Boletín Desastres N.132.- Editorial

La colaboración global se erige como el camino hacia la resiliencia y la sostenibilidad reconociendo que la interconexión entre el clima y la salud, en particular las amenazas a la salud humana, es un llamado urgente que no puede ser ignorado.  

Editorial

Boletín Desastres N.132.

En la Región de las Américas, al igual que en el resto del mundo, los factores vinculados al clima ejercen una creciente influencia en la salud y el bienestar de la población, perturbando los sistemas físicos, biológicos y ecológicos a escala global. Las olas de calor más intensas, las inundaciones devastadoras y los eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes en nuestra Región, desencadenando una cascada de consecuencias para la salud. Estos fenómenos se traducen en particular en un aumento significativo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares así como enfermedades diarreicas o transmitidas por vectores como el dengue y la malaria, traumatismos y defunciones prematuras asociadas a fenómenos meteorológicos extremos. Además, la inseguridad alimentaria y la contaminación del aire emergen como amenazas palpables.  

Estos desafíos crecientes se hacen eco de las prioridades del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 de la Agenda 2030: "Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades". La consecución de este objetivo crucial exige un abordaje integral frente a la emergencia climática. Un medioambiente saludable se revela como un pilar fundamental para salvaguardar la salud de las generaciones presentes y futuras. 

El enfoque de "Una Salud", adoptado por la OPS en 2021, tiene como objetivo fomentar la coordinación y la colaboración entre los programas de salud humana, animal y medioambiental con el fin de fortalecer la prevención y la preparación frente a posibles amenazas a la salud. Estas amenazas abarcan diversos aspectos, como las enfermedades de origen zoonótico, la resistencia a los antimicrobianos (RAM) y la seguridad alimentaria, entre otros. La integración de estos enfoques busca abordar de manera conjunta los desafíos interconectados que afectan la salud global, reconociendo la estrecha relación entre la salud de los seres humanos, los animales y los ecosistemas. 

En este contexto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) desempeña un papel crucial. La OPS trabaja para fortalecer la capacidad de las autoridades de los países a fin de mitigar los efectos del cambio climático sobre la salud, promoviendo estrategias de adaptación y resiliencia. Con este enfoque, la Organización colabora con los países para fortalecer la vigilancia epidemiológica, mejorar la capacidad de respuesta a emergencias y fomentar prácticas sostenibles que protejan la salud de las comunidades más vulnerables.  

En esta edición del boletín Desastres, destacamos el compromiso de la OPS en este ámbito, reconociendo que la lucha contra el cambio climático es una tarea inaplazable. 

La colaboración global se erige como el camino hacia la resiliencia y la sostenibilidad reconociendo que la interconexión entre el clima y la salud, en particular las amenazas a la salud humana, es un llamado urgente que no puede ser ignorado.  

 

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