Las necesidades de salud mental no satisfechas en la Región de las Américas son una causa primordial de morbimortalidad, con efectos significativos en la salud, el bienestar social y económico de quienes se ven afectados, así como de sus familias, amigos y comunidades. En el ámbito de la salud mental, las personas con discapacidades psicosociales a menudo carecen de acceso a servicios que respeten sus derechos y dignidad. Además, están expuestas a condiciones adversas, violencia y discriminación, incluidos aquellos de grupos étnicos marginados como los pueblos indígenas o los afrodescendientes.
Como resultado, expresan que los servicios actuales no satisfacen sus necesidades ni les brindan el respaldo necesario para llevar una vida plena en comunidad, lo que los coloca en un estado de desesperanza y falta de empoderamiento.