Lo aseguró el especialista en nutrición de OPS/OMS Fabio Da Silva en una reunión con diputados nacionales en la que se analizó el proyecto de ley que contempla la incorporación de sellos en productos que contienen exceso de azúcares, sodio y grasas.
Buenos Aires, noviembre de 2020 (OPS/OMS).- El 90 por ciento de los alimentos que los consumidores encuentran en el mercado no tendrán el etiquetado frontal de advertencia que contempla el proyecto de ley de alimentación saludable que se debate en el país y ese sello solo podría colocarse en el 10 por ciento restante si es que contienen niveles excesivos de azúcares, sodio o grasas.
La afirmación fue brindada por Fabio Da Silva, asesor regional para las Américas en Nutrición y Actividad Física de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), durante una reunión informativa con integrantes de las comisiones de Legislación General, Acción Social y Salud Pública, Industria y Defensa del Consumidor, del Usuario y de la Competencia de la Cámara de Diputados de la Nación celebrada el 24 de noviembre.
“En cuanto al perfil y a los criterios que definen los productos que deben estar regulados y tener el sello de advertencia frontal, es importante aclarar la proporción de los que tendrían ese etiquetado. Cuando el consumidor ingresa al supermercado hay miles de productos que no tienen sello y no están sujetos al proyecto de ley, solo lo están los envasados en ausencia del cliente. Eso significa que la zanahoria, el zapallo, el arroz, el pollo, la carne, el pescado y la mayoría de los alimentos que están en el supermercado no van a tener un sello”, graficó el especialista.
Además, Da Silva se refirió a la importancia de que el proyecto de ley, que ha sido aprobado por el Senado en octubre pasado y aún debe ser debatido por la Cámara de Diputados, establezca que la advertencia se aplique de acuerdo con los límites del Perfil de Nutrientes de la OPS tal cual establece la ley con media sanción del Senado argentino. “Es el modelo más adecuado porque cada número establecido en el perfil es parte de un proceso muy riguroso de definición, que demanda de cuatro a seis años. Esto surge de miles de estudios que se realizan en todo el mundo y son evaluados por expertos que son invitados por la OMS y están libres de intereses”, remarcó.
En ese orden, dijo que “las recomendaciones de la OMS en relación con la ingesta de nutrientes están basadas en proporción de calorías porque un niño tiene necesidades energéticas diferentes que un adulto o una mujer embarazada. Cuando nosotros utilizamos por ejemplo un sistema que está fijado en 100 gramos o 100 mililitros imponemos a los niños una cantidad de azúcar o de sodio que es incompatible con sus necesidades energéticas y su momento de vida”, especificó.
En su exposición ante los diputados nacionales, el experto también aseguró que “las regulaciones muchas veces son vistas como algo que va a restringir el comercio o la economía, pero no es así, incluso puede ampliar las oportunidades de negocios” y dijo que “medidas mucho más rigurosas y restrictivas, por ejemplo, el caso del tabaco, no han afectado la economía de los países”.
“También estamos hablando de un impacto que no solamente tiene que ver con la salud, sino con la vida, que es esencial para la productividad, el comercio y la industria. Los estudios que ha hecho la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han indicado que la población que tiene más exceso de peso, altas cifras de obesidad y enfermedades no transmisibles no solo incrementa el riesgo de muerte sino también el ausentismo, lo que genera una pérdida económica”, enfatizó.
Para finalizar se dirigió a los legisladores, destacando nuevamente el nivel de excelencia de la norma en discusión no solo en la región, sino en el mundo entero. “Tienen en sus manos un proyecto de excelencia que ha evolucionado y ha aprendido de todos los países. Tienen la posibilidad no solo de beneficiar a la población argentina, sino a todo el mundo con su ejemplo”, concluyó.