Aún con una curva creciente, el panorama es mejor que el de otros países. Tras 8 meses de pandemia por el virus Covid-19, en noviembre, por primera vez, se registraron 100 casos en un día; se trata de una cifra elevada que muestra una tendencia al alza. Y sobre la que podemos incidir si respetamos las medidas sanitarias determinadas por las autoridades.
Desde marzo, Uruguay presenta una tasa de positividad de testeo a la Covid-19 menor a 2%. Esto refleja que no hay una fuga significativa de casos, y una alta capacidad para identificar a las personas que portan el virus. Desde que fuera declarada la emergencia sanitaria, la letalidad es de 1.81% y la tasa de mortalidad es de 1,73 cada 100 mil habitantes. La relación muestra que es una de las más bajas del mundo, según datos del 16 de noviembre.
Para responder a la situación epidemiológica de Uruguay, debemos considerar los tres elementos de la denominada triada ecológica: huésped, agente, ambiente. En dos de los componentes no se identifican patrones que distingan a Uruguay de otros países; en uno, sí. En cuanto al huésped (las personas) la población uruguaya es comparable a la de otras naciones por sus características generales. También es similar el virus de Covid-19 circulante en la región; de momento no se ha publicado diferencias en los tipos. Por lo tanto, puede decirse que el elemento que incide es el ambiente.
El país presenta una baja densidad poblacional; un sistema de salud integrado de salud con un primer nivel de atención capaz de responder a la demanda; medidas impuestas por el gobierno precozmente; baja frecuencia de fenómenos que aumentan la interacción humana. No obstante, hubo eventos que generaron aglomeraciones o grandes desplazamientos, como la marcha de la diversidad y las elecciones departamentales, realizadas en setiembre.
El sistema de Salud prioriza la primera atención e incorporó el diagnóstico para la Covid-19 por PCR. En forma paralela, procuró la atención domiciliaria de los casos sospechosos de coronavirus. Se minimizaron las aglomeraciones en los hospitales y en salas de emergencia. Esto implicó un aumento de las consultas en domicilio y de la telemedicina, pero enfatizó el mensaje y recomendación de permanecer en casa.
Para la representación de OPS/OMS son destacables las decisiones del gobierno por rápidas y acertadas. Presidencia y el Ministerio de Salud Pública mostraron un gran liderazgo en el manejo de la epidemia.
El manejo de la información fue otro factor clave. Los mensajes fueron claros y hay una gestión centralizada y transparente de los datos. Hay que resaltar que en los primeros meses la población acató rigurosamente las recomendaciones. Y así, el sistema de salud dispuso de más tiempo para reordenar algunas acciones para preparar la eventualidad de un peor escenario. Hoy es necesario que se mantengan en pie las medidas sanitarias para aplanar la curva, que es creciente.