Visión de conjunto
La presente publicación es una actualización de las Directrices para la lucha contra las intoxicaciones, publicada por la OMS en 1997 bajo la supervisión del Programa Internacional de Seguridad de las Sustancias Químicas.
La intoxicación representa un gran problema de salud pública a nivel mundial. La OMS estima que, en 2016, las intoxicaciones involuntarias provocaron 106 683 fallecimientos y la pérdida de 6,3 millones de años de vida saludable (años de vida ajustados por discapacidad) (5, 6). También se ha estimado que de 81 410 a 137 880 personas mueren todos los años a consecuencia de la mordedura de una serpiente (7). Además, se estima que aproximadamente el 20% de los suicidios a nivel mundial se deben al autoenvenenamiento por plaguicidas, principalmente en zonas agrícolas rurales de países con ingresos medios y bajos (8). En muchos países, el envenenamiento es una de las causas principales de asistencia médica de emergencia en los hospitales.
El envenenamiento es una emergencia en la que el tiempo resulta fundamental y, al igual que en las enfermedades infecciosas, puede ser necesaria la intervención de un especialista para que realice un diagnóstico correcto y establezca un tratamiento adecuado. Los centros toxicológicos se establecieron en los países como fuentes de conocimiento especializado para abordar el hecho de que no es posible que los profesionales médicos conozcan la toxicidad de todas las sustancias y productos, y también para aportar un enfoque sobre la investigación toxicológica. A continuación, se recoge una breve historia sobre los centros toxicológicos.
La primera sección describe la historia de los centros toxicológicos y el contexto político. Así, aporta una visión general de los servicios que puede ofrecer un centro toxicológico y de las consideraciones que deben tenerse en cuenta a la hora de planificar ese tipo de centro. Las secciones posteriores abordan los aspectos más prácticos de los servicios y actividades de los centros toxicológicos
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