Palabras del Director de la OPS: Rueda de prensa sobre el dengue, Oropouche y la gripe aviar (H5N1) - 10 de diciembre de 2024
Washington, DC Buenos días y gracias por acompañarnos en la rueda de prensa de hoy. Este año marca el primero desde el 2020 sin la COVID-19 como una emergencia de salud pública de importancia internacional y ha sido un año de logros en los esfuerzos de nuestra Región hacia la eliminación de enfermedades. En el 2024, la Región de las Américas recuperó su estado como libre de sarampión endémico, gracias a la reverificación reciente de Brasil. Además, Belice, Jamaica y San Vicente y las Granadinas eliminaron la transmisión maternoinfantil del VIH y la sífilis, y Brasil eliminó la filariasis linfática como problema de salud pública. Nuestra Región sigue siendo líder en áreas clave de la salud. Si bien el número de casos de sarampión a nivel mundial aumentó un 20% en el 2023, la Región de las Américas fue la única que registró una disminución, con solo 73 casos confirmados, el número más bajo en nuestra historia. Además, la cobertura de la vacunación contra el sarampión, la rubéola y las paperas llegó al 87%, el nivel más alto desde el 2019. Si bien celebramos estos hitos, también enfrentamos importantes desafíos. Hoy, me gustaría transmitirles información actualizada sobre tres enfermedades que actualmente afectan a la Región de las Américas: dengue, Oropouche y gripe por H5N1, también conocida como gripe aviar. Cada una de estas enfermedades es única y representa un nivel diferente de amenaza para la Región, aunque hay importantes enseñanzas que se pueden aplicar sobre la manera de darles seguimiento y responder a ellas, que pueden ayudar a mantener a nuestra población segura tanto ahora como en el futuro. Este año hemos enfrentado la epidemia de dengue más grande desde que comenzaron los registros de los casos en la Región de las Américas en 1980. Se han informado más de 12,6 millones de casos, casi tres veces el récord establecido en el 2023, y más de 21 000 de estos casos han sido graves y se han notificado más de 7700 muertes. Argentina, Brasil, Colombia y México han representado el 90% de los casos de dengue y el 88% de las muertes relacionadas con esta enfermedad en la Región este año, en su mayor parte concentrados en Brasil. El dengue también está representando un riesgo mayor de lo normal para la población infantil. Los menores de 15 años han representado más de un tercio de los casos de dengue en Costa Rica, México y Paraguay. En Guatemala, el 70% de las muertes por dengue han ocurrido en la población infantil. La zona geográfica susceptible a la transmisión de dengue también se está expandiendo en algunos países como Argentina y Uruguay, y en otros países que no suelen verse afectados por esta enfermedad, como en el caso de Estados Unidos, donde la mayor parte de los casos han sido importados por personas que han viajado, aunque se ha informado un grado de transmisión local limitada en Florida, Hawái, Texas, Arizona y California. Este aumento del número de casos está asociado directamente con fenómenos climáticos, como sequías, inundaciones y temperaturas más cálidas que favorecen la proliferación de criaderos de mosquitos. El rápido crecimiento poblacional, la urbanización no planificada y las condiciones de vida deficientes en las que el suministro de agua, los servicios sanitarios y el manejo de residuos no son adecuados también están favoreciendo la propagación. A pesar de los desafíos, no estamos indefensos contra el dengue. La estrategia de la OPS de gestión integrada para la prevención y el control de las enfermedades arbovirales es un instrumento que hemos puesto en marcha con nuestros Estados Miembros. Incluye la vigilancia de vectores, un mejor manejo de los casos, la capacitación de los prestadores de salud y la participación comunitaria. La estrategia ha sido fundamental para mantener relativamente bajo el número de casos graves y mortales mediante un mejor manejo de los pacientes. Las vacunas contra el dengue se han introducido en Argentina, Brasil y Perú, y Honduras tiene previsto hacerlo en el 2025. Si bien la vacuna actual contra el dengue puede ser