Conoce la historia de una enfermera que dedica tiempo completo a captar menores de cinco años para vacunarlos y prevenir enfermedades que pueden ser mortales.
Laja, La Paz, Bolivia, diciembre de 2020 (OPS/OMS) - Dos o tres días a la semana, desde muy temprano, un equipo de brigadistas del municipio de Laja, segunda sección municipal de la provincia Los Andes del departamento de La Paz (Bolivia), alista sus termos con vacunas, que forman un cubo de paquetes refrigerantes congelados en su interior, y emprende una jornada intensiva de visitas casa por casa para captar a aquellos niños que aún no cuentan con este cuidado esencial y hacer el seguimiento, en otros que ya iniciaron el mismo, y deben continuar con sus dosis.
Liceth Laura Alarcón es una enfermera que forma parte del equipo del Centro de Salud Integral Laja y recorre a diario varios kilómetros desde su casa, después de dejar a sus dos pequeños hijos, de 9 y 1 año, en la casa de un familiar, para llegar hasta el establecimiento sanitario donde debe iniciar una intensa jornada de vacunación, ya sea en el mismo centro, o bien, visitar las casas de sus pacientes.
“Hacemos programaciones semanales y, de acuerdo a eso, nos quedamos en consultorio o salimos a las calles en busca de este grupo etario”, cuenta la trabajadora de Salud.
Liceth recorre las calles de tierra y empedrado de la comunidad para tocar puerta por puerta, verificando que todos los niños tengan sus respectivas vacunas.
Debido a la pandemia del COVID-19, las coberturas de vacunación para niños menores de cinco años bajaron notablemente en el país por el temor de las madres de acudir a los centros de salud y que sus niños sean contagiados con el virus.
La médica cirujana Cinthia Mayta, responsable del centro, señala que el municipio cuenta con ocho establecimientos de salud y una población de 26.225 habitantes, de los cuales 2.490 son menores de cinco años de edad.
“La ciudad de El Alto está a 30 minutos de recorrido (en bus), por lo tanto, también existen niños que migran hasta Laja para recibir sus respectivas vacunas”, sostiene Mayta.
El plan de contingencia adoptado por trabajadores en salud, en algunas provincias del departamento de La Paz, está enmarcado en el seguimiento por medio de la visita a domicilio debido a la importancia de inmunizar a este grupo etario y así evitar que manifiesten enfermedades que están dentro del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) y que pueden ser prevenibles.
Con el fin de mantener la erradicación de la poliomielitis y consolidar la eliminación del sarampión, la rubéola, el tétanos neonatal y controlar la incidencia de casos de fiebre amarilla, difteria, tuberculosis meníngea, hepatitis A y B, neumococo y otras enfermedades, se esfuerzan acciones en todo el territorio nacional para llegar a los menores de cinco años de edad.
“Llegamos al centro y nos cambiamos la indumentaria. Actualmente estamos utilizando los mamelucos que son nuestros trajes de bioseguridad y luego salimos a la comunidad para tocar las puertas de los vecinos, guiados en un plano de control con el que ya contamos”, dice la profesional.
Liceth confiesa que el miedo más grande que tienen las madres, y que muchas veces hace que eviten llevar a sus pequeños a los hospitales, es la reacción a la vacuna, debido a que algunas de ellas producen una reacción que molestias en los menores.
Los trabajadores en Salud cuentan con unas libretas individuales para cada niño, en las que registran la continuidad y cumplimiento de las vacunas para suministrarlas a los pequeños cuando corresponde.
“Les ponemos con lápiz cuándo tienen que volver, con base en eso, también hacemos el seguimiento, puede ser que una mamá citada no asista por alguna situación, nosotros con el seguimiento que hacemos programamos la visita para ir y a su casa y ver por qué no ha venido. Tal vez el niño se ha enfermado o ella. En algunos casos, la mamá ha quedado nuevamente embarazada”, argumenta.
Gráficos educativos
Por su parte, la doctora Nancy Nina, directora del establecimiento de Salud de Laja, explica que se trabaja con unos trípticos en los que se muestran muchos gráficos para que, en el caso de que la madre no sepa leer, pueda entender la importancia de estas vacunas mediante los dibujos.
“Por ejemplo, tenemos dibujos de los diferentes lugares donde se va a aplicar la vacuna; en el caso de la BCG es intradérmica, por tanto, se le debe poner en el hombrito en una sola dosis cuando nace. La Pentavalente es intramuscular y se la aplica en la pierna la primera, la segunda y tercera dosis; la cuarta ya en el brazo”, explica la profesional.
Explicó que se muestra lo mismo en todas las vacunas para que las mamás se concienticen sobre la importancia de que sus niños cuenten con las mismas, que son prevenibles de enfermedades en algunos casos mortales.
“Es fundamental que la mamá pueda conocer cuántas vacunas son, para que pueda completar el seguimiento total del esquema y así podamos favorecer la salud del niño menor de cinco años”, recomienda Nina.
Laja
Laja es un municipio boliviano que se encuentra ubicado a 35 km de la ciudad de La Paz, capital del departamento; y a 3.860 metros sobre el nivel del mar.
Este municipio cuenta con una población de 26.225 habitantes; tiene ocho establecimientos de salud, comprendidos por diferentes grupos etarios; de estos, 2.490 son menores de cinco años de edad.
El año 1548 la ciudad de La Paz fue fundada en este sitio, para luego ser trasladada, tres días después, al valle de Chuquiago donde hoy se asienta.