Rueda de prensa semanal sobre COVID-19: Palabras de apertura de la Directora, 4 de mayo de 2022

Buenos días y gracias por participar en la rueda de prensa de hoy.

La semana pasada, nuestra Región notificó más de 616.000 casos nuevos, lo que representa un aumento del 12,7% en comparación con la semana anterior, y más de 4.200 muertes, lo que representa una ligera disminución de menos del 1%.

En el Caribe, se informó un aumento del 15,4% del número de casos nuevos en 24 de los 34 países y territorios que lo conforman, y un aumento del 39,6% en el número de muertes en comparación con la semana anterior, la tercera semana consecutiva de aumento en este número. En Centroamérica, continuó aumentando el número de casos, esta semana en un 53,4%; tres de los siete países centroamericanos notificaron aumentos, si bien el número de muertes continuó disminuyendo.

En América del Norte, el número de casos aumentó por quinta semana consecutiva, en un 19,5% en comparación con la semana anterior. Estados Unidos notificó un aumento del 27,1%, mientras que Canadá y México informaron que había disminuido el número de casos nuevos. Tanto Estados Unidos como Canadá registraron un aumento de las hospitalizaciones semanales por COVID-19.

En América del Sur, hubo una disminución general del 8% de los casos nuevos, aunque siete de los diez países de esta subregión notificaron un aumento del número de casos.

Once países y territorios de toda la Región notificaron un aumento de las hospitalizaciones y del número de ingresos a las unidades de cuidados intensivos.

Hay demasiados lugares donde están aumentando el número de casos de COVID-19 y las hospitalizaciones, lo que debería instarnos a fortalecer las medidas para combatir el virus, incluidas la vigilancia y la preparación.

Es esencial no perder de vista el virus, para lo cual debemos hacer un seguimiento de su evolución y mantener una capacidad suficiente de realización de pruebas.

Los datos fiables sobre la situación pueden ayudar a los países a planificar y ajustar las medidas preventivas, comunicarse de manera eficaz con el público y reforzar la capacidad hospitalaria de ser necesario.

En cualquier caso, las vacunas siguen siendo nuestro mejor recurso para salvar vidas, sobre todo cuando el número de casos está en aumento.

Los datos de la Agencia de Salud Pública de Canadá muestran que, en el mes de marzo, la población joven y adulta que no estaba vacunada tenía tres veces más probabilidades de ser hospitalizada por COVID-19 que las personas que habían recibido el esquema completo. El riesgo es aún mayor para las personas mayores de 60 años que no están vacunadas.

Debemos llegar a la población que no está vacunada contra la COVID-19 para que reciba el esquema completo y debemos garantizar el acceso a las dosis de refuerzo, en especial para las personas más vulnerables.

Desde que comenzaron a estar disponibles las vacunas contra la COVID-19, hemos entregado 1.800 millones de dosis en la Región de las Américas. Durante la Semana de Vacunación en las Américas, que se celebró la semana pasada, logramos entregar más de 12 millones de dosis.

Se trata de un avance muy importante.

Debemos mantener este impulso para llegar a los 230 millones de personas de nuestra Región que aún no han recibido ninguna dosis.

Nunca habríamos llegado a tantas personas sin la labor esencial del personal de enfermería en toda la Región de las Américas.

En preparación para el Día Internacional de los Enfermeros y las Enfermeras, quisiéramos agradecer al personal de enfermería que ha contribuido a alcanzar este hito y que ha desempeñado un papel central en el cuidado de las personas con COVID-19.

No ha sido una labor fácil.

En toda la Región, el personal de enfermería actuó con valentía para hacer frente a las consecuencias más difíciles de la pandemia, y muchas de estas personas sufrieron agotamiento y trastornos de salud mental.

El estudio HÉROES sobre los trabajadores de salud durante la COVID-19 mostró que casi una cuarta parte de los trabajadores de salud entrevistados en el 2020 presentaba síntomas de un episodio de depresión, y que hasta 15% había manifestado que contemplaba pensamientos suicidas. En algunos países, solo alrededor de un tercio de las personas que necesitaban atención psicológica tenían acceso a ella.

En Brasil, Guatemala y Colombia, más del 10% de los trabajadores de salud tuvo síntomas de depresión grave.