una herramienta valiosa para mejorar la protección comunitaria y los resultados a nivel individual, no detendrá la propagación del virus a corto o mediano plazo ni tampoco proporciona un alivio inmediato durante un brote. Además, el suministro mundial de esta vacuna sigue siendo limitado. También estamos viendo un aumento de casos de infección por el virus del Oropouche en nuestra Región. Se trata de un virus transmitido por vectores que históricamente se había limitado a la cuenca amazónica. Sin embargo, al igual que en el caso del dengue, ahora se están detectando casos en otras zonas. Este año, doce países y territorios de la Región han notificado más de 11 600 casos de esta enfermedad, la mayor parte en Brasil, donde se registraron más de 9 500 casos. Si bien el brote de Oropouche presenta una escala mucho menor, requiere nuestra atención debido a su creciente expansión geográfica. Se han notificado dos muertes en Brasil, y se está investigando la posibilidad de transmisión maternoinfantil, incluidas muertes fetales y anomalías congénitas. Los países deben fortalecer su vigilancia y continuar intercambiando información. Debemos trabajar de manera transfronteriza para dar seguimiento a los nuevos casos y apoyar la respuesta de los sistemas de salud. Finalmente, quisiera proporcionarles información actualizada sobre el virus H5N1, es decir, la gripe aviar. El H5N1 es un virus que comúnmente se encuentra en aves. Sin embargo, ahora está infectando otras especies también, como el ganado vacuno destinado a la industria láctea en Estados Unidos de manera más reciente. En el 2024, se han notificado 58 casos en seres humanos en Estados Unidos y uno en Canadá, lo que contrasta con los tres casos notificados en los dos años anteriores en toda la Región. Además, se han informado casos en animales en otros 17 países desde que comenzó este brote en el 2021. Con un número moderado de casos, la mayor parte relacionados con la exposición ocupacional a aves de corral y ganado lechero infectado, el impacto en la salud pública sigue siendo limitado. La vigilancia, incluida la caracterización genómica, es crucial para rastrear el virus entre las distintas especies, entender su evolución y los riesgos que presenta para los seres humanos, y guiar nuestra actuación. Los países deben continuar recopilando y transmitiendo información a los organismos de salud pública y los servicios veterinarios oficiales. Las personas que presentan un alto riesgo de infección —como los trabajadores agrícolas que trabajan con aves y ganado— deben ser protegidas adecuadamente. La colaboración intersectorial en torno a la gripe aviar también es crucial para permitir la detección temprana y las intervenciones oportunas en los animales. Este año, la OPS convocó a sus 35 Estados Miembros para establecer la Comisión Intersectorial para la Prevención y el Control de la Gripe Zoonótica en las Américas, de manera de fortalecer la cooperación entre los sectores de la salud humana, animal y ambiental. Estos esfuerzos, aunados bajo el enfoque de “Una salud”, deben redoblarse en el 2025 y más allá. La OPS está en contacto con funcionarios y asociados en el ámbito de la salud humana y animal en Estados Unidos y Canadá para dar seguimiento al brote en el ganado vacuno. A medida que haya nueva información disponible, proporcionaremos orientación para la Región. Los brotes de enfermedades no son nuevos, pero los desafíos que enfrentamos hoy requieren atención y colaboración. La respuesta de nuestra Región al dengue pone de manifiesto el poder de la vigilancia de las enfermedades para planificar, preparar y actuar. Cuando los países intercambian información, y coordinan y proporcionan apoyo a la respuesta a las enfermedades, se salvan vidas y se marca el rumbo para abordar las amenazas cada vez mayores que presentan el dengue, el oropouche y la gripe aviar. A medida que hacemos frente al impacto del clima en la salud, la urbanización y las desigualdades, la OPS continúa trabajando con cada Estado Miembro para aprovechar nuestra capacidad colectiva de preparación y respuesta ante los desafíos de salud actuales y futuros. Muchas gracias. Dr. Jarbas Barbosa |