La finalidad de estas orientaciones es aumentar la capacidad de los establecimientos de salud para proteger y mejorar la salud de las comunidades destinatarias ante un clima inestable y cambiante; y habilitarlos para que sean ambientalmente sostenibles, optimizando el uso de los recursos y reduciendo al mínimo el vertido de desechos en el medio ambiente. Los establecimientos de salud resilientes al clima y ambientalmente sostenibles favorecen una atención de alta calidad así como la accesibilidad de los servicios, y al ayudar a reducir los costos también garantizan una mejor asequibilidad. Por consiguiente, son un componente importante de la cobertura sanitaria universal (CSU).
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