Estrategia mundial para la lepra 2016–2020. Guía de monitoreo y evaluación

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Hemos asistido a un progreso considerable en el control de la lepra desde que la politerapia antileprosa se introdujo hace más de tres decenios. Un fuerte compromiso político, estrategias sólidas y alianzas robustas han contribuido a reducir de modo significativo la carga de lepra. Ello constituye una buena noticia para quienes atienden a las personas afectadas por la lepra, para el público general y para las autoridades responsables, pero preocupa el lento declive en la detección de nuevos casos durante los diez últimos años. Además, la meta mundial de reducir en un tercio los nuevos casos con discapacidad de grado 2 (DG2) fijada por la estrategia mundial mejorada para una mayor reducción de la carga de enfermedad debida a la lepra 2011–2015 ya está fuera de plazos, lo que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a lanzar una estrategia más amplia: la estrategia mundial para la lepra 2016–2020 “Acelerar la acción hacia un mundo sin lepra”. Esta estrategia se estructura en torno a tres pilares que abordan los aspectos de gobernanza, los aspectos médicos y los aspectos sociales de la lepra.