Rueda de prensa semanal sobre COVID-19: Palabras de apertura de la Directora, 2 de febrero de 2022
Buenos días y gracias por participar en la rueda de prensa de hoy. El número de infecciones y muertes por COVID-19 en nuestra Región sigue en aumento, y las hospitalizaciones y los ingresos en las UCI continúan aumentando en todas las subregiones. La semana pasada se notificaron más de 7 millones de casos nuevos de COVID-19 y más de 34.000 muertes conexas en la Región de las Américas. Sin embargo, el aumento de las infecciones parece estar desacelerándose en los lugares a los que la variante ómicron llegó primero. La mayoría de los casos nuevos se notificaron en América del Norte, donde hubo más de 4 millones de infecciones nuevas. También continúa habiendo alzas en Centroamérica y América del Sur; en particular, se registraron cifras récord de casos diarios en Chile y Brasil. Por cuarta semana consecutiva, aumentaron las muertes en todas las subregiones, esta vez casi 33% con respecto a la semana anterior. En el Caribe, las muertes han aumentado más del doble en Cuba, Bahamas y Antigua y Barbuda. En otras islas como Martinica y Guadalupe, la COVID‑19 se propaga rápidamente entre los jóvenes y las personas que no están vacunadas. Estas tendencias muestran que debemos continuar con todos los aspectos de nuestra respuesta frente a la COVID-19. Las vacunas, las pruebas y las medidas de salud pública continuas, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social, siguen siendo de vital importancia. Hoy quisiera brindar información actualizada sobre un componente esencial de la respuesta frente a la COVID-19 en nuestra Región: las vacunas. Gracias al arduo esfuerzo realizado por los países de la Región y al generoso apoyo de donantes como Estados Unidos, Canadá y España, que ayudaron a nuestra Región a garantizar el suministro de dosis cuando estas escaseaban, 63% de los habitantes de América Latina y el Caribe han recibido el esquema completo de vacunación contra la COVID-19. Gracias a todos los que nos ayudaron, nuestra Región tiene una de las coberturas de vacunación contra la COVID-19 más altas del mundo. No obstante, cabe señalar que la Región de las Américas es la más desigual del mundo. Por lo tanto, a pesar de nuestros avances, el acceso a la vacunación continúa siendo desigual en América Latina y el Caribe. Una señal preocupante es que, aún hoy, más de una de cada cuatro personas en la Región no ha recibido ni una sola dosis de la vacuna. Si bien hay 14 países y territorios en los que 70% de la población ha recibido el esquema completo, hay otros 14 en los que esta cifra no llega a 40%. Y si nos concentramos en los países de ingresos bajos y medianos de nuestra Región, más de 54% de los habitantes aún no ha recibido ni una sola dosis de una vacuna contra la COVID-19. Por otra parte, nos enfrentamos a algunos puntos ciegos significativos como consecuencia de la falta de acceso a información detallada sobre la vacunación. Alentamos a los países a que recopilen e informen, siempre que sea posible, los datos que muestren la cobertura de vacunación desglosada por edad, sexo y grupo de riesgo. Sin esta información, no podremos saber cuál es la proporción de los grupos de alto riesgo que ya ha recibido la vacuna, entre ellos, las personas mayores, las embarazadas y los trabajadores de salud. Estos datos son de vital importancia para diseñar campañas de vacunación dirigidas a grupos específicos, maximizar el impacto de las dosis de las vacunas y, por supuesto, salvar vidas. En los países que sí informan datos detallados, se observan brechas preocupantes. Por ejemplo, en Estados Unidos y Anguila, la cobertura de vacunación en las personas mayores es menor que en los grupos más jóvenes que tienen un menor riesgo de presentar cuadros graves de COVID-19. La buena noticia es que se proyecta un repunte del suministro de vacunas para este año. Las donaciones hechas por Estados Unidos, España, Canadá, Alemania, Francia y otros países suman unos 26 millones de dosis. Queremos manifestar nuestro agradecimiento a todos los que han hecho donaciones. Se proyecta que el Fondo Rotatorio de la OPS, que hasta ahora ha entregado casi 100 millones de dosis, este año alcanzará los 200 millones de dosis obtenidas para nuestra Región, gracias a los acuerdos celebrados con los fabricantes de vacunas y el apoyo de otros asociados. Debido a la rápida intensificación de las compras, las donaciones y las entregas hechas por el Mecanismo COVAX a fines del 2021, se logró avanzar en el acceso a los suministros de vacunas, y los países tendrán suficientes dosis