Cáncer cervicouterino, cáncer de cuello del útero, cáncer de cuello uterino o cáncer cervical, son los tres nombres conocidos para denominar esta enfermedad mortal y que ninguna mujer quiere escuchar como diagnóstico. Por esta razón, detectar a tiempo las lesiones precursoras o preinvasoras es primordial para evitar o disminuir el riesgo de muerte por esta patología. Así de enfático es el Dr. Eugenio Suárez para explicar por qué es importante realizarse los exámenes para encontrar a tiempo estas lesiones.
Exámenes que permiten un diagnóstico:
Inspección visual del cuello uterino con ácido acético (VIA): Según lo indicado por el Dr. Suárez, si bien este examen permite detectar lesiones porque se manifiestan con un color distintivo (áreas de color blanco intenso), una de sus desventajas es que puede pasar por alto cánceres invasores del cuello uterino que se encuentran hacia el interior del mismo, por lo tanto, está indicado solo en situaciones en que no se dispone de otros recursos.
Papanicolau (PAP): Es el método que ha permitido reducir significativamente la mortalidad del cáncer cervicouterino en aquellos países en que se ha implementado como parte de las políticas públicas de salud.
Test de VPH o Detección del Virus Papiloma Humano de alto riesgo en el cuello uterino: Es un método que se centra en el hallazgo de una infección persistente de un o más virus de papiloma humano de alto riesgo. “Los VPH de alto riesgo relacionados con lesiones pre invasoras y cáncer de cuello uterino son 14, y de ellos hay dos cepas -la 16 y la 18- responsables del 70% aproximadamente de los casos de este tipo de cáncer”, explica el especialista.
Una de las ventajas de este examen es que, al ser un test de biología molecular, no depende del operador, por lo que es más fiable. Además, se puede realizar cada 5 años en caso de que su resultado sea negativo. Sin embargo, posee una menor especificidad que el PAP, lo cual implica que el test puede ser positivo en ausencia de lesiones, es decir, arrojar más cantidad de falsos positivos.
¿En qué consiste el PAP?
- El médico o matrona/matrón recolecta muestras de células que se desprenden del cuello uterino, mediante el uso de una espátula y/o un cepillo de plástico.
- Una vez tomada la muestra, ésta se coloca en un portaobjeto de vidrio y se fija para evitar su deterioro.
- Esta muestra es enviada a un laboratorio especializado para su procesamiento, donde es analizada por un médico citopatólogo y/o un técnico citológico, en busca de células anormales.
- Según el grado de alteración, se puede establecer la sospecha de una lesión precursora o de un cáncer.
- Es un examen breve e indoloro.
¿Por qué se debe realizar a partir de los 25 años?
- Independiente de la edad de inicio de la actividad sexual, la posibilidad de desarrollar un cáncer de cuello uterino antes de esa edad es extremadamente baja.
- La mayoría de las alteraciones en el cuello del útero de mujeres jóvenes, son producidas por infecciones transitorias del VPH, las cuales se resuelven espontáneamente.
- Dado lo anterior, se evitan derivaciones o procedimientos innecesarios, con el consiguiente efecto psicológico en la mujer.
¿Por qué se aconseja realizar el PAP cada 3 años?
- El principal objetivo del PAP es reducir la mortalidad por cáncer cervicouterino y diversos estudios han demostrado que hacerlo más seguido, no impacta en la mortalidad.
- La mayoría de las alteraciones descritas en el PAP se relacionan con infecciones transitorias producidas por el VPH.
- Sin embargo, no se debe dejar pasar más de 3 años porque se aumenta el riesgo de un cáncer de cuello del útero y, por lo tanto, de muerte.
- El 40% de los casos de cáncer de cuello uterino se produce en mujeres que no se hicieron el PAP en los últimos 5 años.
¿Hay que pagar por el PAP?
- En Chile el 90% de los PAP que se realizan en el sistema de atención primaria, son tomados por una matrona y está incluido en el examen de medicina preventiva del adulto, lo cual quiere decir que es gratuito, tanto en el sistema de salud público como en el sistema privado.