La Estrategia Mundial contra la Gripe 2019-2030 proporciona a la OMS, los países y los asociados un marco para luchar contra esta enfermedad de manera integral mediante programas nacionales sólidos, que abarquen desde la vigilancia hasta la prevención y el tratamiento, para fortalecer la prevención y el control de la gripe estacional y prepararse para futuras pandemias. Con este fin, la estrategia hace hincapié en dos aspectos:
- la elaboración de mejores instrumentos de alcance mundial (como vacunas, antibióticos y tratamientos) que beneficien a todos los países, generen confianza en la población y sean adoptados eficazmente; y
- el fortalecimiento de la capacidad de cada país y su integración en la planificación nacional de la seguridad sanitaria y en los esfuerzos por alcanzar la cobertura sanitaria universal.
Es necesario crear capacidad básica en tres pilares (prevención, tratamiento y preparación) para luchar contra la gripe en todos los ámbitos de la salud; además, el enfoque centrado en los países y la asunción de responsabilidad por cada uno de ellos son fundamentales para garantizar la sostenibilidad de los programas nacionales contra la gripe, que representan una inversión para reforzar el sistema sanitario y para prepararse frente a una pandemia. La estrategia se centra en el impacto en los países y se ajusta a los objetivos del 13.º Programa General de Trabajo de la OMS, a saber: lograr la cobertura sanitaria universal, responder a las emergencias sanitarias y promover poblaciones más sanas.
Esta estrategia se basa en el éxito del Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe y del Marco de preparación para una gripe pandémica (Marco de PIP), integrando amplios objetivos de prevención, tratamiento y preparación para todos los países.
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