Cómo detener la epidemia del tabaquismo en la Región de las Américas

Si bien son sumamente conocidos los efectos devastadores que el consumo del tabaco tiene para la salud, las repercusiones negativas del tabaco van mucho más allá de las consecuencias más obvias para la salud. El consumo de tabaco crea una carga económica considerable para las sociedades tanto por los costos elevados de la atención de salud como por la pérdida de la productividad asociada (1). Además, el consumo de tabaco agrava las desigualdades en materia de salud y exacerba la pobreza entre los países y dentro de ellos, puesto que desvía recursos que se utilizarían para alimentos y otras necesidades esenciales, además de causar una pérdida de ingresos (2). Estas y muchas otras consecuencias adversas de la epidemia del tabaquismo afectan desproporcionadamente a los países de ingresos bajos y medianos, donde hoy en día vive más del 80% de los fumadores del mundo, 127 millones de ellos (o 11,4%) en la Región de las Américas (1, 3).