Rueda de prensa semanal sobre COVID-19: Palabras de apertura de la Directora, 1 de septiembre de 2021

Buenos días y gracias por participar en la rueda de prensa de hoy.

La semana pasada se notificaron más de 1,6 millones de casos nuevos de COVID-19 y casi 22.000 muertes conexas en la Región de las Américas.

En América del Norte, el número de casos de COVID-19 está aumentando drásticamente; las tasas de hospitalización de jóvenes y adultos menores de 50 años son las más altas desde que comenzó la pandemia.

En el Caribe, Santa Lucía y Puerto Rico están notificando un número elevado de casos nuevos, mientras que en Jamaica el número de muertes debidas a la COVID-19 ha alcanzado su máximo histórico, al mismo tiempo que se llenan los hospitales.

También está en alza el número de brotes en varios países de Centroamérica, sobre todo en Costa Rica y Belice.

En América del Sur, el número de casos está disminuyendo, salvo en algunos países como Venezuela, donde se ha estabilizado, y Surinam, donde el nivel de transmisión lleva cuatro semanas consecutivas en ascenso. 

Si se comparan las regiones del mundo, la Región de las Américas sigue siendo afectada por la pandemia de una manera desproporcionada: cuatro de los diez países con el mayor número acumulado de casos están en nuestra Región, donde se ha notificado casi un tercio de todas las muertes por COVID‑19 registradas a nivel mundial.

A pesar de este impacto desproporcionado, tres cuartas partes de la población de América Latina y el Caribe no tiene el esquema de vacunación completo.

Para muchas de esas personas, pasarán meses antes de que tengan acceso a las vacunas.

Si bien todos los países de la Región han comenzado a administrar vacunas contra la COVID-19, la vacunación muestra las mismas brechas de desigualdad que durante tanto tiempo han dividido a nuestra Región.

En aquellos países que pudieron llegar a acuerdos con los fabricantes, las campañas de vacunación han sido constantes y la cobertura sigue aumentando. Más de 60% de la población de Canadá, Chile y Uruguay ya tienen los esquemas de vacunación completos, y más de la mitad de la población de Estados Unidos también ha recibido la pauta completa de vacunación.

Desafortunadamente, los países con una cobertura elevada son la excepción en nuestra Región.

Debido a las demoras en la fabricación, las prohibiciones de exportación y los suministros limitados de vacunas, muchos países siguen esperando las dosis que debían recibir hace meses.

Más de un tercio de los países de nuestra Región aún no ha vacunado a 20% de su población; en muchos países, la cobertura de vacunación es mucho menor.

En muchos países de América del Sur y el Caribe, la cobertura de vacunación no supera el 20%, y en algunos países de Centroamérica, como Guatemala, Honduras y Nicaragua, sigue siendo de un solo dígito. Eso por no hablar de Haití y Venezuela, donde la fragilidad del sistema de salud y los desafíos políticos han demorado aún más las campañas de vacunación.

Necesitamos entregar 540 millones de dosis adicionales para garantizar que todos los países de la Región de las Américas puedan vacunar al menos a 60% de su población. Tenemos que ampliar el acceso a las vacunas en nuestra Región, especialmente en aquellos lugares que se están quedando atrás.

Con este objetivo en mente, quiero destacar tres prioridades para acelerar la cobertura de vacunación en nuestra Región.

En primer lugar, necesitamos más donaciones de vacunas.

Instamos a todos aquellos países con dosis sobrantes a compartirlas prontamente con nuestra Región, donde salvarán vidas.

Mientras continúen las demoras en la fabricación de vacunas, las donaciones seguirán siendo la mejor manera, y la más rápida, de hacer llegar las vacunas a más personas.

Algunos países ya están desplegando dosis de refuerzo para las personas vacunadas, a pesar de que la mayoría de las personas de nuestra Región aún no han recibido una primera dosis. 

Recordamos a los países de todo el mundo que la mejor manera de protegerse contra las variantes preocupantes, como la variante delta, es garantizar que haya más personas completamente vacunadas en todo el mundo.

Nuestra mejor opción es aprovechar al máximo las dosis disponibles.

Esto me lleva al segundo punto: nuestra respuesta a la pandemia debe estar guiada por la salud pública, no por la política.

Dado que el suministro de vacunas sigue siendo limitado, los países deben priorizar las dosis para los más vulnerables, como las personas mayores, los trabajadores de la salud y aquellas personas con afecciones de salud subyacentes.

Hay demasiadas personas en situación de vulnerabilidad que aún no han sido vacunadas, a pesar de que las campañas de vacunación están incluyendo a otras personas de menor riesgo.

Por lo tanto, seguimos instando a los países a dejarse guiar por la ciencia, diseñar campañas que protejan a los más vulnerables, y aplicar medidas de salud pública que reduzcan la transmisión.

Y, por último, necesitamos que los países se aseguren de que las vacunas son administradas en cuanto llegan.

Los países están administrando dosis rápidamente, pero esto es solo el principio.

A medida que reciban más envíos, y de mayor tamaño, los países deberán asegurarse de que cuentan con la logística necesaria para absorber las dosis al tiempo que garantizan cada paso de la cadena de frío.

También tendrán que contratar y capacitar a más trabajadores de la salud para administrar estas vacunas, así como organizar campañas de comunicación para que la población tenga toda la información que necesita para saber cuándo y dónde vacunarse.

La OPS está ayudando a los países a realizar todos estos preparativos, y estamos trabajando con los países para superar uno de los mayores obstáculos de las campañas de vacunación contra la COVID-19: las jeringas. Sí, jeringas.

El Fondo Rotatorio de la OPS ha adquirido 80 millones de jeringas este año, y estamos trabajando con los países para monitorear la demanda y garantizar que tengan suficientes jeringas para las vacunas contra la COVID-19.

Nuestro objetivo es utilizar las vacunas contra la COVID-19 para proteger a tantas personas como sea posible, tan rápido como sea posible.

Para lograrlo, debemos trabajar juntos para mejorar el acceso a las vacunas contra la COVID-19 y potenciar al máximo su impacto.

El Fondo Rotatorio de la OPS ya está consolidando la demanda de los países de América Latina y el Caribe para obtener más dosis en los próximos meses y abordar las brechas actuales.

También estamos pensando en el futuro y haciendo planes a fin de mejorar significativamente la capacidad de la Región para fabricar vacunas. La semana pasada presentamos una plataforma nueva para los asociados que comparten la visión de impulsar la fabricación de vacunas en América Latina y el Caribe.

La Región de las Américas tiene un largo y exitoso legado de vacunación basado en la cooperación. Debemos abrazar esta opción: es el camino para salir de la pandemia.