SUBMENÚ
En la región (LAC), alrededor de 2,5 millones de personas viven con VIH. En 2022, unas 130.000 personas adquirieron el virus y 33.000 perdieron la vida por causas relacionadas con el sida. El número de nuevas infecciones entre poblaciones clave (gais y hombres que tienen sexo con hombres, personas que ejercen el trabajo sexual, personas trans, usuarios de drogas, y personas en prisión), es significativamente mayor que entre la población en general.
Para poner fin al sida, las comunidades tienen un rol clave en la respuesta. Las organizaciones comunitarias de poblaciones afectadas por el virus están en la primera línea de respuesta al VIH. Empoderar a estas comunidades es esencial para que puedan desarrollar sus propias estrategias y llegar a las personas que más necesitan acceso a las innovaciones disponibles, como la distribución de auto pruebas, la implementación de la PrEP en el primer nivel de atención y en centros comunitarios, y la vinculación inmediata para el tratamiento para así lograr una carga viral indetectable. Una persona con carga viral indetectable no transmite la infección, cortando así la cadena de transmisión.
Este Día Mundial del Sida es un llamado a la acción para habilitar y apoyar a las comunidades en estas tareas. Se necesita un entorno normativo propicio que facilite el papel de las comunidades en la prestación de servicios para el VIH, y garantizar un enfoque de equidad y de la salud como un derecho.
Con la participación de todos y todas podemos eliminar el sida en la Región de las Américas. Que las comunidades lideren, trabajemos juntos en la eliminación del sida.
Con el fin de apoyar la expansión de los servicios de VIH a las poblaciones clave y personas con VIH, la OPS y ONUSIDA llevan adelante la iniciativa Soy Clave en once países de América Latina. La iniciativa ha permitido fortalecer alianzas que apoyan respuestas aceleradas con participación de las comunidades y de la sociedad civil impulsando así modelos de servicios centrados en las personas.
Es esencial que las comunidades estén empoderadas para que puedan desarrollar sus propias estrategias y llegar a quienes más lo necesitan con información, autopruebas de VIH, antirretrovirales como método de prevención (lo que se conoce como PrEP), y tratamiento para lograr una carga viral indetectable y cortar la cadena de transmisión.
Además, al ser espacios libres de estigma y discriminación, los servicios liderados por grupos de la comunidad aumentan la aceptación y la retención en la atención de gais y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas que ejercen el trabajo sexual, personas trans, y usuarios de drogas, poblaciones consideradas clave en la respuesta al VIH y entre quienes se reporta la mayor cantidad de nuevas infecciones.