Buenos días. Gracias por participar en la rueda de prensa de hoy sobre la transmisión de la COVID-19 y la viruela símica en nuestra región.
En las últimas semanas, el número de casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 en la Región de las Américas ha disminuido.
Sin embargo, a pesar de esta tendencia, centenares de personas siguen muriendo cada día por esta enfermedad en toda la región. Solo la semana pasada se notificaron 4.954 muertes en la Región de las Américas.
En comparación con otras enfermedades, la COVID-19 sigue siendo una amenaza significativa para la población y para los sistemas de salud.
No debemos ni podemos ser complacientes, porque el virus de esta enfermedad sigue circulando y sigue evolucionando, y aún pueden surgir nuevas variantes.
Sin embargo, los países han reducido significativamente las medidas de salud pública, y millones de personas siguen sin vacunarse.
Los Estados Miembros deben hacer todo lo posible para llegar a los grupos de la población que no han recibido ni una dosis de la vacuna.
Hoy en día, la mayor parte de las vacunas que se aplican en la Región de las Américas son dosis de refuerzo para las personas que ya han sido vacunadas.
Esto es importante, pero en nuestra Región aún faltan 10 países y territorios por aplicar el esquema completo de vacunación a 40% de la población.
Y en todos los países de la Región, todavía hay grupos que no han recibido ni siquiera la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19.
Las personas no vacunadas serán las más afectadas cuando llegue la próxima ola de casos, por lo que nuestra prioridad debe ser llegar a quienes siguen desprotegidos.
Esto incluye a la población infantil, puesto que muchos regresan al salón de clases este mes.
De hecho, se debe alentar a padres y madres a ponerse al día con la vacunación de sus hijos e hijas, incluidas las vacunas que pudieron haber dejado de ponerles en los últimos años.
Ahora quiero centrarme en la viruela símica, ya que también en este caso la Región de las Américas se ha convertido en el epicentro de un brote mundial de enfermedades.
En julio, la OMS determinó que la viruela símica era una emergencia de salud pública de importancia internacional.
En este momento, nuestra Región tiene la mayor carga de casos de viruela símica en todo el mundo.
Hasta el 6 de septiembre, se habían notificado más de 30.000 casos de viruela símica en la Región de las Américas; la mayor parte de los casos se concentra en Estados Unidos de América, Brasil, Perú y Canadá.
Hasta ahora, la mayoría de los casos confirmados se registran en hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, aunque se han notificado al menos 145 casos en mujeres y 54 casos en menores de 18 años.
Hasta el momento, se han notificado cuatro muertes relacionadas con la viruela símica en Brasil, Cuba y Ecuador.
En una sesión especial del Consejo Directivo de la OPS que se celebró en agosto, los Estados Miembros solicitaron apoyo para obtener acceso a la vacuna contra esta enfermedad.
Desde entonces, el Fondo Rotatorio para el Acceso a las Vacunas logró un acuerdo con Bavarian Nordic, con lo cual nos convertimos en la primera región de la OMS en poner a disposición de los Estados Miembros vacunas contra la viruela símica.
Sin embargo, las dosis siguen siendo limitadas, por lo que la OPS ha recomendado a los Estados Miembros que den prioridad a los grupos de alto riesgo.
Dada la escasez de vacunas y considerando que no hay un tratamiento eficaz para la viruela símica, los países deben redoblar los esfuerzos para prevenir la propagación del virus en nuestra Región.
Tenemos los medios para frenar este virus.
Lo primero, y lo más crítico, es lograr una comunicación efectiva.
En demasiados países de nuestra Región, las comunidades LGBTQ+ deben hacer frente a la estigmatización y la discriminación, lo que afectan su salud y bienestar.
La estigmatización no tiene cabida en la salud pública: impide que las personas en riesgo accedan a la información, se hagan pruebas o busquen atención médica cuando tienen síntomas.
Si no actuamos de manera proactiva para superar estos obstáculos, la viruela símica se propagará en silencio.
Los países deben aprovechar la experiencia con la infección por el VIH/sida y emprender campañas activas de concientización, utilizando mensajes pragmáticos, honestos y específicos, para que todos sepan cómo se propaga la viruela símica, cómo identificar síntomas específicos y cuándo buscar atención médica.
La OPS ha estado trabajando activamente con la sociedad civil y las comunidades LGBTQ+ en toda la Región para que se conozcan cuáles son los síntomas de la viruela símica y para que se dé información sobre las medidas preventivas.
También hemos publicado una guía para las autoridades de salud sobre cómo comunicarse con los grupos de riesgo y hemos impartido varios talleres a fin de apoyar los esfuerzos de los países para involucrar a las comunidades afectadas.
Más allá de la comunicación, la vigilancia y las pruebas son nuestros mejores aliados contra la viruela símica.
Si no sabemos quién está infectado o en riesgo de infectarse, no sabemos hacia dónde dirigir nuestros esfuerzos.
Los países deben aumentar y descentralizar su capacidad para hacer pruebas, específicamente en los grupos de alto riesgo. Además, los trabajadores de salud y los trabajadores comunitarios deben capacitarse para poder identificar los síntomas y proporcionar a sus pacientes información correcta, así como una atención respetuosa y de buena calidad.
La OPS ha impartido sesiones de capacitación y proporcionado recursos al menos en 37 países y territorios de nuestra Región precisamente con este fin. Y estamos trabajando para asegurarnos de que todos los países de la Región tengan suficientes suministros y una orientación actualizada para hacer las pruebas de la viruela símica.
Como vimos con la respuesta mundial a la COVID-19, el acceso a los recursos y la colaboración sostenida son clave para detener un virus.
No debemos perder el tiempo y dejar aplicar esta lección a la viruela símica, o corremos el riesgo de permitir que este brote empeore.
Debemos trabajar para erradicar la estigmatización y la discriminación, o los grupos que corren el mayor riesgo no buscarán atención.
Y debemos hacer todo lo posible para que los suministros limitados de vacunas y otras herramientas esenciales lleguen primero a las poblaciones en mayor riesgo.
Ya sea que estemos hablando el COVID, la viruela símica u otras amenazas, para dar una respuesta efectiva en el ámbito de la salud pública debemos actuar rápido y con determinación, y dar prioridad a brindar apoyo a los más vulnerables en nuestra Región.
Esa es la forma en que superaremos esto, todos juntos.
Muchas gracias.
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