Brasil, con una población de más de 200 millones, ha experimentado un período de crecimiento económico constante que ha llevado a una reducción de la pobreza y esfuerzos para reducir la desigualdad [Banco Mundial, 2015]. Brasil juega un papel importante y único en el cambio climático: tiene una de las economías más grandes del mundo y uno de los ecosistemas y bosques más grandes del planeta, la Amazonía.
Brasil es vulnerable a los impactos del cambio climático, incluida la disponibilidad reducida de agua, el riesgo de inundaciones costeras y los riesgos para la salud asociados con el estrés por calor y los patrones cambiantes de enfermedades transmitidas por vectores sensibles al clima, como la malaria y el dengue.
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