Hoy el personal de enfermería asume la doble carga de cuidar a los pacientes con COVID-19 y de atender nuevamente a aquellas personas que no accedieron a los controles de salud de rutina en los últimos dos años.

Como resultado de la superposición de estos factores de tensión, algunos trabajadores de salud se mudaron fuera de la zona en la que residían, por lo que los hospitales y centros de salud quedaron muy faltos de personal. En un estudio sobre el personal de enfermería a nivel mundial, el 4% de los profesionales de este sector señaló incluso que tenía la intención de cambiar de profesión como consecuencia de la pandemia.

El personal de enfermería es la columna vertebral de la fuerza laboral del sector de la salud, puesto que constituye el 56% de todo el personal.

Dependemos de ellos para proporcionar servicios de atención primaria y de apoyo a la salud mental, como también para proteger el bienestar de las personas, las comunidades y las familias.

Cuando el personal de enfermería se enfrenta a dificultades para hacer su trabajo, todo el sistema de salud se resiente.

Es por eso por lo que tenemos que duplicar nuestras inversiones para aumentar el personal de enfermería y cuidar al personal que ya tenemos para que, a su vez, ellos puedan seguir cuidándonos a nosotros.

Para satisfacer nuestras necesidades en materia de salud, la OPS estima que en la Región de las Américas se necesitarán 1,8 millones más de enfermeros y enfermeras para el 2030. En Estados Unidos se tendrán que agregar 1,2 millones y en Canadá se necesitarán 60.000 más para el 2025.

Para alcanzar este crecimiento y para retener al personal actual, los países deben tener políticas claras orientadas a capacitar y retener a los recursos humanos en el ámbito de la salud.

Los países pueden mejorar la gobernanza creando más oportunidades de acceso a puestos de liderazgo para el personal de enfermería y jerarquizando al personal de enfermería y partería dentro de los gobiernos y los ministerios de salud.

Jamaica está trabajando en la elaboración de una nueva estrategia nacional de enfermería y partería para regular mejor al personal y planificar el futuro del país.

Brasil se propuso la meta de aumentar el salario mínimo del personal de enfermería a fin de garantizar que reciba una compensación adecuada por su trabajo esencial.

También debemos tratar al personal de enfermería con el respeto y la dignidad que merece, y apoyar su salud mental.

En un estudio realizado en el Caribe, la OPS halló que alrededor del 45% del personal de enfermería había cambiado su empleo por otro que ofrecía mejores condiciones laborales.

Los países y territorios, tanto a nivel individual como en colaboración con la OPS, están esforzándose por abordar este problema.

Las asociaciones de enfermería instan a los países a que incorporen servicios de salud mental en los centros de salud para cuidar la salud mental de los trabajadores de salud.

Chile y Argentina han incorporado teléfonos de asistencia para apoyar las necesidades específicas relacionadas con la atención de la salud mental de los trabajadores de salud.

Por su parte, la OPS está poniendo en marcha un curso de autocuidado dirigido específicamente a los trabajadores de salud.

Es cierto que la pandemia ha planteado dificultades para el bienestar mental de todos nosotros, no solo de los profesionales de la salud.

En este sentido, quisiera mencionar que el viernes 6 de mayo la OPS anunciará formalmente la creación de la Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y COVID-19.

Esta Comisión reunirá a líderes e intelectuales para analizar más de cerca el impacto de la pandemia en la salud mental en la Región de las Américas. También hemos incluido a personas que sufren trastornos de salud mental. La Comisión guiará a la OPS y a sus Estados Miembros en el fortalecimiento de las iniciativas destinadas a satisfacer las necesidades en materia de salud mental en toda nuestra Región.

La COVID-19 continúa poniendo de relieve las brechas que debemos subsanar, mediante la puesta en marcha de iniciativas orientadas a reconstruir para mejorar y hacer más equitativos a nuestros sistemas de salud en todo sentido.

Los invito a que acompañen a la OPS en su celebración del Día Internacional de las Enfermeras y los Enfermeros el viernes 6 de mayo, para hacer un llamamiento con miras a lograr una inversión sostenida en el personal de enfermería actual y futuro.

Debemos aprovechar esta oportunidad para fortalecer los sistemas de salud y a los trabajadores de salud de la Región de las Américas, para garantizar que no solo estemos protegidos de este virus, sino que todos podamos tener una vida más feliz y más saludable.