Alcohol, tabaco y otras sustancias
en la pandemia de COVID-19
El nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) sigue causando cambios significativos y sin precedentes en el mundo desde que se informó por primera vez en China, en diciembre de 2019 (OPS/OMS, 2020). La magnitud de la pandemia del COVID-19 sigue despertando la preocupación de la salud pública por la forma en que las dificultades relacionadas con los efectos socioeconómicos, el miedo a contraer el virus y los estresantes desafíos de adaptación en las actividades cotidianas tendrían un impacto en la salud física y mental de los individuos y de sociedades enteras (ONU, 2020).
Dentro de la Región de las Américas, varios países identificados como de alta cobertura de vacunación al 8 de agosto de 2021, están reportando un aumento de casos y hospitalizaciones con la aparición de la Variante de Preocupación (VOC) Delta (OPS/OMS, 2021). El surgimiento de la VOC Delta en la región exhorta a la necesidad de señalar a los Estados Miembros de la región la importancia del proceso de preparación para la ampliación de la capacidad de atención ante el potencial aumento del consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias.
El alcohol, el tabaco y otras sustancias se utilizan a menudo para socializar y hacer frente a las emociones difíciles. Como los índices de ansiedad, miedo, depresión, aburrimiento e incertidumbre fueron comúnmente reportados durante la fase inicial de la pandemia y se prevé que aumenten a medida que los países de la región se preparen para responder a la VOC Delta, se espera que el consumo de estas sustancias también aumente.
El uso de estas sustancias (por ejemplo, el alcohol) plantea muchos riesgos agudos y crónicos para la salud y se identifica como un factor causal en más de 200 enfermedades, lo que resulta en un 5,1% de la carga mundial de enfermedades y lesiones, medida en años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) (OPS/OMS, 2020). El consumo excesivo de productos alcohólicos se asocia con un mayor riesgo de debilitar el sistema inmunitario, lo que aumenta la susceptibilidad y la gravedad del individuo para contraer varias enfermedades infecciosas, incluida la COVID-19 (OPS/OMS, 2020). A medida que se siguen analizando los datos sobre el uso de sustancias y sus daños relacionados durante la pandemia, se entiende que se sabe que el uso prolongado de estas sustancias (es decir, alcohol y productos de tabaco) aumenta el riesgo de síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). El SDRA, una de las complicaciones más graves de los pacientes diagnosticados con COVID-19 (OPS/OMS, 2020), sitúa a los individuos con un historial prolongado de consumo excesivo de alcohol en un mayor riesgo de mortalidad una vez infectados.
En su publicación de 2020, la OPS informó que el consumo excesivo de alcohol es un factor de riesgo significativo de mortalidad y morbilidad en la Región de las Américas. Los niveles de consumo de alcohol en la región son más altos que el promedio mundial, mientras que las tasas de abstinencia de hombres y mujeres son sistemáticamente más bajas. En cuanto a la carga de morbilidad, se informó que el exceso de alcohol es la causa secundaria de aproximadamente 379.000 muertes (6,5% de todas las muertes) y más de 18,9 millones de AVAD en la región de las Américas (OPS/ OMS, 2020). Los hallazgos presentados en esta publicación tam- bién identificaron que los hombres dentro de la región tenían un mayor consumo de alcohol en comparación con las mujeres, aunque la tasa de consumo de alcohol de las mujeres dentro de la región ha superado a la de los hombres (Rodrigo García-Cerde, 2021).
A medida que muchos en la región continúan enfrentando los factores de estrés psicosocial (es decir, el estrés, los trastornos del sueño y la ansiedad) que surgen de la pandemia, muchos pueden recurrir al consumo de alcohol o al consumo excesivo (borracheras) para sobrellevar la situación (OPS/OMS, 2021). Para ello, es vital que los Estados miembros de la región sean conscientes de que grupos específicos pueden estar en mayor riesgo de desarrollar un consumo problemático de alcohol. En particular, los grupos especiales, como las personas mayores, los trabajadores esenciales, los padres con hijos, las relaciones personales con alguien gravemente enfermo de COVID-19 y las personas con mayor depresión, ansiedad o impulsividad de urgencia positiva, pueden necesitar un seguimiento adicional mientras el mundo sigue luchando contra esta pandemia.
PAHO/WHO. (2021). Epidemiological Update Increase of the Delta variant and its potential impact in the Region of the Americas. Washington, D.C.: Pan American Health Organization / World Health Organization. Epidemiological.
PAHO/WHO. (2021). What is associated with the increased frequency of heavy episodic drinking during the COVID-19 pandemic? Data from the PAHO regional web-based survey. Washington DC: PAHO.
Reynolds, J. a. (2020). Accessibility of ‘essential’ alcohol in the time of COVID-19: Casting light on the blind spots of licensing?. Drug Alcohol Rev. Drug Alcohol Review, 305-308.
Rodrigo Garcia-Cerde, J. Y. (2021). Alcohol use during the COVID-19 pandemic in Latin America and the Caribbean. Pan America Jornal of Public Health, 1-11.
UN. (2020). COVID-19 and violence against women and girls: Addressing the shadow pandemic. New York: United Nations.
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