En lo que respecta a la reapertura de las escuelas, la OPS recomienda un enfoque por etapas que tenga en cuenta el nivel de transmisión comunitaria en el área donde están ubicadas las escuelas y donde viven los estudiantes y el personal. Estos niveles pueden cambiar rápidamente, por lo que la vigilancia es clave para garantizar que la reapertura se realice de manera segura y que los entornos de aprendizaje sigan siendo seguros.
Antes de la reapertura, los países deben garantizar que las escuelas puedan mantener las medidas de prevención y control de la COVID-19, como el distanciamiento físico, la práctica de higiene de manos y el uso de mascarillas. El transporte seguro y accesible desde y hacia las escuelas también es una consideración importante.