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Áncash: Fortaleciendo la respuesta del gobierno nacional y regional a la emergencia por COVID-19

En junio de 2020, el Gobierno Regional de Áncash hizo un pedido de cooperación técnica en el manejo de la emergencia por COVID-19 a la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) y al Programa Mundial de Alimentos (WFP). Conscientes de la presión sobre los sistemas de salud, la escasez mundial de suministros para enfrentar la pandemia, el impacto económico y social en las comunidades, se diseñó e implementó este proyecto interagencial que permite fortalecer las capacidades de la región en su respuesta a la emergencia y brindar protección social a las personas afectadas por la enfermedad y a sus familias.

Abril 2021

El proyecto se apoyó en los 9 pilares establecidos por la Organización Mundial de la Salud y sus acciones se estructuraron en dos grandes componentes: desde la OPS/OMS, fortalecer las estrategias locales de respuesta e incrementar la vigilancia epidemiológica con un adecuado manejo de casos; y desde el WFP, brindar soluciones relacionadas con la seguridad alimentaria de los más vulnerables.

Para el Dr. Hans Salas, asesor en Vigilancia, Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles de la OPS/OMS y coordinador nacional del proyecto, Áncash ofrecía una oportunidad para la cooperación descentralizada. “Como parte de la estrategia de cooperación, está previsto abordar desafíos e inequidades en salud y así evitar retrocesos sanitarios en las regiones del país. En Ancash, existen poblaciones vulnerables en franca desventaja. Además, como parte del evento COVID-19, hubo migraciones de la ciudad al campo de poblaciones afectadas por la emergencia sanitaria. Era necesario desconcentrar el apoyo a la respuesta de cooperación técnica en Perú, para contribuir a reducir las brechas comunitarias ante COVID-19”, sostuvo.  

La OPS brindó asistencia técnica directa al equipo a cargo de la conducción de la respuesta pero también a las redes de salud que son las instituciones prestadoras de servicios de salud del primer nivel de atención. “Hubo un despliegue importante en las seis redes que conforman la Diresa Áncash para fortalecer las capacidades y brindar asistencia en organización de los servicios, en gestión de los suministros, en vigilancia epidemiológica, diagnóstico y todos estos componentes que son importantes en el nivel en que se entregan los servicios de salud”, explica Edgardo Nepo, coordinador del proyecto en terreno de OPS.

Un aspecto importante estuvo orientado a fortalecer la capacidad diagnóstica con un aumento progresivo del número de pruebas moleculares disponibles para la población y también se capacitó al personal de salud de las redes de salud para resolver problemas relacionados con toma y transporte de muestras para diagnóstico de biología molecular y se contribuyó con el Instituto Nacional de Salud el procesamiento de pruebas, a través de recurso humano financiado por el proyecto. Asimismo, Áncash fue la primera región en introducir las pruebas de detección de antígenos. Por otra parte, se implementó y equipó la Sala de Situación para mejorar la vigilancia epidemiológica para monitorear las tendencias y mejorar la toma de decisiones.

De otro lado, se contribuyó en una adaptación normativa, gracias a ello, se consiguió aprobar con resolución directoral un plan de respuesta desde el primer nivel de atención con enfoque de familia y comunidad, que ha sido el gran marco para las intervenciones en el primer nivel de atención. También, se aprobó un manual de operaciones y seguimiento en los Centros de Aislamiento Temporal, tomando como base la norma nacional de estos centros de aislamiento, lo que hizo aterrizar en los detalles de la operación en este tipo de instalaciones.

Para Ricardo Fábrega, asesor en Sistemas y Servicios de Salud de OPS, un elemento importante fue la unificación entre el equipo de respuesta rápida y el equipo de seguimiento clínico en una sola unidad de mirada territorial. 

El Dr. Fábrega destaca como emblemático el haber colocado la tecnología que normalmente está reservada a los hospitales en los centros de salud en la comunidad. “Entre las acciones más representativas fue la capacitación y aplicación de ecografía toráxica ambulatoria y portátil a los domicilios y en los centros de aislamiento para diagnosticar casos de COVID-19”, remarcó.

