Las emergencias de salud recientes como la pandemia de gripe por A/H1N1 y la epidemia del zika visibilizaron la importancia de una inversión urgente por parte de los países y territorios de la Región de las Américas en la seguridad regional en el ámbito de la salud. La pandemia de COVID-19 demostró que los brotes de enfermedades a menudo exacerban las brechas crónicas en materia de salud pública. Debido a la falta de resiliencia de los sistemas de salud, las cadenas de suministro se tornaron frágiles produciendo desabastecimientos y disrupciones en los servicios de atención primaria. La inequidad en materia de salud generó acceso desigual a las medidas de contención y limitó el apoyo disponible para comunidades vulnerables y marginadas. La preparación y respuesta ante pandemias se ha convertido en una prioridad a la hora de fortalecer la seguridad nacional y económica, y la Región de las Américas no es la excepción. Dado que muchas brechas en la seguridad en el ámbito de la salud se centran en el acceso continuo a tecnologías sanitarias que salvan vidas, los fondos rotatorios de la OPS, es decir, el Fondo Rotatorio Regional para Suministros Estratégicos de Salud Pública (el Fondo Estratégico) y el Fondo Rotatorio para el Acceso a Las Vacunas (el Fondo Rotatorio), pueden aprovecharse como mecanismos esenciales y un enfoque útil para fortalecer la resiliencia y equidad del sistema de salud.
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