El consumo de tabaco es el factor de riesgo común de las cuatro principales enfermedades no transmisibles y es responsable de la pérdida de más de ocho millones de vidas al año en el mundo y más de un millón en las Américas. Sus consecuencias son amplias y transversales, incluyendo las sanitarias, sociales, económicas y ambientales. Durante las últimas dos décadas, desde la entrada en vigor del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS) en 2005, se pueden identificar avances alentadores en la lucha contra la epidemia de tabaquismo en la Región de las Américas. Hoy en día, la comunidad de control del tabaco celebra logros significativos, como el hecho de que toda la subregión de América del Sur esté libre de humo de tabaco en lugares públicos y de trabajo cerrados.
Sin embargo, el trabajo por hacer está lejos de terminar. Todavía hay 128 millones de consumidores de tabaco (mayores de 15 años) en la Región -que representan el 10% de todos los consumidores de tabaco del mundo- y las tendencias actuales predicen que, si no se amplía urgentemente el control, alrededor de 118 millones de personas en la Región seguirán consumiendo tabaco en 2025. Además, la falta de un enfoque gubernamental y social integral necesario para abordar de manera íntegra el consumo de tabaco, junto con la interferencia de la industria tabacalera, suponen un obstáculo importante para avanzar en la agenda de control del tabaco. Asimismo, nuevos retos, como la feroz comercialización por parte de la industria de productos novedosos y emergentes de tabaco y nicotina, amenazan con interrumpir el progreso.
Dado que el consumo de tabaco tiene una carga económica mundial estimada de 1,4 billones de dólares estadounidenses al año, la necesidad de actuar es imperiosa. En el contexto de la recuperación de las economías mundiales y de la pandemia de COVID-19, el consumo de tabaco representa una importante amenaza para el desarrollo en un momento crítico. Ahora, más que nunca, es fundamental trabajar para proteger los logros y avanzar en el progreso. Este número especial sobre el control del tabaco muestra una base sólida al destacar los logros de los actores de la comunidad de control del tabaco junto con los Estados miembros. Además, pone de manifiesto las consecuencias devastadoras y la carga que supone el consumo de tabaco, así como los beneficios sanitarios y económicos del control del tabaco. La evidencia presentada ayuda a arrojar luz sobre la situación actual de la Región de las Américas y hacia dónde esta debería dirigirse para hacer frente a la epidemia de tabaquismo y garantizar el derecho de todas las personas al más alto nivel de salud.
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