Los encuentros organizados por la Corporación Chilena de Personas Trans “Amanda Jofré”, el Ministerio de Salud , Gendarmería de Chile y OPS/OMS, benefician a 200 internas y lideresas locales de todo el país.
Chile, 01 de septiembre de 2021 (OPS/OMS).- Las mujeres trans privadas de libertad se encuentran en una situación de vulnerabilidad que las hace susceptibles a adquirir el VIH/SIDA e infecciones de transmisión sexual (ITS), así como a abandonar el tratamiento antirretroviral (TAR) en los casos de las afectadas por el virus. Esta compleja situación, sumada a la emergencia sanitaria por COVID-19, llevó a continuar e impulsar el desarrollo de talleres de prevención y consejería comunitaria dirigido a mujeres trans privadas de libertad a nivel nacional. La iniciativa es liderada por la Corporación Chilena de Personas Trans “Amanda Jofré”, bajo la supervisión técnica del departamento de VIH del Ministerio de Salud, la Secretaría Regional Ministerial de Salud de la Región Metropolitana y la coordinación de OPS/OMS.
Los talleres se están ejecutando desde mayo y continuarán hasta octubre de este año, sumándose a un trabajo que comenzó el año 2019 para las internas de la ex Penitenciaría de Santiago y Santiago 1. Durante 2020, en el lanzamiento de estos talleres, el ministro de Salud, Dr. Enrique Paris, destacó el trabajo que ha contado con el apoyo permanente de OPS/OMS, “que busca contribuir al control del VIH, apoyando a que las mujeres trans privadas de libertad, y quienes vivan con VIH, se mantengan en buenas condiciones, disminuyendo así sus condiciones de vulnerabilidad en tiempos de pandemia, en el marco del acceso universal a la salud”.
Este año, los talleres se están desarrollando en los complejos penitenciarios de Arica, Iquique, Antofagasta, Valparaíso, Rancagua, Concepción y Puerto Montt, ciudades donde además se realizan reuniones con Gendarmería y talleres con lideresas trans locales.
El trabajo busca fomentar prácticas de autocuidado y valoración personal; formar consejeras comunitarias en prevención y adherencia a tratamiento, profilaxis pre y post exposición, además de temáticas de salud integral.
Taller en Cárcel de Quillota
El 4 de agosto pasado se iniciaron los talleres de prevención de VIH e ITS para mujeres trans privadas de libertad del Centro de Detención Preventiva de Quillota (CDP), región de Valparaíso, que contó con el apoyo del Departamento de Derechos Humanos de Gendarmería.
Para la directora regional de Gendarmería, coronel Sandra Toledo, la iniciativa contribuye “a la apertura y el trato digno a las personas trans. Debemos entregar un trato cordial, con respeto a los derechos humanos, como a cualquier persona, no haciendo diferencia por su condición sexual”.
En esa línea, Alejandra Soto, presidenta de la Corporación Chilena de Personas Trans y presidenta del Sindicato de Trabajadoras Sexuales “Amanda Jofré”, destacó la importancia de la realización de los talleres para la prevención y el cuidado en el tratamiento de VIH e ITS. “Queremos fortalecer a las mujeres trans que están en regiones, a las dirigentas de organizaciones y también a quienes están en las cárceles para que orienten a sus compañeras de cómo se adquiere el VIH, cómo prevenirlo e informarles sobre la adherencia al tratamiento”.
Asimismo, la dirigenta valoró el apoyo constante de OPS/OMS en iniciativas que contribuyen a sensibilizar y a mejorar la calidad de vida de la población penal trans femenina. “Llevamos años trabajando en talleres, pero la diferencia es que ahora comenzamos a realizarlos a nivel nacional, en todas las cárceles donde hay compañeras privadas de libertad que vengan del grupo LGBTIQ+… no es solamente en la Región Metropolitana, es un proyecto amplio”. Si bien no llegará a todas las regiones, constituye un paso importante que les permitirá abarcar las necesidades de gran parte de la comunidad.
Crónica de una lucha permanente
La población trans femenina a menudo enfrenta exclusión social, violaciones de sus derechos humanos, transfobia, estigma, abuso sexual y barreras de acceso a múltiples servicios que, sumado a sus bajos ingresos, afectan directamente su expectativa de vida, que no supera los 40 años.
En el caso de la población penal trans femenina existe una especial condición de vulnerabilidad al encontrarse internadas en un lugar que no corresponde a su género auto percibido, exacerbando, amplificando y multiplicando los desafíos que conlleva la privación de libertad.
Un estudio realizado por el Sindicato Amanda Jofré y la Universidad Central en Chile, constató que muchas de las mujeres jóvenes trans habían adquirido el VIH dentro de las cárceles, producto de violaciones o relaciones sexuales con consentimiento, pero sin protección. Por otra parte, muchas de las internas que conviven con el virus, presentan baja adherencia al TAR.
Los desafíos pendientes
La Corporación Chilena de Personas Trans y el Sindicato de Trabajadoras Sexuales “Amanda Jofré” ha tenido un rol activo en visibilizar esta problemática y contribuir a mejorar la calidad de vida de las mujeres trans. Para Alejandra Soto aún quedan muchos desafíos por delante. “Debemos continuar trabajando por el Cupo Laboral Trans, la Ley Integral Trans-Travesti y también por la reparación para las compañeras de más de 35 años para que amplíen sus expectativas y calidad de vida”.
En este sentido, la dirigenta manifestó que “estamos trabajando por el derecho a la vida, para que podamos vivir más… No es para mí, yo tengo 45 años, yo ya viví con ese karma, con ese dolor, sufrimiento y discriminación, ahora es para la otra generación”, enfatizó.
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