en existencia para hacer un despliegue masivo. Por lo tanto, podrán ofrecer dosis a las personas que aún no estén vacunadas. Mientras esperamos la llegada de estas dosis, instamos a los países a hacer todos los preparativos necesarios para asegurarse de aprovecharlas al máximo. Lo primero es que recopilen e informen datos estratificados sobre la vacunación. Instamos a los países a que analicen nuevamente sus datos de vacunación para comprender mejor las brechas, ya sean en la cobertura por zona geográfica, edad o sexo, o en los principales grupos prioritarios. Si los países ya están recopilando estos datos, los instamos a que los transmitan a la OPS; si no lo están haciendo, sepan que cuentan con nuestro apoyo de ser necesario. Instamos a los países a que den prioridad a los grupos de alto riesgo. Los países deben reorientar sus iniciativas para garantizar, en primer lugar, la protección de los trabajadores de salud, las personas inmunodeprimidas y las personas mayores. De lo contrario, continuará habiendo brotes, los hospitales seguirán saturados, continuará limitándose la atención brindada a otras afecciones y muchas personas seguirán muriendo a causa de este virus. Una vez que los países hayan alcanzado una cobertura alta mediante el esquema primario y las dosis de refuerzo en los grupos de mayor prioridad, la OPS recomienda que reorganicen los planes relacionados con el despliegue de las vacunas para centrarse en los otros grupos de riesgo de prioridad alta. A medida que aumente la cobertura de la vacunación en estos grupos, se reducirán las tasas nacionales de hospitalización y mortalidad. Cuando esto ocurra, deberán ofrecerse las dosis a los adultos sanos y a los adolescentes y niños de 12 años o más que tengan enfermedades preexistentes, a fin de continuar reduciendo las tasas de transmisión. Los niños y adolescentes sanos deben ser los últimos en recibir las dosis de la vacuna contra la COVID-19, ya que son quienes tienen el menor riesgo de presentar cuadros graves. En este punto, recordamos a los países que la mejor manera de proteger el bienestar de nuestros niños es reabrir las escuelas con las medidas de seguridad correspondientes. Para ello, la vacunación infantil no es un requisito previo. Por último, este es también el momento para que los países inviertan en sus programas de vacunación. Los instamos a reforzar su capacidad de cadena de frío para poder recibir los suministros de vacunas sin complicaciones. Además, deben contratar y capacitar a suficientes trabajadores de la salud para administrar las vacunas contra la COVID-19 sin tener que destinar a este fin al personal dedicado a prestar otros servicios esenciales. Por otra parte, es recomendable que formulen planes para llegar a las personas que viven en zonas de difícil acceso, sean rurales o urbanas, que en general son las últimas en recibir atención. Hay muchos lugares, sobre todo en el Caribe, donde tampoco hay programas de vacunación eficaces para la población adulta, lo que ha constituido un obstáculo para garantizar una cobertura alta de vacunación en los adultos. Ahora es el momento de fortalecer las campañas de vacunación, organizar iniciativas relacionadas y empoderar a algunos grupos clave como los trabajadores de la salud y los líderes religiosos, para que se conviertan en promotores de la vacunación. Es responsabilidad de todos nosotros que podamos alcanzar una cobertura alta de vacunación. Por lo tanto, quiero mandar un mensaje especial a los millones de adultos del Caribe que aún no han recibido la vacuna contra la COVID-19: Déjenme contarles un poco sobre mí misma: soy médica, esposa, madre y abuela. Y no veía la hora de vacunarme; estaba muy preocupada tanto por mi salud como por la de mi madre, que vive conmigo y tiene 95 años. No les puedo explicar el alivio que sentí una vez que estuvimos vacunados mi madre, mi esposo, mis hijos y yo, porque confío en la ciencia y valoro la vida. Así que, por favor, no dejen pasar el tiempo: vacúnense hoy. Las vacunas contra la COVID-19 son seguras y efectivas, y son la mejor manera que tenemos de protegernos a nosotros mismos, a nuestras familias y a nuestras comunidades. No podemos recuperar el tiempo que hemos perdido a causa de esta pandemia, pero sí podemos controlar cómo nos afectará de aquí en adelante. Si queremos volver a las tradiciones familiares, las celebraciones culturales y los momentos que hacen que valga la pena vivir, debemos vacunarnos. Las vacunas funcionan, son seguras y pueden ayudarnos a poner fin a esta pandemia. Así que, por favor, vacúnense hoy o lo antes posible. Muchas gracias. |