Cada año, los siniestros viales causan la muerte de aproximadamente 155.000 personas en el continente americano y lesionan a muchos miles más. Los traumatismos por el tránsito son la principal causa de muerte entre los niños de 5 a 14 años, y la segunda en las personas de 15 a 29 años. La situación es alarmante y constituye una crisis de salud pública y de desarrollo, porque cada siniestro vial es una tragedia que contribuye a hundir a las familias de las víctimas en la pobreza. Los choques y los traumatismos en la vía pública se pueden prevenir. Se requiere la coordinación y colaboración entre diversos sectores, legislación para controlar la velocidad y el consumo de alcohol e impulsar el uso obligatorio de cinturones de seguridad y sillas de retención infantil en los automóviles, así como de cascos para los usuarios de motocicletas.
Este cuadernillo presenta a través de tres historias la evidencia de las intervenciones que pueden implementarse, para que sivan de ejemplo e inspiración a todos los actores que tienen un rol que jugar para mejorar la seguridad vial en las Américas.
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