La pandemia de COVID-19 conlleva la obligación de los gobiernos de destinar la mayor cantidad de recursos posibles para atender las necesidades de salud. Sin embargo, es posible que enfrentemos situaciones en las que los recursos disponibles (como ventiladores o camas de cuidados intensivos) no sean suficientes para atender todas las necesidades de la población. Ese escenario es moralmente trágico puesto que sabemos que debemos dar el tratamiento necesario a todas las personas afectadas. Ante ese escenario, debemos proceder de manera ética: Dado que no podemos hacer todo lo que debemos hacer, ¿cuál es la manera más ética de proceder? Actuar con responsabilidad obliga a las autoridades sanitarias a establecer criterios para las decisiones de priorización que pudieran ser necesarias en este escenario.
|