Buenos días y bienvenidos a la rueda de prensa de hoy.
Desde hace unos meses, nuestra Región viene enfrentando varias amenazas graves para la salud, que me gustaría abordar hoy.
La Región de las Américas enfrenta una “triple amenaza”, por así decirlo, de enfermedades respiratorias, ya que la COVID-19, la gripe y el VSR (virus sincitial respiratorio) están sobrecargando a las personas y a nuestros sistemas de salud.
La semana pasada se observó un aumento de 17% en los casos de COVID-19 en la Región, así como un incremento del número de muertes en América Central y del Sur, a pesar de una moderada disminución general en la Región.
Como ya hemos visto antes, la situación puede cambiar rápidamente, y estamos observando de cerca las tendencias en los países que están notificando una mayor transmisión.
También sabemos que se están haciendo menos pruebas, y los casos notificados a la OPS podrían ser solo una fracción del número real de infecciones en la Región de las Américas.
Cada vez que caemos en la complacencia con este virus, corremos el riesgo de que haya un resurgimiento. No podemos bajar la guardia.
Entretanto, los casos de gripe estacional están aumentando, después de dos años de actividad inferior al promedio.
La actividad gripal en la subregión norte está repuntando, como es de esperar en esta época del año. Sin embargo, los casos parecen estar aumentando antes de lo habitual en lugares como Estados Unidos y México.
También estamos viendo una intensificación fuera de temporada de la actividad gripal en el Cono Sur, especialmente en Argentina y Uruguay, lo cual está colocando una presión imprevista sobre los sistemas de salud.
Al mismo tiempo, nos enfrentamos al VSR, un virus estacional común.
Después de un par de años de menor transmisión estacional, las infecciones por VSR han aumentado considerablemente.
La gran actividad del VSR está sobrecargando los sistemas de salud de Canadá, México, Brasil, Uruguay y Estados Unidos, y algunos hospitales pediátricos están llegando al límite de su capacidad como consecuencia de este aumento.
Desafortunadamente, el VSR afecta mucho a la población más vulnerable: la población infantil y, en particular, los menores de 1 año.
El aumento de la incidencia una sola infección respiratoria es motivo de preocupación. Cuando dos o tres infecciones comienzan a afectar a una población al mismo tiempo, debemos ponernos todos en alerta.
Es alentador que las estrategias para limitar la propagación de la COVID-19, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, también se apliquen a estas otras enfermedades respiratorias y puedan seguir usándose para ayudar a las comunidades a mantenerse a salvo.
Las autoridades de salud deben fomentar estas prácticas cada vez que haya repuntes del número de casos de infecciones respiratorias en su país. Esta es nuestra mejor opción para la infección por el VSR, enfermedad para la cual todavía no hay una vacuna autorizada.
Pero tenemos la suerte de contar con vacunas efectivas contra la gripe y la COVID-19.
Sin embargo, en octubre se redujo otra vez el número de personas que completaron la serie primaria de vacunación contra la COVID-19, y el número de dosis de refuerzo administradas también disminuyó.
La OPS sigue comprando vacunas para los Estados Miembros por medio del Fondo Rotatorio. Este año hemos proporcionado 39,5 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 y 31 millones de vacunas contra la gripe a países de nuestra Región.
Tenemos suficientes vacunas para mantenernos a todos a salvo. ¡Usémoslas!
Los países también deben fortalecer la vigilancia genómica, junto con la vigilancia de enfermedades en general, para que podamos abordar cada una de estas infecciones virales de manera adecuada.
Recordemos que una amenaza para la salud en cualquiera de nuestros países es una amenaza para la salud en toda la Región, y debemos difundir esta información para enfrentar esta amenaza juntos.
Antes de terminar, quisiera referirme brevemente a otros brotes que se han producido en la Región de las Américas.
En primer lugar, la situación del cólera en Haití sigue empeorando.
Las autoridades de salud han confirmado más de 700 casos desde principios de octubre y están investigando más de 7.000 casos presuntos. Hasta ahora 144 personas han muerto de cólera en el país durante este brote.
Es una situación peligrosa, y la OPS insta a todos los países a que intensifiquen la vigilancia, mientras ayudamos a Haití a proporcionar atención para salvar vidas, a desplegar trabajadores de salud y a conseguir combustible para los establecimientos de salud.
En segundo lugar, aunque la Región de las Américas sigue siendo la más afectada por la viruela símica, los casos han disminuido en la mayoría de los países gravemente afectados.
Debemos aprovechar este avance para reducir los casos a cero lo más rápido posible.
Para reducir la transmisión y tratar los casos actuales, los gobiernos deben continuar trabajando de manera activa con las personas que corren el mayor riesgo, principalmente los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.
Por último, en relación con la poliomielitis, no se han notificado más casos en la Región, pero los niveles de vacunación siguen siendo los más bajos de la historia. Los países deben organizar de inmediato campañas de puesta al día con la vacunación contra la poliomielitis para todos los niños que reúnan los requisitos.
Debemos recordar que la poliomielitis se propaga silenciosamente y no tiene cura ni tratamiento. Las vacunas son nuestra mejor herramienta para prevenirla.
Tardamos decenios en eliminar la poliomielitis de la Región de las Américas. No debemos ni podemos rendirnos ahora.
A medida que nos acercamos a las fiestas y viajamos para celebrar con familiares y amigos, debemos estar especialmente atentos a todas estas amenazas para la salud que hemos mencionado.
Hay dos enseñanzas importantes de la pandemia de COVID-19 que nos servirán hoy.
La primera es que no estamos indefensos. Los últimos años han demostrado que tenemos muchas herramientas y recursos que nos ayudarán a limitar el impacto de las enfermedades respiratorias graves, siempre y cuando los usemos.
La segunda es que nuestra salud está interconectada. Debemos continuar respondiendo a estas crisis juntos como Región, aprovechando cada oportunidad para colaborar y difundir información de manera transfronteriza.
No subestimemos estas enseñanzas.
Muchas gracias.
|