• Abuela partera hnd

La constante consejería de la abuela Sonta

La abuela Sonta: un caudal de saberes tradicionales al servicio de la comunidad

Municipio de Talanga, Francisco Morazán

Agosto 2019

La abuela Sonta camina despacio debido a una fractura que sufrió en una pierna hace dos años. El dolor que aun persiste, no le impide continuar su trabajo ofreciendo consejería a las futuras madres, sobre los cuidados necesarios para evitar complicaciones en el parto. Su amplia experiencia como partera, la califican para ello.

Esta abuela que responde al nombre de Alejandrina Cerrato Enriques, nació en la aldea Hato Nuevo, en el municipio de Talanga, Francisco Morazán, desde 1975 como partera, trajo al mundo a más de 50 niños y niñas, que hoy son hombres y mujeres,

que se dirigen a ella cariñosamente como la abuela Sonta. Ella aún no sabe bien porque Sonta, pero le agrada, y se siente querida en cada saludo y en cada abrazo.

Para ella, las cosas han cambiado en Talanga. Desde aquel día en que trajo al mundo a su primera niña, hace ya 44 años. “Recuerdo lo difícil que era atender partos, yo aprendí primero viendo a mi tía y a otras parteras, luego recibí capacitación, pero era complicado, porque si habían problemas, las embarazadas debían ir a Tegucigalpa” relata.

Para continuar la conversación, doña Alejandrina se apoya en un muro, y busca sentarse porque estar parada, agudiza su dolor; “años después ya había centro de salud, mandábamos a las embarazadas a control, y en aquella época, nos daban capacitaciones para atender el parto. Hoy nuestra labor es de acompañamiento, de consejería y de seguimiento para evitar que las mujeres se mueran en el parto”, explicó muy segura de su rol.

Abuela partera con técnico de OPS
Abuela partera del municipio de Talanga

Se frota sus manos, envejecidas por el tiempo y con mucha historia de vida entre ellas, expresa de manera reflexiva “aun hoy debemos estar pendientes, porque existen todavía embarazadas que hacen su control, pero al momento del parto no quieren ir al hospital; yo siempre les cuento de mi último caso, que insistí para que esta mujer fuera al hospital; su familia también insistió, el personal del centro de salud le insistió, pero no hubo forma de convencerla.

El parto que era complicado se atendió en casa, el resultado fue que el niño falleció al nacer y ella fue trasladada grave al hospital donde también falleció. Yo les cuento esto a ellas, para que tomen conciencia y estén sabidas de lo que puede pasar. Gracias a Dios, cada día la consejería da mejores resultados y esos casos ya no se están dando”, agregó con una expresión de melancolía.

La abuela Sonta, no para de hablar y en un tono casi de susurro dice “mi mayor satisfacción es cuando las mujeres siguen los consejos; a las que están embarazadas les aconsejo que estén pendientes de las señales de peligro, a las adolescentes que no se embaracen porque su cuerpo no está preparado y las que tienen muchos hijos que planifiquen ya que en ambos casos puede ser un embarazo de alto riesgo”.

Se levanta volviéndose apoyar en la pared y dice para terminar “me voy porque camino despacio, como estos procesos con la gente, despacio, porque todos tienen su forma de aprender y escuchar, eso no se nos puede olvidar si queremos que cambien las cosas”.