 

La central de llamadas cumple tres funciones principales: hacer un teletriaje de COVID-19
y derivación de los equipos de Asesores en Seguimiento Epidemiológico más cercanos
del domicilio de la persona que sospecha que tiene la enfermedad, hacer teleorientación
médica y psicológica, y atender reclamos.

 

También se identificó como una necesidad, conectar a la comunidad con los servicios de salud, por esta razón se instaló la central telefónica para la atención de casos de COVID-19, cuyos operadores tenían la labor de orientar a la población y facilitar la atención de estas personas conectándolos con los equipos de respuesta para detectar, aislar, monitorear y tratar oportunamente.

El proyecto contó con un acompañamiento de comunicación con la comunidad para que la población de la región supiera como protegerse de la enfermedad y contribuyeran a reducir los contagios, de esta manera, se logró una participación activa en la prevención. “A través de la producción radial, del trabajo con periodistas locales, del uso de recursos publicitarios, la población conocía qué servicios se iban implementando en la región para mejorar la atención de su salud, así como prevenir nuevos contagios”, afirma Paola Arica, consultora Nacional de Comunicaciones de OPS.

 

 

 “Nuestro trabajo ha dado resultados y también ha ayudado a que las personas tomen conciencia acerca de lo que estamos viviendo. Ahora tienen más conocimiento acerca del tema y hasta han ido compartiendo este conocimiento con sus familiares”

Historia: Agentes comunitarios en primera línea

Lucía Sánchez es agente comunitaria de la salud en Caraz, distrito del departamento de Áncash, ella -al igual que otros agentes comunitarios- participó en el programa de capacitación organizado por la OPS y la DIRESA Áncash. 

Para Lucía, la importancia del trabajo del agente comunitario está en despejar las dudas de la población y en la confianza. “Muchas de las personas tienen temor a ser visitados por el personal de salud porque piensan erróneamente que pueden hacerles algo o vacunar a la fuerza”.

Una de las estrategias impulsadas por OPS en las regiones con comunidades nativas y campesinas ha sido la reactivación de la red de agentes comunitarios y su vinculación con el sistema de salud. Durante la emergencia sanitaria, la región Áncash pasó de tener 900 agentes comunitarios a más de 2 mil en función para poder hacer las coordinaciones en la comunidad, hacer vigilancia comunitaria y articular la comunidad con el servicio de salud.

“La red de atención primaria fue fortalecida por el agente comunitario, a través de ellos se trabajó una nueva visita domiciliaria con el enfoque de COVID-19, se pudo recabar información sobre la población vulnerable al interior de la comunidad… sin el agente comunitario las estrategias de prevención y control son muy complejas”, afirma Erick Rousselin, asesor en Familia, Promoción de la Salud y Curso de Vida de OPS/OMS.

“En esas capacitaciones nos han encomendado a identificar y ubicar a los adultos mayores, personas vulnerables para así tener una información exacta. También nos han capacitado sobre cómo llenar sus datos de contacto y con quiénes viven. De esta manera, nosotros estamos apoyando al personal de salud para que sepan dónde acudir sin perder tiempo y poder hacer el trabajo de forma más efectiva”, asegura Lucía.

Para el Dr. Elías Peña Armas, director de Promoción de la Salud de la Diresa Ancash, el enfoque intercultural es uno de los pilares en la promoción de la salud. “El hecho de capacitar al agente comunitario que pertenece a la comunidad, que es el líder de la comunidad y está preocupado por sus vecinos, es un gran beneficio, así ellos van con sus propias formas, su propio idioma y respetando sus tradiciones”, sostuvo.

Lucía asegura que gracias a esta intervención ha visto cambios positivos en su comunidad, “Nuestro trabajo ha dado resultados y también ha ayudado a que las personas tomen conciencia acerca de lo que estamos viviendo. Ahora tienen más conocimiento acerca del tema y hasta han ido compartiendo este conocimiento con sus familiares”, ella confía en que la información permitirá reducir los contagios.

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Este documento muestra los retos y acciones que se desplegaron en la región Áncash, resaltando el rol de los actores involucrados, los logros obtenidos y las recomendaciones del equipo técnico a cargo.