Buenos Aires, 5 de junio de 2009 (OPS).- “El virus A(H1N1) parece estar desplazando a la influenza estacional en Sudamérica”, afirmó Jon Andrus, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), al analizar la situación chilena y confió que "nos estamos acercando mucho a la fase 6”, denominación aplicada por la OMS para indicar que está en marcha una pandemia mundial.
Andrus manifestó que en estas primeras etapas del invierno, en Chile “está prevaleciendo el virus H1N1”, hecho que consideró “probable” de replicarse en el resto de los países del cono sur. En el país vecino, la mayoría de los casos de gripe analizados corresponden al nuevo virus y no al de la influenza estacional, lo que resulta “normal en una pandemia”, confió el experto en una videoconferencia desde Washington.
El especialista sostuvo que en el hemisferio norte, cuyo invierno está en retirada, “la propagación del virus está en aumento en algunas comunidades y en disminución en otras”, pero alertó que “el futuro es desconocido sobre todo en el sur”. “Cuando empieza a circular el virus con el de la gripe estacional se corren riesgos de cambio”, manifestó.
“Estamos hablando de un virus bastante impredecible. Se debe alertar que está comenzando la estación de la gripe y vamos a ver un aumento en el número de casos”, vaticinó.
Por otro lado, recordó que la OMS calificó a la epidemia como “moderada” porque “la infección puede ser fatal en quienes tienen enfermedades crónicas”; “existen casos serios y fatales limitados”, pero “no se sabe con precisión cuantas personas están infectadas o graves”.
Según el especialista, el distanciamiento social y las médicas de mitigación –como el cierre de escuelas- no pueden prescribirse “como si fuera un recetario”. “Las recomendaciones tienen que basarse en las condiciones de cada país. Cerrar escuelas no seria una recomendación ideal para todos los países y debe ser analizada en cada caso en particular”, aseveró.
El experto recordó que la OMS “no aconseja limitar el comercio, la matanza de cerdos, ni la restricción de viajes o el cierre de fronteras”.
Andrus enumeró tres patrones de países en los cuales la OMS enmarca actualmente a los Estados afectados: El primero, caracterizado por un “gran número de casos y un patrón de incremento o disminución diferente en cada comunidad” (como Canadá, Estados Unidos y México); el segundo, que corresponde a aquellos en “transición, que reportan grandes números de casos y propagación precoz"; y el tercero, que presenta "un número limitado de casos relacionados fundamentalmente con viajeros". Para el médico, Argentina se ubica en una combinación de los últimos dos.
A las medidas de higiene, lavado de manos y distanciamiento voluntario en caso de enfermedad para evitar el contagio, Andrus pidió hacer llegar “mensajes claros y transparentes a la población, que generen confianza, y eviten posibles situaciones de psicosis colectiva”.
El virus H1N1 parece ser más contagioso que la gripe estacional. Al analizar la situación en el norte, el funcionario de la OPS dijo que “la tasa de brotes secundarios, sobre todo en las escuelas, fue de hasta un 33 por ciento”, frente al 15 por ciento de la influenza estacional.
En tanto, indicó que de todas las muertes sucedidas en Canadá y Estados Unidos, "dos tercios de ellas han ocurrido en individuos expuestos a enfermedades crónicas subyacentes".
Según Andrus, la nueva gripe es “otro ataque a la salud” de las pacientes con enfermedades crónicas (patologías cardiovasculares, hipertensión, asma, diabetes, artritis reumatoide, entre otras). “Cuando uno analiza a personas de mayor edad se presenta un desafío para la salud, algo que quiere romper el equilibrio, si bien a diario tengan cardiopatías, diabetes, EPOC, y se pueden recuperar, se los descarrilla, y existe un riesgo durante un tiempo a lo mejor más prolongado”, analizó. Y concluyó que aquellos “que tienen una afección médica subyacente, embarazadas, niños de corta edad se enfrentan a situaciones adversas peores”.
El integrante de la OPS adelantó que los próximos pasos de la OMS se dirigirán a evaluar la severidad de la pandemia para ayudar a los países a calibrar sus acciones.
Acerca de la aparición de una vacuna, dijo que "las cepas del virus ya están a disposición y podemos descontar las semanas que pasaron desde que dijimos que llevaría entre cuatro y seis meses producirla".