlo como complemento de sus estrategias locales.
El objetivo es que allí donde empiecen a aparecer más casos también se puedan controlar rápidamente”, explicó Carla Vizzotti, Secretaria de Acceso a la Salud de la Nación.
“Pasar de la teoría a la práctica es difícil, hay situaciones sociales complejas, como los barrios populares, donde las personas viven en condiciones de hacinamiento y es más complicado gestionar el cuidado y aislarlos. Pero pudimos implementarlo en lugares que iniciaron su transmisión comunitaria, o que presentaron brotes más precozmente que otros, y ya tenemos resultados”, aseguró Vizzotti. La médica destacó el rol que ocupan las organizaciones sociales y la Iglesia, que ayudan a construir la confianza con la población tanto al momento de un abordaje territorial como en el día después.
Para Vizzotti, el efecto del Detectar va más allá de la pandemia. “Tuvo además un impacto muy positivo en el vínculo del Estado con la comunidad, logrando que distintas áreas de los gobiernos articulen (su trabajo) como no lo habían hecho antes”. Y añadió: “De esta manera pudimos llegar a las familias también con alimentos, con agua potable y con elementos de higiene para que puedan realizar el aislamiento en sus hogares o en sus comunidades. Pensar una estrategia integral es muy importante para transformar las amenazas en oportunidades”.
A principios de octubre, ya eran 19 las jurisdicciones de todo el país que habían recurrido a Go.Data para trabajar con la información de su región, y de abril a agosto se capacitaron más de 400 personas para ese fin. “Estamos acompañando a la Argentina con la instrucción de personas para la vigilancia de casos. Go.Data es una aplicación que ayuda a expandir las medidas de rastreo, y permite escalarlas de manera más rápida”, subrayó Birmingham.
“Sabemos que el testeo y el seguimiento de contactos, junto con el compromiso de la comunidad, son las bases para aplanar la curva y conducirla hacia abajo”, insistió la Representante. “Varios países lograron hacerlo; primero tuvieron una transmisión intensa y lograron buenos resultados a partir de este conjunto de medidas. Esa es la buena noticia: que funcionan, que no tenemos que esperar por la vacuna sino que los contagios se pueden contener ahora”.
Para conseguir este objetivo, el trabajo en el territorio como del seguimiento preciso y eficaz de la información allí recolectada resulta clave. Es un trabajo arduo, metódico y de resultados a largo plazo, pero los miles de involucrados, como Sofía, parecen dispuestos a seguir: “Me gusta mucho lo que hago, y aunque al principio haya tenido miedo y a veces vivimos situaciones muy duras, siento que al poner todo de mi como lo hago estoy aportando un granito de arena para ganarle a la pandemia”.