América del Norte: En general, la actividad de la influenza disminuyó en la subregión, mientras que el SARS-CoV-2 continuó elevado. En México, la actividad de la influenza disminuyó, en tanto que la positividad de SARS‑CoV-2 continuó elevada y la actividad de la IRAG se mantuvo en niveles de intensidad moderada. En Estados Unidos, la actividad de la influenza fue baja, con predominio del virus de la influenza A(H3N2), mientras que la actividad del SARS-CoV-2 aumentó.
Caribe: En general, la actividad de la influenza se mantuvo baja, con predominio de influenza A(H3N2). En Belice, la positividad de influenza se mantuvo elevada. La República Dominicana y Haití reportaron mayor actividad de SARS-CoV-2, con mayor actividad de IRAG en Haiti, cuyo nivel de intensidad se ubicó por encima del promedio para esta época del año.
América Central:: En general, la actividad de la influenza continuó disminuyendo, con predominio de influenza A(H3N2). En Nicaragua y Panamá, la actividad de la influenza aumentó a niveles de intensidad moderada y baja respectivamente. La actividad del SARS-CoV-2 aumentó en toda la subregión, con mayores niveles en Guatemala y Honduras.
Países Andinos: En general, la actividad de la influenza se mantuvo baja, con predominio de A(H3N2). La actividad del SARS-CoV-2 siguió aumentando en Bolivia, Ecuador y Perú.
Brasil y Cono Sur:; En general, la actividad de la influenza se mantuvo baja con predominio de influenza A(H3N2) explicada por los niveles de circulación en Chile. La actividad del SARS-CoV-2 ha disminuido en toda la subregión, aunque continua en aumento en Chile y Argentina. En Uruguay, la actividad de la IRAG se elevó por encima de los niveles epidémicos del período. El virus respiratorio sincitial predominó.
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